A Donald Trump solo le falta terminar de mudarse -lo hará el 20 de enero- a la Casa Blanca para cumplir todos los 'checks' como nuevo presidente de Estados Unidos; en el plano dialéctico, ya se comporta como si Joe Biden llevase meses fuera del despacho oval. 

En los últimos días se ha echado encima a Groenlandia -dice que no descarta una intervención militar para controlar el territorio-, Dinamarca -a quien pertenece Groenlandia-, Canadá -quiere anexionar el país a Estados Unidos-, Panamá -asegura que el canal lo controla China y que quiere recuperarlo- y China -cuya moneda se ha desplomado por la amenaza de aranceles nuevos por parte de Trump-. 

El experto en geopolítica y profesor de Relaciones Internacionales, Pedro Rodríguez, explica a Vozpópuli que en estas declaraciones incendiarias y provocaciones entra en juego el "cuñadismo geopolítico" de Trump, pero que "a estas alturas lo que no debemos hacer es subestimarle". "Hay gente que piensa que es infantil lo que hace, pero no lo es", añade. Todo lo contrario, "es una forma de satisfacer esa visión de negocio, de dónde está lo mío, de esa idea transaccional de las relaciones internacionales".

Rodríguez incide en que a Donald Trump "hay que tomárselo muy en serio". "Es verdad que llega con carrerilla, con ganas de venganza, con un equipo mejor armado, con un guion...". "Yo creo que estos cuatro años van a hacer palidecer el primer mandato, que viene con mucha más fuerza, con esa idea de que hay que maximizar el poder ejecutivo".

El experto en geopolítica, que fue corresponsal en Washington durante dos décadas, cree que hay "elementos que se repetirán, como el caos, las bravuconadas, todo este follón". Además, cuenta con aliados. "Meloni está convirtiendo a su embajadora en Europa, se lo está currando". "En Latinoamérica también hay mucha tensión, qué es lo que va a pasar, porque algunas de sus prioridades domésticas pasan por Latinoamérica." De hecho, hace poco sugirió que a México podría subirle los aranceles al 25% para frenar la entrada de inmigrantes desde este país.

Por otro lado, está el horizonte de la guerra en Ucrania, su "complicidad con Putin, su idea de que la OTAN es una estafa...", reflexiona Rodríguez. "Son muchos cuestionamientos del orden internacional que hemos conocido hasta ahora", agrega.

El negocio oculto de Groenlandia que Trump quiere

Podría parecer que Groenlandia es una tierra yerma y aislada, sin interés económico o estratégico. Pero no es así. Se trata de la mayor isla del mundo, a caballo entre el Atlántico y el Ártico, y ahora pertenece a Dinamarca, aunque el país tiene solo desde 2008 las competencias sobre política exterior y Defensa. Pero ahora está en el punto de mira de Trump, y eso ha hecho que el resto del mundo se pregunte qué tiene Groenlandia para que el presidente de EEUU se interese por ella hasta el punto de sugerir una intervención militar en sus tierras. 

Groenlandia tiene petróleo, gas y minerales raros, claves en el presente y futuro de la fabricación de elementos tecnológicos, como móviles o baterías. Pedro Rodríguez asegura que "con el deshielo, hay oportunidades de negocio en Groenlandia. Todo el tema de los minerales: el 80% de la isla está cubierta en hielo y no se puede explotar fácilmente, pero con el deshielo, al igual que se están abriendo las rutas marítimas en el Ártico, también hay business".

Explica que "las baterías, las tierras raras, todos estos elementos clave para producir baterías de coches eléctricos están ahí. Entonces, como han perdido la vergüenza entre los intereses económicos y la política de Estados Unidos, pues ahí estamos".

De hecho, la empresa canadiense Neo Performance Materials llegó a un acuerdo en 2022 para explotar el yacimiento de Sarfartoq, en el suroeste de la isla, y que podría convertirse en un lugar clave para la extracción de minerales de interés para la industria tecnológica, especialmente para China. En este sentido, Trump podría mirar a hacerle la competencia al país asiático en el -remoto- caso de hacer negocio con la minería en Groenlandia.

Sin embargo, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ya bajó los humos a Trump y se apresuró a decir que "obviamente" una hipotética intervención militar en Groenlandia "no es buena" y ha querido dejar claro que "no va a ocurrir". Aseguró que Estados Unidos "es más fuerte y obtiene mejores resultados cuando trabaja con sus aliados", en lugar de "decir o hacer cosas que puedan apartarlos".

¿Controla China el Canal de Panamá?

Precisamente la visión del orden internacional y de las relaciones con otros países que tiene Trump está estrechamente ligada a cómo se percibe a sí mismo. "Se ve como un empresario de ladrillo. Es el muro, es la torre Trump, es esa idea de que con una enorme recalificación de terrenos se puede aumentar la seguridad de Estados Unidos".

Una de las grandes declaraciones de esta semana fue asegurar que el Canal de Panamá lo controla China y que es imperativo para EEUU recuperarlo: "El Canal de Panamá es vital para nuestro país. Está operado por China. Se lo entregamos a Panamá, no a China, y han abusado de ese regalo. Nunca debió haberse tomado esa decisión", asegura.

En este sentido, Rodríguez explica a Vozpópuli que "el problema del canal no es que lo controlen los chinos, pero sí que es cierto que por el cambio climático, la sequía y todo el agua que se requiere para operar las esclusas ha hecho que se haya ralentizado y los costes se hayan disparado".

Sin embargo, sí incide en que esta provocación es una estrategia bien pensada. "Es muy de empezar por la máxima: de quiero que nos devuelvan el canal a conseguir descuentos". "La realidad es que Estados Unidos forzó la secesión de Panamá, de Colombia, construyó el canal, tuvo enormes dificultades técnicas, un enorme sacrificio humano, un gran coste. Jimmy Carter decidió, en contra de la opinión de muchos, devolver el control del canal a Panamá". Y, ahora, "en este revisionismo y en esa forma de avanzar la cuenta de resultados de Estados Unidos, que tanto interesa a Trump, ahí es donde se entiende lo que está pasando".

El doble filo de los aranceles

Otra de las declaraciones recientes de Trump tiene que ver con la de implantar aranceles. De hecho, ha llegado a deslizar que podría declarar la emergencia económica nacional para justificarlos. "En la campaña empezó con aranceles un poco... no ha hecho más que multiplicar aranceles. Incluso ha llegado a plantear que todo el gobierno federal de Estados Unidos se podría financiar a través de aranceles", explica Rodríguez, que puntualiza que "esas cuentas de estafador que él hace son un poco incompatibles con sus deseos de hacer algo en términos de inflación".

En este sentido, el doble filo de los aranceles es que "también tienen un coste directo sobre el consumo de las familias, ¿no? Entonces, vamos a ver hasta dónde llega", añade el experto.

China es uno de los países a los que irían dirigidos estos aranceles. "Es como el comodín. Todo lo que va mal en Estados Unidos, Trump lo relaciona con China. Hay un consenso en Estados Unidos de que China les está comiendo los pies y que hay que tomárselo en serio", dice Pedro Rodríguez. "China se está preparando". 

Rodríguez señala, en esta lucha, a la relación entre Trump y Xi Jinping. "Le encanta el choque de grandes líderes y en el fondo le da envidia que Xi Jinping pestañee y todo el mundo se doblegue. Ese fetichismo por lo autoritario no lo oculta", explica. "Es parte de la complejidad de la relación".

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