Para algunos de los que fueron sus ministros, ejerció de jefe del Gobierno como si se creyera el presidente de la III República. Anoche, año y medio después de dejar La Moncloa, no solo elogió el “papel integrador” del rey Juan Carlos sino que se atrevió a dar lecciones a Rubalcaba, al que aconsejó que negocie nuevos pactos con Mariano Rajoy, más allá del que ayer se votó en el Congreso para enviar a Bruselas un mensaje de unidad de los principales partidos sobre el reto europeo.

Esta vez no vamos a centrarnos en un gadget en particular sino en un tipo de producto injustamente relegado a un segundo plano por el consumidor en general y del que sólo advertimos su valía cuando lo vemos en acción en la tiendas de electrónica o en la casa del vecino: son las barras de sonido.

España, que es país de envidiosos, cree que las rubias son tontas igual que araña los coches que no puede comprar. Si había alguna duda sobre las chicas doradas llegó el PP con sus mechas y terminó de consolidar el mito. Lo cierto es que muchos de los que hacen burlas sobre ellas después sueñan con conquistar una.

La UE y el Gobierno español coinciden en denunciar el abuso en el cobro de ayudas agrícolas por terratenientes como la Duquesa de Alba o los Mora Figueroa, entre otros muchos. Negocian en Bruselas un modelo de agricultor en activo que tendrá derecho a subvención si al menos un 25% de sus ingresos procede de la explotación agraria, con una salvaguarda para los pequeños jornaleros. El objetivo es vincular la PAC a las hectáreas que se trabajen, no a las que sólo se tienen en propiedad.