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El músico Leiva confiesa que sufre un trastorno mental y habla de su soltería

El músico Leiva en su domicilio

José Miguel Conejo Leiva, que ha compuesto el tema principal de la película 'La llamada', ha concedido su entrevista más personal. Algo inusual en él ya que siempre se ha mantenido en un plano discreto aun habiendo mantenido un noviazgo de casi tres años con la actriz Macarena García.

Leiva, de 37 años, ha confesado por primera vez que padece un trastorno mental, es un hipocondríaco extremo: “No puedo mirar en Internet porque todo lo que lea lo voy a notar. Si tú me dices ahora que tienes unos sarpullidos que te han salido esta mañana, es muy probable que yo por la tarde me encuentre unos sarpullidos parecidos”, ha declarado en ‘El País’. Su obsesión es tal que ahora cree tener “unas piedrecillas en la vesícula”.

El cantautor ha continuado relatando cómo vive esta pesadilla, que le provoca pánico ya que tiene una preocupación constante y obsesiva por su salud, y le lleva a exagerar los sufrimientos, que pueden ser reales o imaginarios. “Si me hago un análisis y tardan un día en verlo, pienso: 'ya está, lo han visto'. Si me llama un número desconocido, creo que es el laboratorio que me va a decir: 'Miguel, lamentamos comunicarte que vas a morir esta noche'”.

El artista ha hablado por primera vez de su hipocondría porque cree que hacerlo le ayudará a superarlo y con la intención de concienciar a la gente sobre el tema. “Mi entorno ahora ya se lo toma con sentido del humor y yo me tomo menos en serio. Es un sufrimiento que trato de no quedarme para mí. Hablo de ello y eso me ayuda a restarle importancia. Siempre bromeo con que la frase que diré justo antes de morir será: ‘Os lo vine avisando desde hacía mucho tiempo’”.

“Soy un tipo que no estoy cómodo en ningún sitio”

También ha hablado, a su manera, de su reciente soltería tras romper con la actriz Macarena García, el pasado mes de agosto: “Mi vida ahora no es muy diferente a la que llevo cuando tengo pareja. Tener o no una pareja no varía mi volumen de salidas nocturnas. Es verdad que cuando tienes un anclaje sentimental hay una serenidad de no andar buscando fuera y sientes menos inquietud por salir. Pero mi vida, soltero o no, es de mochila y furgoneta, y me gusta. Es agotadora y adictiva. Yo soy un tipo que no estoy cómodo en ningún sitio. Estoy en un sitio y pienso que debería estar en otro”.

Además, el músico ha querido dejar claro que mantener un romance con un músico es algo posible: “Se puede construir una relación y cuidarla viajando. Es cierto que tienes vértigos y desapegos, porque siempre estás de paso y nunca te quedas en un sitio. Vivimos en una furgoneta, 100 conciertos al año suponen 200 años viajes de furgoneta. Pero salir con un músico es posible”.

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