Ana Rosa Quintana, muy afectada, recuerda a David Gistau, fallecido a los 50 años

El periodista y escritor David Gistau ha fallecido este domingo en Madrid a los 50 años de edad después de dos meses peleando contra una enfermedad, según ha informado el diario El Mundo, donde desarrolló la mayor parte de su carrera y se convirtió en uno de los principales columnistas de España.

Gistau era muy conocido y querido por compañeros de profesión, entre los que se encuentra Ana Rosa Quintana. La presentadora de Telecinco ha querido despedirse, visiblemente afectada, este lunes del periodista.

Ana Rosa, muy afectada por el fallecimiento de Gistau

La presentadora ha hablado del talento de su compañero. "Hoy es un día muy triste en esta mesa. Lamentamos tener que comenzar con una triste despedida, la de nuestro compañero David Gistau. Ha fallecido tras dos meses de dura lucha. Era uno de los mejores columnistas de su generación y de otras generaciones. Tenía una voz única y un talento infinito", ha dicho Ana Rosa en el programa que lleva su nombre.

"Estamos pensando fundamentalmente en el dolor de su familia. Desde aquí mandamos un abrazo a su mujer y sus cuatro hijos. Nos quedamos con el recuerdo de un periodista y escritor mordaz, con sentido del humor y con un talento infinito", ha añadido la presentadora, recordando la columna de Gistau en la que contaba lo difícil que fue para él crecer sin padre, pues su progenitor murió cuando él era muy joven. Una historia que se ha vuelto a repetir ahora.

Gistau, un referente del columnismo español

Gistau inició su carrera como reportero de viajes y guionista de televisión. Posteriormente, fichó por La Razón, donde permaneció siete años, hasta 2004, cuando fichó por El Mundo. Su actividad más destacada ha sido la de columnista, donde ha acostumbrado a escribir sobre temas de política, actualidad y deportes. En los últimos años, también había colaborado en Onda Cero y en COPE.

En El Mundo destacó como columnista, pero también fue reportero de guerra en Afganistán y más tarde incursionó con éxito en el ámbito literario. Precisamente una recopilación de sus primeros artículos daría lugar a su primer libro 'A que no hay huevos' (2004). Posteriormente, en la novela se estrenó con 'Ruido de fondo' (2008), a la que siguió con 'Golpes bajos' y más tarde 'Gente que se fue'.