Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca situado a casi 3 000 kilómetros de Copenhague, es una isla 50 veces más grande que la propia Dinamarca con cada vez más pretendientes, y el 80% de la superficie está cubierta, permanentemente, por el hielo. Este martes Groenlandia celebra unas elecciones para las que no existen pronósticos fiables que anticipen un posible resultado. La población groenlandesa se debate entre la independencia y el deseo de bienestar, en medio de amenazas de Donald Trump de adquirir la isla de Copenhague.
Hace más de un mes se publicó el primer y único sondeo electoral que daba la victoria a los socialistas de Inuit Ataqatigiit (IA), partido en el gobierno con Múte B. Egede y que contaría con el 31% de los votos. En segundo lugar quedarían los socialdemócratas de Siumut, ambos partidos formaron una coalición que ha estado al frente del Ejecutivo regional durante estos últimos tres años, aunque perderían votos respecto a los comicios de 2021, y en tercer lugar, el Demokratiit como tercera fuerza política y con casi el 19%, desbancando al Naleraq, la formación independentista más radical y que más rápido quiere romper los lazos con Dinamarca.
Si se cumplen las previsiones se podría repetir la coalición de gobierno el IA y el Siumut, las únicas dos fuerzas que han conseguido encabezar ejecutivos en Groenlandia desde la implantación de la autonomía en 1979, que fue modificada en 2009 a fin de ampliar competencias del gobierno regional y aprobar un Estatuto de Autonomía que reconociera el derecho de autodeterminación. Pero la economía groenlandesa depende, en gran medida, de Dinamarca, que aporta alrededor del 40% de los ingresos de la isla de casi 57 000 habitantes (un 80 % cubierto permanentemente por el hielo) y en la que la pesca supone el 90 % de sus exportaciones.
Imagen de la ciudad de Nuuk | EFE
Por primera vez en mucho tiempo, estos comicios serán los que más expectación generen tanto dentro como fuera de Groenlandia, en los que votarán alrededor de 43 000 personas que elegirán a los 31 miembros del Inatsisartut, el Parlamento. La victoria de Trump del pasado noviembre envalentonó al presidente norteamericano para afirmar que compraría Groenlandia a Dinamarca, una gran ambición histórica de Estados Unidos y algo que ya hizo con Alaska en 1867. Por supuesto, los miembros de la Administración estadounidense salieron en defensa de su presidente, asegurando incluso que los groenlandeses preferirían vivir bajo tutela de EEUU.
Llevar la libertad a Groenlandia
Groenlandia ha sido, y es, durante más de un siglo, objeto de las ambiciones de Estados Unidos debido a su aventajada situación estratégica y los recursos naturales que posee. Durante décadas, varias Administraciones han tenido un ávido interés por comprar la isla, cuyo interés alcanzó su punto álgido durante la Guerra Fría, si la compra de la isla no convencía a los sucesivos gobiernos daneses, EEUU planteó la construcción y puesta en marcha de bases militares. En su última intervención en sus redes sociales este domingo, Trump mostró su apoyo a que Groenlandia decida su futuro, prometiendo seguridad y "billones de dólares" en inversiones.
El afán de Estados Unidos por la isla no continental más grande se origina con la compra de Alaska. A finales del siglo XIX, el secretario de Estado, William Seward, compró por más de 7 000 millones de dólares el territorio ruso en América de Alaska en 1867. Esta victoria estadounidense plantó una semilla en las próximas administraciones norteamericanas para considerar la futura compra de Groenlandia e Islandia.
En 1868, el secretario de Estado encargó la elaboración de un informe que destacaba la riqueza en minerales, además de la pesca y la fauna de Groenlandia (también codiciada por Canadá). Según dicho informe, la adquisición de Groenlandia hubiera podido obligar a Canadá totalmente rodeado por Estados Unidos -con la compra de Groenlandia- a convertirse en un estado más de la unión.
Gran cantidad de hielo del fiordo Nuuk, Nuuk | EFE
Groenlandia, sin embargo, no es solo una vacía explanada helada, pese a que el 80% está completamente helado durante todo el año. La isla alberga a comunidades indígenas, principalmente inuit, que han conseguido sobrevivir y mantener sus costumbres hasta la fecha. Estas comunidades han prosperado pese al duro clima ártico groenlandés, desarrollando tradiciones en torno a la pesca, la caza y si vínculo con la tierra. Los intereses de Estados Unidos obviaron a estas comunidades, centrándose en su interés primario, la ubicación estratégica y los recursos naturales de la isla, algo que continuaría durante las próximas décadas.
El esfuerzo del secretario de Estado Seward fue en vano, ni la población groenlandesa quería ese cambio, ni Copenhague dio su brazo a torcer. Pero en 1910, Estados Unidos lo volvió a intentar, el embajador estadounidense Maurice Egan propuso un elaborado intercambio: Estados Unidos se quedaba con Groenlandia y las Indias Occidentales danesas y a cambio ofrecían tierras en Filipinas. Pero una vez más, los esfuerzos fracasaron.
Bienestar sobre la independencia
Aunque el sentimiento independentista en Groenlandia crece cada año, no es una prioridad para su población. La independencia es un tema habitual en campaña, y en política en general, pero bien es cierto que ninguna formación política se ha atrevido a poner fecha concreta. Y es que esta cuestión no ha sido la más relevante durante la campaña, han sido los asuntos relacionados con el bienestar los que han tenido mayor protagonismo.
Según un sondeo del diario Sermitsiaq, el 85 % de la población de la isla cree que la principal tarea del próximo Gobierno debe ser solucionar los problemas en sanidad, finanzas y vivienda. Las deficiencias sanitarias y en educación son uno de los motivos que explican por qué el número de la población que reside en Dinamarca ha aumentado un 23 % desde 2008, hasta unos 17.000. Pero, la mayoría de ellos no podrán votar este martes, ya que para depositar la papeleta es necesario tener residencia fija durante seis meses previos en Groenlandia, con la excepción de estudiantes y miembros del cuerpo diplomático.
MataNarcisos
11/03/2025 09:40
Resulta que los cuatro que moran en Groenlandia, no quieren a Dianmarca... creen que podrán pactar con el PALETO, antes que los invadan los rusos, los chinos, y todo el que pase por allí, .... Ni les cuento como se los van a MERENDAR, entre los todos... Es solo cuestión de tiempo. Dinamarca que siempre los ha respetado, y que como País Nórdico, es ECOGILIPOLLAS.. Pues no ha explotado sus recursos naturales, que foquitas mas monas....que pingüinos mas graciosos.... admiraban los Daneses... Y mire usted por donde ahora llegarán la empresas USA, y las rusas, las chinas, y meterán la retroexcavadora por el cogote al pingüino. En cuanto a los ciudadano de Groenlandia, van a ser una buena mano de obra para tanta mina, tanto pozo de petróleo..... Y Dinamarca tendrá que contentarse con contemplar solo los cisnes blancos de Copenhague. que...bonitos.