Auschwitz-Birkenau, la mayor atrocidad acometida en suelo europeo, y una de las peores que el ser humano ha visto. Tal día como hoy, soldados del Ejército Rojo llegaban a unas instalaciones que, hasta la fecha, nunca habían visto y nada más entrar pudieron ver los horrores a los que son capaces de llegar el ser humano. Lo mismo vieron las tropas aliadas cuando llegaron a los campos de exterminio situados en el frente occidental.
Cuando los soldados de la Unión Soviética llegaron al campo de concentración en territorio polaco el 27 de enero de 1945 en sus instalaciones aún permanecían unos 7.000 prisioneros, pero antes, las autoridades del Régimen Nazi trasladaron a alrededor de 60.000 hacia otros campos situados hacia el oeste lejos del frente oriental. Durante la marcha perdieron la vida entre 9.000 y 15.000 prisioneros. En total, según el Museo Auschwitz-Birkenau, se estima que por el campo de concentración y exterminio, al que comenzaron las deportaciones en 1942, pasaron unos 1,3 millones de personas, de los que 1,1 millones fueron exterminadas, y de los cuales principalmente judíos.
En conmemoración de los 80 años de la liberación del campo de exterminio y los miles de prisioneros que aún quedaban en las instalaciones se ha realizado un acto en el que se han invitado a junto a otros 60 jefes de Estado y de Gobierno; incluyendo a los Reyes de España. En la ceremonia también han sido invitados algunos de los supervivientes que vivieron el horror del campo de primera mano. Algunos símplemente han hecho acto de presencia, asistiendo en primera fila a los actos que se celebraban también por ellos, y otros se han aventurado al escenario del que han ofrecido un discurso en el que instaba a tomar medidas para "evitar los errores" del pasado.
"Un caos así puede ocurrir en cualquier lugar"
Marian Turski, de 99 años, periodista e historiador polaco, fue deportado a Auschwitz en agosto de 1944, en uno de los últimos transportes del gueto de Łódź, en el que estuvo desde 1942, hasta el campo de exterminio nazi, y sobrevivió en enero de 1945 a dos de las conocidas como "marchas de la muerte" a la que obligaron los nazis a los prisioneros a medida que los soldados aliados se aproximaban a los campos de concentración. Este superviviente, de los cuatro que han participado en la ceremonia, apeló a "no tener miedo" ante el antisemitismo que llevó al Holocausto en la Segunda Guerra Mundial y a "resolver problemas entre vecinos, gentes y grupos étnicos", durante la conmemoración de los 80 años de la liberación por el Ejército soviético de ese campo de exterminio nazi.
En un emotivo discurso, pronunciado ante 2.500 personas y más de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, diplomáticos y representantes de países y organizaciones internacionales, Turski, del Consejo Internacional de Auschwitz, puso de ejemplo las reconciliaciones históricas entre naciones enfrentadas en el pasado como Francia y Alemania. "No tengamos miedo de convencernos de que podemos resolver problemas entre vecinos, porque durante siglos, en muchos continentes, muchas naciones y muchos pueblos y muchos grupos étnicos han tenido sus casas los unos con los otros", señaló Turski.
El historiador polaco también aprovechó para alertar de que el "odio y la incitación al odio" llevan al "conflicto armado" y al "baño de sangre". En su intervención, que terminó con un aplauso que puso en pie a los asistentes, también alertó ante el "auge del antisemitismo", un sentimiento que "llevó al Holocausto" y las teorías de la conspiración que culparon a grupos sociales, como los judíos, de los males del mundo.
Otra de las supervivientes, Janina Iwańska, nacida en 1930 en el seno de una familia católica que se atrevió a desafiar al Reich escondiendo a dos judíos, que huían de las deportaciones que acaban de comenzar por el territorio de la Alemania Nazi. Al poco tiempo fueron descubiertos por agentes alemanes un día que los padres de Iwańska estaban fuera de la casa, pero ella sí estaba. Fue detenida y trasladada a Auschwitz. Sufrió una marcha de la muerte y al ser liberada descubrió que habían asesinado a toda su familia. Tenía 14 años, cuando empezó esta tortura. Esta superviviente instó a todos los asistentes a la ceremonia, y a Europa, a "no dejarse llevar por locuras" como las ocurridas en la Segunda Guerra Mundial y que terminaron en el Holocausto. Alertó de que "no se debe perder de vista que un caos así puede ocurrir en cualquier lugar".
A su vez, Tova Friedman, de 86 años, llegó a Auschwitz con cinco años un domingo de 1944 junto a su madre. Estaba prevista su ejecución más adelante, pero sobrevivieron gracias a que el día que les tocaba ser asesinadas, el sistema de gas sufrió un atentado contra sus tuberías, dejando el sistema inservible. El día de la 'marcha de la muerte', su madre y ella se escondieron entre los cadáveres que había por el recinto, hasta que soldados del Ejército Rojo las encontraron ese 27 de enero de 1945. Durante su discurso destacó que hay que despertar "la conciencia colectiva para transformar la violencia, la ira, el odio y malignidad que tan poderosamente ha atrapado a la sociedad en un mundo más humano y justo antes de que estas fuerzas negativas destruyan" al mundo. Friedman, que fue una de las personas más jóvenes en salir viva de Auschwitz, alertó igualmente ante el antisemitismo que hay en la actualidad.
Leon Weintraub, un joven de 17 años que, contra todo pronóstico, logró escapar de Auschwitz pocos meses de llegar al mismo. Lo consiguió en un tren que le transportaba, junto a otros prisioneros, a otro campo de concentración. El segundo tren en el que iba, con destino a un tercer campo de exterminio, fue bombardeado por los Aliados, permitiéndole escapar a pie y llegar a una ciudad que estaba ocupada por soldados franceses, tras lo cual, fue liberado. Durante su discurso urgió a ser sensibles a todas las expresiones de intolerancia y resentimiento hacia los que son diferentes y pidió tomar en serio "lo que predican los enemigos de la democracia". "Debemos evitar los errores de los años treinta, cuando el mundo no se tomó en serio los planes del régimen nazi", señaló. "Este fue un lugar donde la técnica de asesinato masivo fue introducido", explicó en un aniversario que sirve "como una advertencia de los crecientes movimientos antidemocráticos en el mundo", finalizó.