Las claves de la Cumbre de la OTAN: de la guerra en Ucrania a Ceuta y Melilla

La Cumbre de la OTAN, que tendrá lugar esta semana, el 28, 29 y 30 de junio, obliga a blindar la ciudad de Madrid durante toda la semana, con un dispositivo integrado por más de 100.000 efectivos, museos cerrados y aviones y helicópteros espías.

El encuentro se celebra cuatro meses después del inicio de la invasión de Putin en Ucrania, lo que convierte a la próxima Cumbre de la OTAN en una de las más importantes de las últimas décadas. Entre los temas clave que se abordarán en la cita internacional, se encuentra el diseño del nuevo Concepto Estratégico, que tendrá en cuenta las amenazas híbridas, la ciberseguridad y el flanco sur de la Alianza, y la solicitud de ingreso de Suecia y Finlandia, que esperan una resolución positiva de los 30 miembros.

Guerra de Ucrania y nuevas amenazas

Uno de los objetivos de la próxima Cumbre de la OTAN es la definición de un nuevo Concepto Estratégico de la Alianza. La última vez que se vertebró fue en la Cumbre de Lisboa en 2010, desde entonces, el escenario geopolítico ha cambiado considerablemente, el nuevo orden mundial ya empezó a sufrir considerables modificaciones desde la llegada de la Covid-19, y la Guerra de Ucrania ha terminado por dar una vuelta al tablero internacional.

Tras la invasión de Putin y, por consecuencia, las amenazas cercanas al espacio de seguridad, la Organización del Atlántico Norte tendrá en cuenta como amenaza la posición de Rusia y, posiblemente, la de China. El nuevo Concepto Estratégico de la Alianza debe reflexionar sobre los valores democráticos y los Derechos Humanos, adoptar medidas de protección exterior ante las nuevas amenazas y delimitar unos objetivos de seguridad comunes para los Estados aliados.

El avance tecnológico corre como la pólvora, por lo que, las 44 delegaciones internacionales, que acuden a la cita de esta semana en Madrid, trabajarán para tomar decisiones sobre amenazas híbridas o ciberseguridad.

Ceuta y Melilla

España juega como anfitrión, por lo que los representantes del Gobierno buscan barajar sus cartas a favor de que la OTAN incluya en su paraguas de protección la soberanía y la integridad territorial de Ceuta y Melilla. En plena crisis con Argelia y tras el asalto de la valla de Melilla, este fin de semana, en el que han muerto 37 personas, la imagen de Sánchez llega dañada a la cita internacional

¿Está obligada o no la OTAN a responder a un ataque directo o indirecto contra Ceuta y Melilla? No hay duda de que España es un miembro destacado de la Alianza Atlántica y que aporta sus capacidades militares y estratégicas en los despliegues que la OTAN mantiene en diferentes escenarios del mundo.

No obstante, la protección de ambas ciudades autónomas no está especificada en el Tratado de Washington de 1949, sobre el que se articula el ámbito de actuación de la organización. Y cuando España se incorporó como miembro de pleno derecho no se modificaron los artículos que delimitan los territorios que quedan bajo responsabilidad de la Alianza, que no incluían ni Ceuta ni Melilla. Así las cosas, hay un limbo jurídico sobre el que no hay unanimidad.

España y el Flanco Sur

Otro de los triunfos que Pedro Sánchez persigue conseguir en la próxima Cumbre de la OTAN, es que el nuevo concepto estratégico incluya el flanco sur. Gran Bretaña, Francia, Italia y España consideran prioritario que, la organización presidida de por Jens Stoltenberg, incluya como prioridad los riesgos que supone la inestabilidad en el Sahel para la seguridad de Europa.

La estrategia de la Rusia de Putin en África pasa por una mayor presencia militar en el Sahel, con el acuerdo militar en Malí y la injerencia del grupo militar privado Wagner. A todo esto se une el expansionismo de China, que va labrándose una presencia estable en la región, gracias a importantes inyecciones económicas a los gobiernos o mediante la inversión directa de sus empresas en macroproyectos de infraestructuras y en el sector energético.

La inestabilidad política y de seguridad de la zona se ha visto agravada por el terrorismo y una oleada de golpes de Estado, que han dejado la gobernabilidad de países como Malí, Chad, Guinea, Sudán o Burkina Faso en manos de líderes militares.

Adhesión Suecia y Finlandia

Suecia y Finlandia esperan el visto bueno de los 33 Estados miembros respecto a su solicitud de ingreso. Según ha adelantado Europa Press, la embajadora de Finlandia, Sari Rautio, y el embajador de Suecia en España, Teppo Tauriainen, se han mostrado este lunes "optimistas" sobre la entrada de ambos países en la OTAN tras la cumbre que se celebrará esta semana en Madrid y han deslizado que lo harán de manera conjunta.

El principal problema al que se enfrentan los países escandinavos es el veto de Turquía. Ankara considera que Suecia favorecen a organizaciones como el PKK, declarado un grupo terrorista en el estado de Medio Oriente. Además, las relaciones entre Erdogan y ambos países no atraviesan su mejor momento, gracias al bloque de armas por parte de Suecia y Finlandia a Turquía.

Aún está por ver cuál será la hoja de ruta que la OTAN diseñará para la próxima década, pero lo que sí está claro es que la Alianza busca un mayor compromiso por parte de sus Estados miembros para aumentar su presupuesto en seguridad y defensa, como estrategia de protección ante futuras amenazas.