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Gourmet

Madrid: Playa no tendrá… ¡Pero menudo mercado!

Cuando le pido al taxista que me acerque al mercado de la Casa de Campo me mira por el retrovisor con cara de haba. Y es que, como tantos madrileños, nunca había oído hablar de esta feria del buen comer que desde hace casi dos años se celebra cada primer sábado de mes en la sede de la Cámara Agraria.

Al enfilar por la Avenida de Portugal ya no hay duda posible de por cuál de los accesos ingresar al pulmón de la capital, ya que a la altura del Paseo Puerta del Ángel asoma un delator reguero de parroquianos cargados con bolsas por las que despuntan acelgas, puerros o trigueros recién cortados por los huertos de San Martín de la Vega hasta Villa del Prado y Aranjuez.

Una vez allí, entre puestos de buey auténtico o cabrito, de vinos y cervezas artesanales y de otras 1001 delicias que llevarse a casa, el personal se arremolina en un bar al aire libre en el que prolongar la hora del aperitivo hasta que el mercado cierra sus puertas, poco después de las tres. De lo mas comentado en la pasada edición del día 6: los cinco euracos de parking que el afán recaudatorio del Ayuntamiento les cobraba por primera vez (ya saben, a la próxima en Metro), y que al parece andaba por allí Wyoming de paisano haciendo la compra.

Que no se venda más caro que en las tiendas y se sirva sin excepción un producto de calidad son las exigencias básicas de la Cámara, encargada de hacer criba entre los pequeños productores con derecho a vender aquí. Muchos de ellos llevan viniendo desde el primer día, como Jorge Izquierdo, de la Ganadería Hnos. Izquierdo de Colmenar, quien asegura que “al principio la gente desconfiaba porque en muchas ferias gastronómicas la calidad no siempre es la mejor, pero en cuanto el cliente prueba nuestro cordero lechal, repite, y lo mismo podrían decir mis compañeros. Cuando el género es bueno, el boca a boca no falla”.

A su vecino Sinuhé, de La Panata, a la una de la tarde no le quedan más que las migas. Un par de horas antes del cierre ha vendido, como le ocurre casi siempre, hasta el último de sus panes integrales con levadura madre. Tampoco a Yolanda y Juan Luis, propietarios de La Cabezuela, les queda a estas horas ni uno solo de los nueve tipos de queso artesanal que producen en su pequeña quesería de Fresnedillas de la Oliva. El puñado de yogures que aún no han liquidado se los quita de las manos otro veterano del mercado: Antonio Simón. Este heredero de cuatro generaciones de apicultores, que como tantos por aquí vende también online, por teléfono y a través de tiendas escogidas, se quita con sorna todo mérito. “Yo no hago buena miel, se la quito a las abejas”.


Miel Antonio Simón
Como muchos en este mercado, su producción es 100% ecológica. Las colmenas las tiene repartidas por media Comunidad, desde Patones y Prádena del Rincón hasta Horcajuelo y El Berrueco. De ellas sacan favoritas como la miel de romero y la de roble y hasta siete clases más, amén de jalea real y esa rareza –prohibida en España hasta que consiguieron regularlo hace bien poco– que es el polen fresco, tan recomendable para la alopecia como para la impotencia. También venden online y en tiendas de incluso Inglaterra. De hecho los brits son sus mejores clientes.

La Cabezuela
Yolanda y Juan Luis, experiodista ella y expublicista él, son junto a su maestra quesera el alma mater de esta quesería artesanal de Fresnedillas de la Oliva de la que salen yogures y quesos de cabra guadarrameña –raza en vías de extinción de la que sólo quedan tres rebaños– primorosamente empaquetados y, por si fuera poco, premiados. Su semicurado La Bomba ganó un bronce en el último World Cheese Awards. En la próxima edición piensan ganar con un nuevo queso con… y hasta ahí puedo leer! Venden online, en el Club del Gourmet del Corte Inglés y en un buen puñado de tiendas.

Cordero Lechal de Colmenar, Hnos. Izquierdo
Con ese nombre no es difícil averiguar cuál es la especialidad de estos ganaderos de Colmenar Viejo avalados por el sello de calidad “Carne de la Sierra de Guadarrama”. Los despachan también a domicilio enteros o por mitades. Entre unos 8,5 y 9 € el kilo, con cabeza y asadura.

La Panata
Atiende Sinuhé de Medina, fundador hace casi 30 años de esta tahona de Miraflores de la Sierra pionera en Madrid en el arte de hacer pan integral y pan biológico. Venden en herbolarios o tiendas especializadas y, en el mercado, con un pequeño descuento: entre varios más, sus solicitadísimos panes de calabaza (2,60 €), de nueces (3,30 €) y el mollete gallego (3 €).

Hortiaromabio
Plantones para huerta, hierbas aromáticas, semillas para siembra y sustratos, absolutamente todo bio, en este vivero que hace siete años se consagró a la producción ecológica en el bucólico pueblecito de Olmeda de las Fuentes. También venden online, asesoran sobre huertos y jardines y de la mano del joven experto Marcos Gómez organizan cursos de un día (35 €).

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