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Internacional

Fallo estrepitoso de Nate Silver, el 'brujo' que se ha hecho millonario acertando elecciones

Nate Silver, en una entrevista televisiva

Cuando uno busca 'Nate Silver' en inglés en Google, el tercer texto predictivo que el algoritmo le ofrece es 'Nate Silver Net Worth', la riqueza o fortuna de Silver, estimada en 2 millones de dólares. Nate Silver cumple ese perfil americano que tanto gusta: se ha hecho rico gracias a una innovación rupturista: la estadística electoral. Lleva desde 2008, cuando acertó la predicción en 49 de 50 estados en la primera elección de Obama. Con su nuevo éxito en 2012 se ganó el apelativo de 'brujo' o 'mago'.

Nacido en Michigan y residente en Brooklyn, es homosexual reconocido, judío y cosmopolita. Por supuesto demócrata encarnizado. Un perfil muy habitual en Manhattan pero no tanto en la América conservadora que siempre vota republicano ni tampoco en el Mid West del que Silver huyó para no volver, una zona de base obrera que es la que peor evoluciona en la última década y que ha dado la presidencia a Trump.

El blog de Silver, insertado en NYT, es Five Thirty Eight, que coincide con el número de compromisarios que eligen al presidente. Su objetivo es predecir qué va a pasar con cada uno de ellos. No es el único que predice, pero sí el más reconocido. Hasta la tarde de este martes en Estados Unidos, madrugada en España. Una hora antes de la debacle de Clinton, que arrancó aproximadamente a las 2.30 CET, esta era la previsión que daba su blog.

El fallo estrepitoso del modelo estadístico utilizado es innegable, salvo que lo excusemos por el voto oculto de los seguidores de Trump, que por vergüenza o estrategia han decidido deliberadamente ocultar su voluntad a las encuestas. Los propios tuiteros seguidores de Silver no se aclaraban: mientras alguno le recriminaba sus "predicciones extremadamente erróneas" y le pedía que dejara el tema durante un tiempo, otros justificaban el derrumbe en la predicción: las encuestas están mal y 358 toma como modelos encuestas, luego la culpa no era suya, al menos no del todo.

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