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La evolución del armario de Letizia: de su amor por Varela al flirteo ‘low cost’

La evolución del armario de Letizia

¡Cómo pasa el tiempo! Aquel 19 de junio de 2014 hacía un calor de justicia en Madrid y aprovechando que era festivo en la capital celebré una comida de Coronación con sus langostinos y todo.

Parecía mentira que esa periodista que nos enseñó a contar en euros y nos mostró la tragedia del ‘Prestige’ se convirtiera en reina. Poco queda ya de aquella Letizia tímida cuyo estilo seguía muy marcado por ser presentadora de Telediarios. Ahora, al menos a nivel estilístico, sabe lo que quiere y es uno de los iconos fashion de la realeza fuera de España, solo comparable con las ‘Máximas’ y las ‘Ranias’ del momento.

En su época de princesa, doña Letizia fue depurando mucho su armario. Al principio parecía que la ropa le llevaba a ella y no al revés. Solo con una excepción el fantástico traje blanco de Armani con el que anunciaron a la prensa que se casaban: me encantó y siempre me encantará. Una lástima que su espontaneidad fuera tan criticada. Ahora creo que le marcaron para siempre.

Los últimos años de princesa, antes de la abdicación de su suegro, Letizia ya tenía hecho un estilo propio: los vestidos lápiz de Varela, su media melena y los tacones. Aún algo tímida en esto de las últimas tendencias, pero teniendo claro, por ejemplo, que no le gusta llevar muchas joyas (no usa ni su alianza de casada ni su anillo de pedida).

Sin embargo, y salvo, la rinoplastia, el mayor cambio exterior de Letizia ha sido desde que es reina. Con su buena genética, ni siquiera los embarazos de sus hijas han dejado huella en su cuerpo, sigue con una esbelta figura, que algunos consideran demasiado delgada.

Letizia acudió a la proclamación de su marido de blanco, un color neutral con un abrigo exquisito de Varela. Su atuendo fue correcto. Lo que no fue tan correcto fue su peinado. El pelo suelto con una trenza de espiga le hacía tener una melena muy pobre. Hubiera estado perfecta con un moño bajo.

Letizia ha seguido comprando mucho por internet

Desde ese día, Letizia ha ido demostrando que en cuestiones estilísticas la reina es ella y se nota que ha impuesto su criterio. Ha contratado a una estilista (igual que hacen las actrices), se cortó el pelo como una celebritie y empezó a combinar alta costura con modelos low cost. En su armario y para las grandes ocasiones ya no solo vestía de Felipe Varela sino que empezó a comprarse prêt-à-porter de Nina Ricci o Carolina Herrera con los que ha recibido muy buenas críticas. Invirtió en buenos complementos, como zapatos de Prada o bolsos de Loewe y ha ido alternando sin pudor prendas de bajo coste con otras más caras. Por fin, entraba en su armario Zara (durante mucho tiempo no llevó nada de la firma española por antonomasia)  y este año le vimos una capa y varias chaquetas étnicas de la firma gallega.

Letizia ha seguido comprando mucho por internet de marcas emergentes españolas y muy usadas por las it girls patrias, lo que demuestra que sigue siendo una mujer de su tiempo preocupada por su aspecto y con un espíritu joven.

Últimamente su gran pasión son los pendientes grandes de bisutería que no suelen alcanzar los 20 euros. Alterna muchos y en cada acto público lleva unos distintos. Antes siempre llevaba unos discretos brillantes de Chanel.

En cuanto a joyas, ha seguido siendo bastante discreta, aunque ha estrenado la Tiara Princesa, regalo de su marido y que ha estado guardada en su joyero durante años. También se puso un collar de perlas de la colección “de pasar” que solo pueden llevar las soberanas españolas y que le aportaban un empaque especial.

Letizia ha brillado especialmente en cenas de gala. Ya no como princesa sino como una reina que sabe que se juega mucho. Sus compromisos de este tipo se han incrementado y ha tenido que encargar un buen número de vestidos de fiesta. Casi todos muy acertados.

También ha demostrado su carácter a la hora de llevar ciertas prendas poco usadas por las royals: sandalias abotinadas, escotes, pantalones de cuero, capas…

No cabe duda de que, lejos de aseñorarse, el armario de Letizia parece más el de una princesa que el de una reina.  Esperemos que siga así y siempre siga sorprendiéndonos.

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