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Internacional

Chávez, el líder incendiario que se ganó el apoyo del pueblo venezolano

Idolatrado por unos y odiado por otros. Así fue Hugo Rafael Chávez Frías. El abanderado de la Revolución Bolivariana que acabó abrazando el Socialismo del S.XXI despertó pasiones y desprecio a partes iguales. Democrático, progresista y firme defensor de la lucha social para sus fieles seguidores, el presidente que ostentó el poder de Venezuela durante 14 años no fue más que un dictador populista de discurso demagogo para sus detractores. Lo que es incuestionable es que su carisma e influencia hicieron que hablar de Venezuela fuera hablar también de Chávez. Famoso por sus intervenciones incendiarias, al comandante le esperaban otros seis años en el Palacio de Miraflores. Sin embargo, su muerte, tras dos años de lucha contra el cáncer, ha puesto fin a su cuarto mandato presidencial y ha dejado huérfano su proyecto socialista en Venezuela.

Chávez hizo del ejercicio del poder un espectáculo televisivo en el que se presentó a sí mismo como defensor de los pobres, azote de los ricos, continuador del libertador Simón Bolívar y enemigo del “Imperio”, como denominaba a Estados Unidos. Rezaba, las imágenes de Jesucristo le acompañaban y defendía el socialismo con la cruz en la mano. Pero además se le conocía por su buena relación con algunos de los líderes mundiales más controvertidos como el dirigente iraní, Mahmud Ahmadineyad, o el fallecido dictador libio Muamar el Gadafi. El líder venezolano fusionó el tradicional caudillismo latinoamericano con un discurso en defensa de las luchas sociales que después bautizó con el nombre de Socialismo del Siglo XXI.

El espectáculo televisivo era parte de su día a día como presidente y fue utilizado como plataforma de su discurso populista contra el "Imperio"

Hugo Chávez nació el 28 de julio de 1954 en Sabaneta en el seno de una familia humilde. Hijo de un matrimonio de maestros rurales y segundo de siete hermanos varones, pasó su infancia en el hogar familiar, una casa de paredes de adobe, techo de hoja de palma seca y suelo de tierra. Pero la primera vez que el mundo escuchó hablar de Chávez fue el 4 de febrero de 1992, cuando el entonces teniente coronel asumió la responsabilidad por un fracasado golpe de Estado.

El intento de derrocar al entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, le llevó a prisión y, tras dos años en la cárcel y gracias a un sobreseimiento presidencial a cambio de dejar el Ejército, logró la libertad. Y ahí comenzó su carrera política. Con ese reconocimiento y con un discurso marcado por mensajes sobre justicia social y en favor de los pobres, logró la Presidencia en 1998.

El respaldo en las urnas, reflejo del apoyo popular

A partir de entonces comenzó en Venezuela la era Chávez. Una de sus primeras acciones fue impulsar un referéndum para derogar la Constitución de 1961, aprobado por el 80% de electores, y otro que sirvió para ratificar la nueva Constitución de 1999. El gran apoyo popular le permitió ser reelegido en tres ocasiones y mantenerse en el poder durante cuatro mandatos presidenciales (el último inconcluso).

Los ingresos petroleros, los más altos de la región (su producción diaria se estima en cerca de 3 millones de barriles, según cifras oficiales) sirvieron a Chávez, además de para abastecer a las grandes potencias mundiales, para sostener su proyecto socialista. Basó gran parte de su política en programas de asistencia social (desde 2003 llamadas misiones) que incluían generosas partidas en áreas de vivienda, salud y educación. La gestión de esos recursos fue la que, en gran medida, le aseguró un importante respaldo en las urnas. El apoyo del que goza el chavismo entre los cerca de 29 millones de venezolanos está fuera de toda duda. El que fuera cofundador en 1982 del Movimiento Bolivariano Revolucionario, ganó 12 de las 14 campañas que lideró desde 1998, perdiendo en dos ocasiones por un estrecho margen.

El golpe de Estado contra su gobierno, la inflación y la escalada de violencia son algunos de sus momentos más críticos

Pero el líder sudamericano también pasó por momentos críticos como inquilino del Palacio de Miraflores. El primero y puede que más importante de ellos fue el fallido golpe de Estado contra su gobierno en el año 2002, que le mantuvo cerca de 48 horas fuera del poder. En 2009 su ejecutivo se vio obligado a racionar el suministro eléctrico en todo el territorio venezolano debido a la profunda crisis energética que azotó al país desde ese año. Salvo en Caracas, la capital, se aplicó un programa de ahorro energético con penalizaciones. Otro de los episodios negros del mandato de Chávez que afectó a su crédito tuvo lugar en 2010, cuando se descubrió que la empresa estatal PDVAL importó cinco veces la cantidad de alimentos que era capaz de distribuir y 130 mil toneladas de alimentos caducados se encontraban almacenadas en diferentes puntos del país. La oposición acusó a Chávez de mala gestión y de querer ocultar a los culpables.

En los últimos tiempos, el presidente tuvo que luchar contra el problema de la inflación y el incesante ascenso de la violencia, que ha generado un manifiesto clima de inseguridad en el país. Sin embargo ninguna crisis política es comparable a la batalla más dura a la que tuvo que hacer frente: su salud. En 2011 se hizo pública la noticia de que padecía un cáncer, lo que le obligó a someterse a tres cirugías y varios tratamientos en apenas un año. Al tratamiento se sometió en Cuba, no solo por la confianza depositada en sus médicos, sino también para evitar cualquier filtración sobre la realidad de su enfermedad. Y es que el tema de su evolución ha sido tratado con absoluta opacidad, lo que dio lugar a numerosos rumores sobre su muerte.

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