El secretario general de la ONU, António Guterres, ha destacado el reciente llamamiento de Abdulá Ocalan, líder encarcelado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), para que el grupo deponga las armas y se disuelva. Según Guterres, en declaraciones recogidas por Europa Press, este paso representa una "luz de esperanza" para la resolución de un conflicto que ha persistido por casi cuatro décadas en Turquía.
Su portavoz, Stéphane Dujarric, informó en rueda de prensa que la ONU sigue de cerca la evolución de la situación, aunque de momento se limita a "monitorizar" los acontecimientos. Al ser cuestionado sobre una posible implicación de Guterres en el proceso de desarme, Dujarric indicó que, por ahora, no se ha solicitado su intervención, aunque dejó la puerta abierta a una posible participación si las partes lo requieren.
Irak: "Un paso clave para la estabilidad regional"
Desde Bagdad, el Gobierno iraquí ha acogido con satisfacción la declaración de Ocalan, calificándola de "paso positivo" hacia la estabilidad en la región. A través de un comunicado, el Ministerio de Exteriores iraquí subrayó la necesidad de soluciones políticas y diálogo para resolver conflictos, instando a que el PKK transforme sus palabras en acciones concretas.
El primer ministro del Kurdistán iraquí, Masrur Barzani, también se pronunció a favor del proceso, afirmando que la región ha sido "un factor clave para la paz y la seguridad" y que está dispuesta a contribuir a una solución pacífica en Turquía.
El PKK, que en sus inicios abogaba por la creación de un Estado independiente, ha pasado en los últimos años a demandar mayor autonomía en las regiones de mayoría kurda en Turquía. Con la convocatoria de un congreso para formalizar su disolución, Ocalan busca reactivar un proceso de paz que fracasó en 2015, tras dos años de negociaciones con el Gobierno turco.