La gran apuesta de Le Pen: un euro virtual y el franco en el bolsillo

La vuelta de Francia a una divisa nacional es una de las principales propuestas del programa de la candidata
ultraderechista a la presidencia, Marine Le Pen. Sin embargo, la salida del país del euro es motivo de preocupación para muchos franceses y los expertos consideran que la decisión podría dañar la economía francesa. A pocos días de la segunda vuelta electoral, Le Pen está tratando de tranquilizar los ánimos, lo que deja numerosos interrogantes sin responder. Algunos medios hablan de “cacofonía”.

La líder del Frente Nacional quiere introducir en Francia “un nuevo franco”: “Creo que el euro está muerto”. Sin embargo, ahora apunta que su objetivo no es que solo su país abandone la moneda común, sino que todos los países de la eurozona vuelvan a sus divisas nacionales.

Aunque de forma paralela existiría una moneda común que utilizarían solo los Estados, los bancos centrales y las grandes empresas que realicen transacciones internacionales, dijo a la cadena TF1. Los ciudadanos de a pie solo tendrían en el monedero la moneda nacional.

Le Pen mencionó hace tiempo la Unidad Monetaria Europea (ECU) como ejemplo. Se trataba de una especie de divisa común virtual que existió antes del euro y que servía como unidad de cálculo para los bancos centrales.

Incógnitas

Por el momento, no se sabe cómo se aplicaría concretamente la propuesta de Le Pen. Su programa exige la soberanía en cuestiones monetarias, es decir, también la posibilidad de devaluar la moneda propia. Pero este sería un potencial punto de conflicto en el caso de que siguiese existiendo una divisa común, dado que todos los países de la unión tendrían que votar a favor de dar un paso así de radical, lo que parece muy poco probable.

Le Pen promete celebrar un referéndum en el que los franceses decidan sobre el resultado de las negociaciones con el bloque. Sin embargo, el vicepresidente del Frente Nacional, Florian Philippot, ha dejado claro que la propuesta de Le Pen perdurará: un año después de que la ultraderechista llegara al poder, la baguette se pagaría “con mucha probabilidad” con “un nuevo franco”.