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Internacional

Londres entra en cólera por el intento de Bruselas de gestionar Irlanda del Norte

Michel Barnier, negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit

La Unión Europea (UE) se decantó este miércoles por mantener a la República de Irlanda y a Irlanda del Norte en el mercado interior y la unión aduanera tras la salida británica del club comunitario, con el objetivo de preservar la cooperación entre ambas áreas y el acuerdo de paz de Viernes Santo.

"Se crea un área regulatoria común que incluye a la Unión Europea y al Reino Unido en lo referente a Irlanda del Norte. El área regulatoria común debe constituir un espacio sin fronteras internas donde el libre movimiento de bienes se garantice y la cooperación entre el norte y el sur se proteja", dice un documento publicado este miércoles por la Comisión Europea (CE).

La propuesta ha hecho entrar en cólera a Londres. La primera ministra británica, Theresa May, dijo este miércoles en el Parlamento que no aceptará el borrador del acuerdo del "brexit" elaborado por la Comisión Europea (CE) porque "amenaza la integridad constitucional del Reino Unido".

"Ningún primer ministro de Reino Unido podría estar nunc ade acuerdo con eso", ha dicho la premier

En la sesión semanal de preguntas a la primera ministra en la Cámara de los Comunes, May se mostró en desacuerdo con el borrador porque propone "una área común regulatoria" entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la Unión Europea (UE).

"Ningún primer ministro del Reino Unido podría alguna vez estar de acuerdo con eso", añadió la "premier" conservadora, en referencia a la posibilidad de que la frontera comercial quedara delineada en el mar de Irlanda, que separa Irlanda del Norte de Gran Bretaña.

La frontera entre la provincia y la República de Irlanda es uno de los asuntos más difíciles de resolver en las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE porque un retorno a las barreras fronterizas podría poner en peligro el proceso de paz norirlandés.

Londres quiere una frontera invisible

El Gobierno de May ha dejado claro que quiere que la frontera entre las dos Irlandas siga siendo invisible mientras que los partidos probritánicos se niegan a que, para mantener una unión aduanera entre ambos territorios, la frontera comercial quede fijada entre la provincia y Gran Bretaña.

Esa última posibilidad es totalmente inaceptable para el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, del que May depende para gobernar tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales del año pasado.

"El borrador de texto legal que la Comisión ha publicado podría, si es implementado, perjudicar el mercado común del Reino Unido y amenazar la integridad constitucional del Reino Unido al crear una frontera aduanera y regulatoria en el mar de Irlanda y ningún primer ministro del Reino Unido podría alguna vez estar de acuerdo con eso", puntualizó la jefa del Gobierno.

"Dejaré esto bien claro al presidente (de la Comisión Europea, Jean-Claude) Juncker y a otros", añadió.

El borrador divulgado hoy en Bruselas por el negociador comunitario, Michel Barnier, señala que si no se encuentra una solución diplomática o técnica para mantener la frontera invisible, "el territorio de Irlanda del Norte, excluida las aguas del Reino Unido, será considerado parte del territorio aduanero de la Unión".

Posibilidad de una frontera

Según revelaron hoy los medios locales, el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, ha sugerido la posibilidad de reintroducir una frontera entre las dos Irlandas tras el "brexit".

En un documento enviado a la primera ministra y filtrado hoy, Johnson señaló que el Gobierno debería concentrarse en evitar que la frontera sea "significativamente" menos visible, dando a entender que habría otra vez controles fronterizos entre ambos territorios

El texto, un borrador del acuerdo de retirada del Reino Unido de la UE, traduce en términos jurídicos los compromisos alcanzados entre las dos partes en diciembre pasado sobre los derechos de los ciudadanos, el acuerdo financiero y la frontera irlandesa.

El negociador comunitario para el "brexit", Michel Barnier, explicó durante una rueda de prensa que mantener a Belfast y Dublín en el mercado interior y la unión aduanera protege "ahora o en el futuro" la cooperación entre el norte y el sur, la economía irlandesa y el acuerdo de paz de Viernes Santo del 10 de abril de 1998.

En el documento con los compromisos que permitieron pasar a la segunda etapa de las conversaciones del "brexit" en diciembre, que ha servido de base al texto publicado hoy, Bruselas planteaba tres opciones para resolver la cuestión irlandesa.

Sin embargo, la primera de ellas, que proponía abordar la problemática en el acuerdo sobre la futura relación, no se puede materializar en el momento de la salida y, en el caso de la segunda, en la que Londres se comprometía a realizar propuestas concretas, la Unión Europea no las ha recibido aún.

Por tanto, Barnier instó a incluir la coherencia reglamentaria entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte en el acuerdo de retirada, si bien se mostró dispuesto a debatir las tres opciones "en paralelo".

"Es la única forma de garantizar que nuestros compromisos conjuntos se mantendrán en todas las circunstancias", declaró, no obstante, sobre la tercera alternativa, para a continuación subrayar que si se pretenden evitar los controles fronterizos se necesita una "alineación completa" con la legislación comunitaria en las normas sobre bienes y salud veterinaria y de plantas.

Así, reiteró que "no es posible" contar con dos sistemas diferentes de gestión de la salud animal y la protección contra las enfermedades en un espacio geográfico "coherente", y resaltó que la apuesta de la UE para la isla irlandesa no busca "provocar" a nadie.

Además de las cuestiones que permitieron pasar a la segunda fase de las conversaciones, el borrador del acuerdo de retirada hace referencia al periodo transitorio posterior al "brexit", que se prolongaría entre la salida efectiva en marzo de 2019 y diciembre de 2020.

A ese respecto, Barnier ya advirtió este martes de que la transición debe tener una duración determinada y que en la actualidad "no se puede dar por hecha" por las "divergencias importantes" entre las dos partes sobre sus condiciones.

El documento presentado este miércoles se debatirá con el Parlamento Europeo (PE) y los veintisiete países que permanecerán en la Unión tras el "brexit" antes de su presentación al Reino Unido, pero el negociador comunitario recalcó que su versión definitiva debería aprobarse en otoño y dejar tiempo para su ratificación en el Consejo de la UE, la Eurocámara y el Parlamento británico.

El exeurocomisario francés aseguró este miércoles que es necesario "acelerar" las negociaciones sobre la salida británica del club comunitario si se quiere concluir con éxito ese proceso.

"Si queremos tener éxito en esta negociación, y yo quiero tener éxito, debemos acelerar", afirmó el político francés, quien también anunció que la próxima semana Londres y Bruselas mantendrán una nueva ronda de negociaciones.

Recordó que en solo trece meses, tras el 29 de marzo de 2019, el Reino Unido ya no será un Estado miembro e insistió en organizar la retirada de forma "ordenada".

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