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Gourmet

Un recorrido por las cuatro bodegas de champagne más exclusivas del mundo

Fotografía: Jonathan Ybema.

Todas las familias felices se parecen. Y, de alguna manera, compiten entre ellas. Es lo que pasa en la 'familia' Wine & Spirits del coloso francés LVMH, el grupo nacido en 1987 de la fusión entre Louis Vuitton e MoëtHennessy y liderado por Bernard Arnault. De esta familia forman parte 21 de las maisons de vinos y bebidas alcohólicas más prestigiosas del mundo, entre ellas Krug, Moët & Chandon, Veuve Clicquot, Hennessy o Château d’Yquem.

Pero no sería correcto incluirlas en el mismo saco. Al contrario: cada marca lucha por labrarse una identidad propia, entre otras cosas, porque así lo quiere LVMH para fomentar una sana competición, al igual que lo hace con las otras marcas de moda, cosmética y hostelería que forman parte del grupo. Gentleman ha viajado hasta Francia para visitar las bodegas de las firmas de champagne más prestigiosas del grupo: Ruinart, Veuve Clicquot, Moët & Chandon y Dom Pérignon.

Las cuevas de la Maison Ruinart.

Maison Ruinart

Adquirida en 1963 por Moët & Chandon, se ha convertido en todo un símbolo de lo que los franceses llaman 'art de vivre', con un champagne conocido en todo el mundo. En el ADN de Ruinart está á variedad de uva chardonnay, hilo conductor de todos sus cuvée. No es casualidad, de hecho, que el buque insignia de la Maison, el Blanc de Blanc, se produzca exclusivamente con esta variedad. Eñ Rosé, sin embargo, se hace con un 45% de chardonnay y pinot noir. En la imagen, las crayères (cuevas de yeso) de Ruinart, donde la temperatura de mantiene durante todo el año entre 10 y 12ºC con una humedad del 80-90%.

Imagen de las viñas de Ruinart.

En el cuartel general de Ruinart, en Reims, la 'heritage manager' de la firma, Isabelle Pierre, posee los secretos y la historia de la Maison. Allí se encuentra el Prèmier Livre de la casa, el primer documento oficial escrito del puño y letra por su fundador Nicolas Ruinart, con toda la información contable de los primeros años de vida de la casa. En la imagen, las viñas de Ruinart.

Ruinart Rosée.

Veuve Clicquot

Aunque fue construido por Édouard Werlé, mano derecha de Madame Clicquot, las paredes del Hôtel du Marc, hablan de Barbe Nicole Posardin, la Grande Dame. Su espíritu flota en los salones y entre las obras de arte de maestraos como Hervé van der Straeten, Yayoi Kasuma o Pablo Reinoso. 

Las escaleras de acceso a las bodegas de Veuve Clicquot.

Abajo, en la imagen, esculturas en relieve realizadas por Gustave Navlet en las 'crayères' de Veuve Clicquot. Se trata de las prestigiosas cuevas de yeso de la época galo-romana de las que solo seis maisons en el mundo pueden presumir.

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Veuve Clicquot Vintage Brut 2008. La calidad de esta cosecha fue excepcional, con gran potencial de envejecimiento, por lo que en 2008 fue declarado Veuve Clicquot Vintage, el tércero de la década tras 2002 y 2004. Con un ataque franco y vivo en el paladar que da paso a una boca potente y estrucurada, con la mineralidad del terreno de Champagne.

Veuve Clicquot Vintage Brut 2008.

Moët & Chandon

En casa Moët llevan siglos buscando un documento que feche la fundación de la maison anteriormente a 1729, año en el que nació Ruinart, para poder presumir de ser la casa más antigua del mundo. Lo cierto es que Claude Moët, el fundador, había comprado la propiedad de Epernay en 1717, pero al no haber documentos, Moët debe conformarse con su fecha oficial de nacimiento: 1743. En cambio, puede enorgullecerse de haber creado la Avenue de Champagne y de poseer el viñedo más extenso con 1.200 hectáreas, 600 de las cuales de Grand Cru. Y, sobre todo, de producir el 12% del champagne consumido en el mundo.

Aspecto de las bodegas de la 'maison' en Éparnay, Francia.

Dom Pérignon

Elitista, rebelde, misterioso como él solo. Este champagne nació en 1936 como 'cuvée de prestige' de Moët & Chandon y símbolo de la herencia de la abadía de Hautvillers. propiedad de Moët desde 1829. Sin embargo, a partir del Vintage 2000, Dom Pérignon ha adquirido el estatus de Maison independiente, aunque siga compartiendo viñedos y bodegas con Moët. El monje benedictino Dom Pérignon, fallecido en 1715, cuya tumba se encuentra en la mística abadía de Hautvillers, es considerado el padre del ensamblaje y del champagne en general.

Viñedos de Dom Pérignon, en la abadía de Hautvillers, en Éparnay.

P2 Vintage 2000. Es un milésimé firmado por el chef de la cave, Richard Geoffroy. Representa la segunda plenitud de Dom Pérignon, resultado de 16 años de elaboración. La singularidad oscura, mineral, yodada y especiada de la firma resuena más alto y claro que nunca.

Dom Pérignon P2 Vintage 2000.

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