Pensando en colocar las cuantiosas ganancias que acumulan con sus profesiones artísticas, muchos famosos se han lanzado a invertir en diferentes sectores, entre ellos la hostelería, sin caer en la cuenta de que para poder competir en un sector con profesionales de tanta valía no basta con salir en el papel couché o ser más o menos popular. Unos años, en el mejor de los casos, como locales de moda donde sus amigos y la gente guapa se dan cita para pasar más tarde al olvido. Como bien dice el proverbio español,  “zapatero a tus zapatos”.

Corren tiempos borrascosos con este tema de la corrupción política. Todos los días, los telediarios de las distintas cadenas comienzan con este tema que es oprobio del país. El desasosiego popular resulta, sin embargo, filón de oro de tertulianos en los programas televisivos de tal objeto.

El presidente del Real Madrid siempre puntualiza que él no gasta el dinero en fichajes, sino que lo invierte. Lo cierto es que pocos clubes, y ninguno como el que preside, son capaces de amortizar las millonadas con las que año tras año el conjunto blanco se fuerza. Los números le avalan. Los títulos, no tanto. El caso es que durante sus dos mandatos, de 2000 a 2006 y de 2009 a 2013, el desembolso en fichajes de Florentino Pérez es de 953 millones, a los que en breve habrá que sumar los más de 100 que le costará la llegada del galés del Tottenham, Gareth Bale, su última inversión.