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El aterrizaje en la Tierra de Alejo Sauras: "Ver un thriller, o una nave partir hacia otro planeta es mi forma de escapar"

Embarcado en su primer proyecto de ciencia ficción, el actor mallorquín reafirma su talento y versatilidad en 'Estoy vivo', la serie que aborda lo sobrenatural como una nueva mirada a los acontecimientos de la vida cotidiana.

Tras su éxito en series como 'Al salir de clase' y 'Los Serrano', Alejo Sauras ha construido una trayectoria asentada en la superación profesional y el trabajo interior con cada uno de sus personajes.

Con apenas 18 años, comenzó su carrera en la serie Al salir de clase dando vida a Santiago, un adolescente en busca de su identidad sexual que le convirtió por derecho propio en espejo de muchos jóvenes que asistían desconcertados a esa recurrente manía de la televisión de abordar la homosexualidad desde una comedia a veces insultante. Un papel que le abrió las puertas de una industria en la que estaba mal visto hacer televisión porque, según decían, “los buenos actores hacen cine”. Hoy, la energía y la empatía de Alejo Sauras (Palma, 1979) son dos cualidades que bien definen su forma de ser y de trabajar. Orgulloso de su carrera y de los personajes que ha interpretado, la ciencia ficción protagoniza una nueva etapa en su vida, en la que ha descubierto “la magia de las cosas que aparecen de repente”. Estoy vivo es la serie de TVE en la que el actor mallorquín interpreta a Iago (o El Enlace), un personaje que vive entre el mundo de los humanos y el Más Allá ayudando al protagonista Andrés Vargas, interpretado por Javier Gutiérrez, a entender los sucesos que le ocurren tras su vuelta a la vida después de morir persiguiendo a un asesino en serie.

Sin preferencia por actuar delante de una cámara de cine o de televisión o encima del escenario de un teatro, Alejo Sauras entiende la profesión como un continuo aprendizaje a través de todos los formatos que la interpretación ofrece. Su personaje en Estoy vivo, que estrenó su cuarta temporada a principios de año (La 1, miércoles a las 22.10 horas), parece haberlo elegido a él, pues se confiesa un fiel consumidor de ciencia ficción, género con el que construye su propia forma de terapia y evasión del mundo real, y en el que escoge la eterna Matrix (incluso después de haberla visto casi 30 veces) e Interstellar entre sus títulos preferidos. Gran parte de su tiempo lo invierte en intentar comprender la vida de otras personas, tanto dentro del set de rodaje como fuera de él, desgranando personalidades reales o ficticias para luego interpretarlas a través de la empatía y la interiorización del personaje.

¿Qué destacas de la cuarta temporada frente al resto?
En primer lugar, el enfoque. Pese a que seguimos trabajando con todos los géneros con los que contábamos hasta ahora (acción, suspense, ciencia ficción, drama...), en esta temporada la trama se aborda desde un punto de vista de comedia, es decir, los personajes aceptan las cosas que les ocurren como parte de la vida cotidiana, lo que les permite banalizar ciertas situaciones y que el espectador pueda empatizar con ellos.

En esta cuarta temporada hay de las dos, pero ¿con cuál te quedas, ciencia ficción o humor?
Si tuviera que elegir en frío, como si dijéramos coger un sobre o coger el otro, en este momento elegiría la ciencia ficción; no porque no me guste la comedia, que la disfruto muchísimo, sino porque ya he hecho mucha, y de ciencia ficción es mi primer proyecto. Para mí está siendo como empezar de cero en algo. Por ejemplo, he descubierto cómo se realizan los efectos especiales. En esta etapa de mi vida, lo escogería simplemente por novedad.

'Estoy vivo' combina vida cotidiana con la fantasía, convirtiendo en naturales situaciones relacionadas con lo desconocido.

¿Analizas tus personajes?
Mucho, me vuelvo loco. Como siempre digo, por un lado está el papel y por otro la cabeza. Leo los guiones hasta la saciedad, intentando sacar de cada palabra del personaje datos sobre su personalidad. Pienso en él como si fuera un amigo mío al que intento ayudar. Durante las semanas previas al rodaje, intento afrontar todo lo que me pasa en la vida desde el punto de vista de mi personaje. Salgo a dar paseos solo, y pienso: “¿Cómo daría un paseo mi personaje?". Lo que la gente de mi alrededor no sabe es que estoy paseando como si fuera otra persona.

