Una exposición del artista estadounidense Mark Bradford inaugura el centro de arte Hauser & Wirth Menorca

Fundada en 1992 en Zurich por Iwan Wirth, Manuela Wirth y Ursula Hauser e inspirado el modelo de Hauser & Wirth Somerset, al suroeste de Inglaterra, Hauser & Wirth Menorca favorece la convivencia del el arte, la educación, la conservación y la sostenibilidad. Reconstruido en un centro de arte de 1500 m2 a partir de la transformación de una serie de edificios históricos presentes en la Isla del Rey, es una de las inauguraciones culturales más importantes del verano. Se trata de un recorrido exterior de esculturas que contará con obras de Louise Bourgeois, Eduardo Chillida, y Franz West, entre otros. En medio de la naturaleza salvaje, una luz y paisaje únicos, Menorca se sitúa este verano como uno de los centros neurálgicos del arte contemporáneo. La ciudad balear es Reserva de la Biosfera reconocida por la UNESCO, y con el fin de preservar el entorno y la biodiversidad de las especies, Hauser & Wirth colaboran este año con la Fundación para la Preservación de Menorca. Entre sus medidas se incluye un sistema de recolección de agua de lluvia, un sistema para reutilizar el agua para el riego del suelo, y la climatización de los edificios a través de la eficiencia energética.

Restaurado por el arquitecto argentino afincado en París, Luis Laplace, este proyecto de conservación ha utilizado materiales tradicionales como el techo de teja curva y el pavimento de terrazo hecho con piedra local, y la arquitectura interior presenta las vigas de madera originales restauradas. El paisajista Piet Oudolf ha sido el encargado de diseñar los jardines que rodean el centro incorporando especies nativas y plantas adecuadas al clima de Menorca.

El artista californiano Mark Bradford ha realizado la exposición inaugural del centro bajo el título Masses and Movements, formado por una instalación de esculturas de globos terráqueos, una pintura mural concebida expresamente para la galería y una serie de lienzos inspirados en un mapamundi del siglo XVI, considerado el primero que llevó impresa la denominación ‘América'. Como forma de continuar la investigación sobre sistemas opresores que el artista lleva a cabo desde los inicios de su carrera, la exposición incorpora obras de gran riqueza formal y complejidad alegórica, que corroboran la importancia de la abstracción arqueológica para comprender la realidad que nos rodea.