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Internacional

¿Una Francia ingobernable? El poder de Macron se reduce ante el ascenso de Le Pen

El rodillo parlamentario es ya historia; la hiperpresidencia desaparece y el presidente Macron se verá obligado a ejercer una labor a la que no está acostumbrado: negociar

Francia
El presidente de Francia, Emmanuel Macron Europa Press

Una nueva era política comienza en Francia. El presidente Emmanuel Macron sufre una severa derrota, pierde su mayoría y se enfrentará a una Asamblea donde las fuerzas extremistas de izquierda y derecha obtienen unos resultados espectaculares que pueden frenar las reformas pendientes y bloquear la acción gubernamental.

El rodillo parlamentario es ya historia; la hiperpresidencia desaparece y el presidente Macron se verá obligado a ejercer una labor a la que no está acostumbrado: negociar, buscar acuerdos e, incluso, mendigar apoyos, algo difícil si se tiene en cuenta la idiosincrasia que ha demostrado en los cinco años de primer mandato. Deberá cambiar su software, completamente, pues si los dos extremos y la derecha moderada se oponen juntos a sus proyectos, deberá envainárselos y ceder. "Júpiter" está obligado a bajar al barro.

Los 'macronistas' podría alcanzar una mayoría en coalición con la derecha moderada de Los Republicanos, a cambio, claro está, de la concesión de ministerios, lo que inclinaría el país hacia un mayor conservadurismo. Algún barón de LR ya se ha mostrado abierto al pacto de gobierno, aunque su jefe - para encarecer su apoyo- afirma que seguirán en la oposición y apoyarán al gobierno caso por caso. Ninguna otra alianza es posible para formar gobierno.

Los franceses que han votado en esta segunda vuelta, menos de cinco de cada diez, han decidido despojar al presidente del poder casi absoluto que le otorgaba la Asamblea saliente y que convertían a Francia en un régimen semipresidencial. Hoy, Francia se asemeja más a la versión negativa de la política italiana que a lo que Francia nos había acostumbrado en los últimos lustros.

La alianza electoral de las izquierdas, aglutinadas en La Nueva Unión Popular Económica y Social (NUPES), donde - hasta el momento - conviven La Francia Insumisa, Europa Ecología Los Verdes, los socialistas y los comunistas, logran un gran éxito, pero insuficiente para llevar a Jean-Luc Melenchón al Palacio de Matignon, sede del primer ministro. En la nueva perspectiva que se abre en la Asamblea legislativa está por ver si todos los miembros de la NUPES votarán en bloque contra todos los proyectos de Emmanuel Macron. Sus diferencias podrían salir a la luz en determinadas iniciativas.

El éxito de Le Pen

NUPES se convierte en la primera fuerza de oposición, pero la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen (RN) supone la gran sorpresa electoral. Su aumento espectacular de escaños le convierten en el primer partido de Francia, pues se presenta solo, sin estar englobado en alianzas o coaliciones con otras fuerzas. Desbanca en la derecha a los Republicanos, que se presentan coaligados con la Unión de Demócratas e Independientes (UDI).

El sistema mayoritario uninominal castiga a partidos no coaligados, por eso Macron tenía en proyecto aplicar una dosis de proporcional en el futuro. Los resultados de este 19 de junio son tan inesperados que, sin necesidad del sistema proporcional, el partido de Le Pen tendrá un peso enorme en la Asamblea. Solo en 1986 ese sistema fue adoptado por el socialista François Mitterrand para hundir a la derecha moderada. El llamado "cordón sanitario" anti Le Pen no ha funcionado en las legislativas. Los responsables de RN afirmaban anoche querer ejercer una oposición responsable y estar dispuestos a negociar, medida a medida, con un presidente que hace años se había propuesto “acabar con el FN” de Marine Le Pen. Bajo el segundo mandato de Emmanuel Macron, Marine Le Pen multiplica por diez el número de sus diputados.

Varios ministros y otras figuras estelares del macronismo, como el expresidente de la Asam-blea, han sido derrotados en las circunscripciones donde se presentaban. En el caso de los ministros nombrados hace menos de un mes, tras las presidenciales, están obligados a dejar su puesto. La exministra de Deportes ha sido derrotada por una “Kelly” de la NUPES, en un episodio que simboliza también el batacazo de Macron.

La nueva jefa de gobierno, Elisabeth Borne ha vencido en la localidad donde se presentaba, pero su puesto podría peligrar también, pues su primer esbozo para abordar el problema del poder adquisitivo ya fue masacrado por todas las fuerzas opositoras. En su primera reacción, Borne se abrió a buscar una “mayoría de acción” con “sensibilidades múltiples”. No hay otro remedio. El 5 de julio debería presentar su futura gestión en la nueva Asamblea. No parece nada claro que los legisladores le concedan la confianza.

Sin mayoría, el caos

Emmanuel Macron había alertado, "o la mayoría o el caos". Pues bien, él va a vivir una nueva experiencia política que puede devenir caótica. El presidente francés ha recibido un golpe que no se esperaba. Después de cinco años de gobierno, marcados por crisis importantes, tanto social, como sanitaria, era previsible que los partidos que le apoyaban perdieran escaños, pero la bofetada es tan enorme y el terremoto tan brutal que el escenario político sufre un revolcón sin precedentes desde la instauración de la V República, en 1958.

El 24 de abril los franceses recondujeron a Emmanuel Macron a la presidencia. Dos meses más tarde han decidido que el presidente comparta el poder. Macron venció hace cinco años agregando apoyos moderados de centroizquierda y centroderecha y proclamó el principio de fin de la división clásica en la Asamblea entre izquierda y derecha. El presidente ve hoy cómo los extremos se convierten en su principal oposición en una dimensión que no le permite erigirse en árbitro, como buscaba, sino más bien como rehén. Entre los dos extremos suman una mayoría absoluta de bloqueo. El poder legislativo en su versión más radical ha derrotado al poder presidencial.

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  • A
    Alexander

    El sistema vigente en Francia para la elección del Presidente y de los miembros de la Asamblea Nacional no tiene sentido porque da lugar a que, en función del resultado de las elecciones legislativas, el Presidente puede verse obligado a nombrar a un Primer Ministro que sea de un partido de la oposición; ese sistema no existe en ningún otro país de Europa porque crea graves problemas para la gobernabilidad.