La idea de ‘escapada' se ha vuelto popular en ciertas partes de la sociedad. ¿Crees que existe un nicho en la ciencia ficción que ayuda a esta idea?
Sí, yo soy un gran consumidor de ciencia ficción. Me gusta sentarme a disfrutar de un buen estreno. Los thrillers, por ejemplo, me ayudan a evadirme de todo lo que me agobia. Ver partir una nave hacia otro planeta donde ocurren cosas que en la Tierra no, es mi manera de escapar. Incluso las películas o series que no son tan buenas, tienen algo.

¿Te ha llamado la dirección en algún momento?
Sí, varias veces. En algún proyecto ha pasado que el director no ha podido estar o que no llegaba a entenderse con un actor en concreto y me ha pedido ayuda. Se me da bien hablar con la gente y entender la vida de personajes que no existen, así que en el momento en el que sí existen, empatizo mucho con los problemas ajenos. Yo suelo ayudar a compañeros a preparar castings y viceversa. Los actores nos ayudamos mucho entre nosotros, pero dirigir es mucho más que eso, pues nosotros somos solo un pequeño departamento dentro del gran conglomerado que es una película o una serie.

¿Cuál es tu primer recuerdo en un set de rodaje?
La primera vez que actué en una serie, que la protagonizaba el gran Fary, hace unos 25 años. Cuando entré al set por primera vez todo me parecía hecho a gran escala y no paraba de preguntarme cómo hacían esto y cómo hacían lo otro. Tengo un recuerdo muy bonito de mis comienzos en televisión.

La ciencia ficción y el humor construyen la trama de una serie en la que se establece un paralelismo con este último año, pues los personajes han normalizado situaciones que en otros tiempos habría sido inconcebible.

Han pasado muchos años desde aquellas series, como Al salir de clase, que lanzó a tantos actores jóvenes. ¿Cómo recuerdas aquella época? ¿Sin esa serie, Alejo Sauras no estaría donde está ahora?
La recuerdo como una de las mejores de mi vida. Se juntaron todas las cosas buenas que cualquier actor de 18 años busca: un trabajo en una serie a largo plazo, un reparto de compañeros maravillosos y, además, se rodaba cerca de mi casa. Aún guardo las cartas en las que los espectadores me agradecían por haberlos ayudado a enfrentar y asumir ciertas situaciones de su vida, sobre todo las relativas al ámbito personal. Prefiero no pensar dónde estaría sin esa popularidad; me quedo con el orgullo de haber sido parte de algo tan significativo para los jóvenes de entonces.

Tu compañero de reparto, Javier Gutiérrez, contaba lo complicado que es a veces esta profesión, desde el punto de vista de la estabilidad o incluso en lo económico. ¿Lo ves así?
Sí, es bastante inestable. La industria del entretenimiento genera mucho dinero y un proyecto suele durar seis meses, en el mejor de los casos. Si no cobrásemos para poder mantenernos los seis meses posteriores, sería imposible sobrevivir a esta profesión. Decía un amigo mío que en España el glamur consiste en recoger tu Goya e irte a cenar a Vips. Es decir, el que des con un papel que guste mucho no garantiza que vaya a haber muchos otros detrás. El actor tranquilo es el que tiene un colchón para hacer frente a esos posibles meses de inactividad.

¿Crees en lo sobrenatural? ¿Hay algo después de la muerte?
Hay días en los que sí creo y días en los que no. Todo aquello que no vemos depende de nuestro estado de ánimo y de nuestras ganas de creer en las cosas. Quiero pensar que cuando todo acabe habrá otra fiesta y la viviremos de otra forma. Creo que las personas tienen fe simplemente porque les beneficia.

Sin irnos muy lejos, ¿tiene algún otro proyecto en marcha?
Terminamos Estoy vivo hace poco, y estoy intentando encajar otros proyectos, mientras espero a ver si se hará algún capítulo más. Si no es así, tengo una función de teatro y una película que me gustaría hacer, pero estamos en ello.

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