Internacional

Dos meses boca abajo, inmovilizado y sin luz: así ‘negocia’ Hamas la liberación de los rehenes

Con un aspecto frágil y extremadamente delgados, los cautivos son expuestos en un escenario ante una multitud con un “certificado de liberación” de Hamás

  • Ohad Ben-Ami (i), uno de los tres israelíes liberados -

Boca abajo, aislado y en silencio. Así fueron los últimos dos meses de Keith Siegel, uno de los últimos rehenes liberados por Hamás tras el acuerdo de alto al fuego entre el grupo terrorista y el gobierno de Israel. El pasado 1 de febrero Siegel fue liberado tras 484 días de cautiverio, o lo que es lo mismo, 15 meses de prisión en un zulo del que todavía no se conoce su paradero. 

Siegel, a menudo a oscuras, con las ventanas tapadas, impidiendo la luz del día, era obligado a tumbarse en el suelo con los ojos cerrados y en absoluto silencio. Para poder mantenerse cuerdo, durante tanto tiempo "su estrategia consistía en no salirse de sí mismo en la medida de lo posible", relataba uno de los hermanos del cautivo, mantener una rutina con la que no desinhibirse de la realidad. "Encontró su estrategia para mantenerse anclado [en el día a día], "qué número de día era, con quién estaba, y repetirlo y repetirlo".

Hambrientos. Heridos. Torturados. Así regresaron Eli Sharabi, de 52 años, Or Levy, de 34, y Ohad Ben-Ami, de 56 a territorio israelí después de más de un año de cautiverio bajo malos tratos por parte de los milicianos de Hamás. Los familiares de los liberados denunciaron las condiciones bajo las que regresaban después de que funcionarios militares del Ejército les revelaran el estado en el que volverían a casa: demacrados y expuestos como un trofeo ante la población civil gazatí. El patrón se ha repetido en la mayoría de casos desde que comenzaran los intercambios entre Israel y el grupo islamista, algo que ha hecho sonar las alarmas en el Ejecutivo judío que ya pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, que condenara el trato inhumano de estos tres rehenes israelíes liberados.

Antes de ser entregados el sábado pasado a personal de la Cruz Roja a cambio de más de 180 prisioneros palestinos, los rehenes, fueron exhibidos, con un aspecto frágil y extremadamente delgados, en un escenario ante una multitud en la ciudad de Deir al Balah, en la Franja Gaza. Los tres ciudadanos israelíes sostenían un “certificado de liberación” emitido por Hamás. Además, se les obligó a recitar palabras escritas expresamente para ellos, incluyendo un agradecimiento a los milicianos que los habían retenido durante 15 meses hasta ese ansiado día.

Los tres israelíes liberados

Este sábado fue el turno de Iair Horn, Alexander Trufanov y Sagui Dekel-Chen, tres nuevos rehenes liberados de quienes se espera que no vuelvan como sus antecesores. Los liberados el pasado fin de semana llegaron a dos hospitales con síntomas de "desnutrición severa" y tras haber perdido mucho peso, según explicó el Ministerio de Sanidad israelí después de efectuar los primeros chequeos médicos. "El mundo ha visto ahora de primera mano la brutalidad. El silencio ya no es una opción", indicó en un comunicado Danny Danon, embajador de Israel ante la ONU, quien el pasado domingo exigió al secretario general de la ONU, que condenara el trato inhumano sufrido por los rehenes.

Preocupación en la ONU

La respuesta de la ONU no tardó llegar, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos mostró su preocupación por el estado "demacrado" de estos prisioneros liberados. Thameen al Kheetan, portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU, señaló que "las imágenes de rehenes israelíes y detenidos palestinos demacrados como parte de la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza han sido profundamente perturbadoras".

En una publicación en su web, el organismo internacional denunció la existencia de "signos de malos tratos y desnutrición grave" visibles en los tres varones que Hamás liberó el pasado sábado. Tampoco ha pasado desapercibido para las Naciones Unidas las exhibiciones que hacen los milicianos de Hamas de los rehenes israelíes liberados. "Profundamente preocupada", se mostró por unos hechos que ya se ha repetido en las ocasiones previas, en referencia al "desfile público" de los israelíes liberados, quienes se suben a un escenario para ser mostrados ante los civiles de la Franja antes de ser subidos a una furgoneta de la Cruz Roja para su traslado a Israel. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos incide en que los cautivos son obligados, bajo coacción, a hacer declaraciones, en muchos casos ensalzando y 'agradeciendo' al grupo islamista.

Un cadáver en cautiverio

El pasado martes se conocía la noticia de la muerte del rehén Shlomo Mansur, que perdió la vida durante los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 y cuyo cuerpo permanece secuestrado en la Franja de Gaza. Tras confirmarse la muerte de Mansur, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lamentó lo sucedido. "Shlomo fue uno de los que construyeron el país y uno de los fundadores del kibutz Kisufim", dijo el mandatario en un mensaje, después de que los residentes de Kisufim confirmasen este martes su muerte en cautiverio.

El nombre de Mansur es uno de los 33 incluidos en la lista de rehenes a ser liberados durante la primera fase del alto el fuego en Gaza, que está en curso. Hamás ha confirmado que del total, ocho no están vivos, pero en ningún momento ha especificado quiénes son. "Compartimos la tristeza de la familia. No descansaremos ni mantendremos silencio hasta que vuelva a Israel para ser enterrado", aseguró Netanyahu. Mansur emigró a Israel junto a su familia cuando apenas tanía 13 años, tras sobrevivir al pogromo de Farhud en Irak. Quedan vivos en su familia, su mujer, cinco hermanos, cinco hijos y doce nietos.

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