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José Fernando acudió a un tarotista para saber la verdad de sus padres, y más

José Fernando acudió a un tarotista para saber la verdad de sus padres, y más

José Fernando ha ingresado en ‘Proyecto hombre’ después de que su padre quisiera su incapacitación. Pero, antes de eso, José Fernando le pidió ayuda esotérica al Maestro Joao, conocido vidente de los famosos. Y lo hizo antes de su último ingreso, en la fiesta de cumpleaños de Malena Gracia, donde ambos estuvieron invitados.

El equipo de GRITOS se ha puesto en contacto con Joao, quien nos asegura que “lo que me transmitió José Fernando llegó a emocionarme muchísimo”.

Entre otras cosas, él y el hijo de Ortega Cano hablaron de dos temas fundamentales: de la desaparecida madre de José Fernando, Rocío Jurado, y de su actual novia, Michu, y el supuesto embarazo –y posterior aborto natural-, que ella dijo haber sufrido y que después se destapó, era una gran mentira y nunca había estado embarazada.

“Le interesaba mucho el tema de los hijos”

Sobre este segundo asunto, el vidente nos asegura que “le interesaba mucho el tema de los hijos, si él tendría y si cuántos tendría o si sería niño o niña. Pero, sobre todo, le interesaba si era verdad si Michu había estado embarazada o no”, lo que demuestra que él, en ningún momento, estuvo implicado en la mentira de Michu. Sino que, más bien, fue el primer engañado en creerse la mentira de un hijo en camino.

Sin embargo, el otro punto, el del poso que ha dejado Rocío Jurado tras su muerte, parecía interesarle casi más que el tema del bebé. “Cuando su madre murió, él piensa que ella se quedó con una imagen rebelde de él, y es algo que no se perdona. Por eso muestra una rabia continuada, pero no contra el mundo, sino contra sí mismo”, nos cuenta.

“Casi al despedirnos, José Fernando me pregunto si Rocío (Jurado) estaba feliz o tranquila con lo que estaba viendo. Y le dije que ella está en paz y orgullosa de él”, añade Joao.

Además, al hijo del diestro también le preocupa “que sus padres se quisieran” hasta el último día en que la más grande falleció. “En el fondo, sí que se querían”, nos cuenta el maestro.

“Cuando terminó de hablar conmigo, le vi muy dispuesto a querer cambiar. Como si se hubiera quitado una espina y quisiera seguir mirando hacia adelante”, ha concluido.

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