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Personajes

Los diez nombres que iluminaron el año. Música clásica: Joan Enric Lluna

Creador de la orquesta Moonwinds, su curiosidad y su alegría haciendo música son benditamente contagiosas.

El humanismo musical alcanza con Joan Enric Lluna cotas deseadas de cercanía y afecto. Desde el clarinete, la dirección musical o los proyectos pedagógicos, en Lluna imperan siempre la solidaridad y la emoción. Hace 14 años creó la modélica orquesta de cámara Moonwinds, y a finales de 2020 se ha lanzado a una nueva aventura incorporando a profesores y alumnos de la veterana orquesta L’Horta Nord, e integrando su experiencia como director artístico del atractivo Festival de Godella (Valencia), un lugar donde se perciben las luces y las sombras del pintor Ignacio Pinazo y donde vino al mundo Lluna.

Los criterios de divulgación cultural y de trabajo en equipo están en primer plano en este nuevo proyecto de la Moonwinds Simfònic. El 8 de noviembre fue la presentación en el Teatro Capitolio de Godella, con Beethoven de protagonista gracias a uno de sus conciertos para piano y a la emblemática Quinta Sinfonía, contando con la colaboración del pianista Josep Colom y la violinista Cecilia Bercovich. Todo ello sin olvidar el estreno de una obra de Óscar Colomina. El éxito fue arrollador.

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Joan Enric Lluna es un mozartiano de postín. El primer disco que grabó con el grupo Moonwinds, en su doble faceta de clarinetista y director de orquesta, está dedicado fundamentalmente a Mozart. Su versión de la Gran partita K.361 es, sencillamente, ejemplar. Ya antes había registrado con el Cuarteto Brodsky el quinteto para clarinete y cuerdas K581 y el concierto para clarinete y orquesta K622. Después ha prestado mucha dedicación a los músicos españoles en el exilio, en particular a Salvador Bacarisse, y este año ha presentado un par de grabaciones memorables, una de ellas dedicada a Joaquín Rodrigo con la Orquesta de la Comunidad valenciana, y un doble CD antológico con la Berliner Camerata con las sinfonías y conciertos para clarinete y orquesta de Carl Maria von Weber.

Lluna empezó 2020 de forma arrolladora en Barcelona interpretando el concierto para clarinete y orquesta El ángel necesario, de Mauricio Sotelo, de quien también desempolvó inspiradas páginas en el último Festival de Motril. Su curiosidad es inagotable. Y también su permanente alegría haciendo música. En cierta ocasión le escuché contar lo que había gozado como clarinetista en El anillo del Nibelungo, de Wagner, dirigido por Zubin Mehta. Ya el gran Lorin Maazel le había fichado como solista de la orquesta del Palau de les Arts. Lluna disfruta y nos hace disfrutar. Con Bernstein, con Bacarisse, con Martín y Soler, con Rodrigo, con Weber y… con Mozart. Gracias al clarinete, ha conseguido que Salzburgo y Godella estén más cerca que nunca.

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