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Homenaje a la excelencia: Bollinger presenta la nueva añada de su champagne 'R.D. 2007'

La Maison lanza un nuevo 'millésime' de larga crianza, en el que destacan la frescura y los aromas singulares, en una audaz apuesta por perpetuar los valores de tradición y elegancia.

En su continua búsqueda de la perfección, Bollinger ha construido un legado de excelencia, reflejado en la atenta mirada al detalle y el arraigo a la artesanía.

Creada en 1967, la nueva etiqueta presenta el saber hacer de unas bodegas que han conservado durante generaciones los procesos artesanales con los que elaboran sus referencias. Bollinger continúa así su camino de valentía y modernidad, firmando una joya enológica que se presenta como una de las expresiones más elevadas de la casa.

Su nombre, R.D. 2007, responde al acrónimo de la expresión Récemment Dégorgé (recientemente degollado en francés), en un homenaje a la técnica con la que la Maison ofreció de forma pionera sus emblemáticos champagnes hace más de 200 años. Una de las protagonistas que ayudó a forjar esta leyenda de las bodegas fue Madame Bollinger, quien estructuró los códigos de esta bebida en torno a la importancia del sabor, el valor del trabajo lento y una marcada personalidad.

Un maestro bodeguero aplicando la técnica del degüelle en las bodegas Bollinger, ubicadas en la región de Champagne, Francia.

El legado de lo auténtico

La esencia de la maestría bodeguera se refleja también en los elementos que configuran el exterior de la botella, como la aleación de aluminio con la que se elabora la etiqueta o la tipografía originaria de 1952. Adelantado a su tiempo, cuenta con una maduración cuatro veces superior a la establecida por la AOC (Denominación de Origen Controlada de Champagne). Audaz y con carácter, el R.D. 2007 presenta ligeros recuerdos a ciruela blanca, nuez y anís, creando una agradable tensión en boca y una gran riqueza aromática. Ajena a cualquier moda, este cuvée ofrece intensos reflejos dorados, configurando un ejemplar complejo y poderoso que sigue la estela de elegancia iniciada por la Maison en 1829 y que ahora, dos siglos más tarde, sigue aportando un valor innegable al exclusivo mundo de los champagnes.

Como acompañantes para su maridaje destacan ingredientes como el azafrán, también conocido como oro rojo, a través del que se acentúan el contraste y la armonía de sabores. Entre las sugerencias de la Maison se encuentran platos como la cigala con vinagreta de azafrán, una guarnición de pez mantequilla con costra de azafrán o una pularda de Bresse con salsa de azafrán y jengibre.

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