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Internacional

Cuatro historias de 'corralito' griego en el extranjero

Una ateniense pasa ante una pintada de protesta en Grecia.

Disponer de tu sueldo, ir al cajero y sacar dinero, comprar online o usar la tarjeta de crédito… El normal día a día financiero en cualquier país occidental se está convirtiendo en una odisea para muchos griegos. Los que, además, están en el extranjero (viajando, estudiando o expatriados) sufren de forma especial una situación que les ha cogido por sorpresa.

Andreas Marazis se ha librado por los pelos de que su salario quedara atrapado en el “corralito” decretado el lunes por el gobierno de Alexis Tsipras. Marazis vive y trabaja en Bruselas como investigador junior en el think tank FRIDE. “El pasado 18 de junio, tras ver cómo estaba evolucionando la situación política en Grecia, decidí pedir a mi empresa que me abonara el mes en mi cuenta belga, en vez de la del griego Eurobank donde solía cobrar.” Desde entonces ha sido incapaz de usar su tarjeta de débito o crédito. “La metí en un cajero de aquí, y estaba bloqueada; intenté hacer una transferencia online de mi cuenta a la belga, y resultó imposible. Aparecía un mensaje bastante poco creíble que decía que el servidor estaba caído por problemas técnicos. Y hasta hoy.”

“Tomás Diapas: Lo primero que pensé es ‘ya está, está ocurriendo, y me está ocurriendo a mí'"

¿Cómo se siente uno cuando se empieza a ver financieramente reprimido? “Lo primero que pensé es ‘ya está, está ocurriendo, y me está ocurriendo a mí'. Luego me puse en la piel de mis compatriotas en el país, que no tienen acceso a una cuenta extranjera. Y ahora, finalmente, me surge un sentimiento que puede parecer irracional pero es inevitable: veo que se hace de todo para proteger a los bancos, pero nada para a las personas que tienen que comprar medicamentos o comida. Y al final todo el mundo tiene miedo”.

¿Cómo volver a casa?

Mientras en el país heleno los turistas empiezan a llegar y a disfrutar de las playas, casi ajenos al melodrama local, algunas gasolineras y supermercados sufren ya de una peligrosa combinación de carestía y subida de precios. Los comerciantes locales se quejan de que no pueden pagar la mercancía que luego tienen que vender, informa el diario eKathimerini.

Para los griegos en estancias cortas en el extranjero uno de sus principales problemas es el de cómo volver a casa. La aerolínea de bajo coste irlandesa Ryanair ha decidido aceptar, de forma excepcional, el pago en metálico de los pasajes aéreos en sus mostradores, ante la dificultad generalizada para comprar billetes de avión en transacciones online.

Es el caso de Tomás Diafas, estudiante de un máster de literatura en España. Debe volver a Grecia en septiembre, pero no puede comprar el billete. Lo ha intentado sin éxito con su tarjeta. El problema no es el presunto límite de sesenta euros, es que directamente no puede pagar con sus plásticos, “ni siquiera compras de 10 euros; nada”. Así que, de momento, “mis amigos en España me dan de comer”, dice con risa sardónica mientras concluye: “los líderes europeos se están olvidando de la gente y están pensando con números.”

El dinero, mejor en casa

El control de capitales de los bancos griegos también alcanza a los funcionarios de la embajada del gobierno heleno en Madrid. “Algunos tienen cuentas en España y las han dado para recibir los sueldos”, nos explica Maria Siadima, agregada de prensa de la Embajada de Grecia, “pero otros solo disponen de una en un banco griego y están teniendo problemas”.

Este jueves es el cuarto día de control de capitales. Teóricamente, se permite sacar 60 euros de los cajeros, y se ha cedido a la presión popular para permitir la entrega de 120 euros a la semana los pensionistas. Muchos de los jubilados no disponen de tarjeta de crédito o débito, por lo que los bancos han abierto para entregarles efectivo, informa desde Atenas Europa Press. Entre medidas de seguridad, tensión, gritos y largas colas, los jubilados griegos han empezado a sacar parte de su dinero.

La madre de Emanouil Giatsidis fue más previsora. El presidente en España de la asociación hispano-helena Pansélidos explica que ella sacó sus ahorros a tiempo y ahora los guarda en casa, al contrario que su hermano, que tiene 15.000 euros inmovilizados. Y su madre, ¿no tiene miedo a los robos? “La policía está más alerta que antes, porque todo el mundo tiene el dinero en casa”. Emanouil no les puede hacer transferencias, “porque se lo quedaría el banco”, pero intentará llevar dinero en metálico cuando vaya allí de vacaciones.

Es una situación imprevista y dolorosa pero, todos esperan, pasajera. Es el “corralito” a la griega… también para expatriados, estudiantes y viajeros.

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