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Gourmet

¿Y tú de qué eres? ¿De gazpacho o de salmorejo?

Salmorejo VS Gazpacho

Debatirse entre salmorejo o gazpacho, es un dilema que se presenta cada verano cuando las temperaturas empiezan a apretar y comienzan a apetecer tomar cosas fresquitas. Al tratarse de un plato muy completo (tiene todos los nutrientes y vitaminas que el cuerpo necesita) y muy sencillo de elaborar, se convierte en un imprescindible en las cocinas.

Aunque resulta complicado escoger cual está más bueno, cual es más sencillo, cual nos apetece más en un momento dado o con cuál de los dos vamos a quedar más sofisticados si lo ponemos en una comida/cena con invitados, lo cierto es que la respuesta es clara: ¡Con los dos!

Salmorejo VS Gazpacho

Para poder encontrar algún “pero” al salmorejo o al gazpacho y poder salir de dudas de cual nos gusta más, que mejor que revisar los ingredientes que lo componen y determinar si alguno de ellos nos resulta menos apetecible.El denominador común de ambos es el tomate y ajo (aunque el salmorejo lleva más cantidad que el gazpacho), la diferencia es que el gazpacho utiliza además pepino y pimiento. En el caso del salmorejo sus ingredientes son tomate, ajo, pan, aceite, un chorreón de vinagre y sal. El gazpacho en cambio utiliza tomate, ajo, pan, aceite, vinagre, sal, pimiento, pepino y agua. Además, el salmorejo es mucho más espeso (se suele tomar con cuchara) porque su cantidad de pan es mucho mayor que la el gazpacho, que se queda más como una bebida.

Las medidas varían según el número de comensales, e incluso en un momento dado, puedes ir incorporando o no, algún tipo de ingrediente según qué sabores te gusta más que predominen.

Si por ejemplo, lo vais a realizar para seis comensales, las cantidades deben ser:

-          Para el gazpacho: 7-8 tomates maduros (1,2 kg aproximadamente) 1 pimiento verde, 1 diente de ajo, 1 pepino mediano, aceite de oliva virgen extra, vinagre, 100 g de pan duro, agua fría y sal.

-          En el caso del salmorejo sería 1kg de tomates, 200 g de pan, 250 g de aceite de oliva virgen extra, 1 diente y medio de ajo y una cucharadita de sal.

Emplatado

La presentación de los platos puede variar, pero en el caso del salmorejo, si queremos hacerlo típicamente cordobés (es de aquí de donde procede esta receta), lo emplataríamos con huevo picado y jamón en trozos pequeños en la parte centro del plato. Además, podemos añadirle una rebana de pan tostado y ponerla en un lateral del plato. Si quieres ser más sofisticado, el salmón y bacalao ahumado le va muy bien. Puedes poner trocitos pequeños por encima.

En el caso del gazpacho, si lo vamos a tomar como bebida los tropezones pueden molestar, pero para ponerlo bonito (aunque luego lo quitemos) podemos añadirle cebollino muy picado o una hoja de hierbabuena que aporte un color diferente al plato y que haga contraste. Para los más foodies, le puedes añadir bolitas de caviar, el contrate de sabores será mucho más llamativo.

En cuanto a los recipientes donde servirlo, ambos pueden utilizar el mismo pero para diferenciarlos aún más, podemos colocar el salmorejo en un plato hondo donde su superficie sea muy plana para poder poner ahí la decoración y el gazpacho en una copa de cóctel.

Variaciones de autor

Aunque el salmorejo y el gazpacho clásico son los platos más demandadas y las más auténticos, con la llegada de la cocina de autor esta receta se ha visto modificada y se han creado multitud de variantes de la misma.

Una de las más comunes, dentro de estas variaciones, es el salmorejo de fresa. Es mucho más fresco que el clásico y además tiene un aporte de vitaminas mucho mayor. Su sabor, entre dulce y salado lo hace muy especial. Para su elaboración, tendrás que incluir en la receta del salmorejo, fresas maduras. La cantidad dependerá de si te gusta que el sabor de la fresa le dé solo un toque o que éste prime por encima del resto. Lo mejor es hacerlo a ojo e ir probando hasta que des con el gusto ideal.

En el caso del gazpacho, una variación muy popular es elaborarlo de aguacate y manzana. A la receta clásica tendrás que añadirle dos aguacates maduros y dos manzanas. Para darle un toque más ácido, lo ideal es añadirle un chorreón de lima en sustitución al vinagre. Sin duda, es una apuesta muy refrescante y su cantidad de nutrientes y vitaminas te permite comerlo como primer plato y no únicamente como bebida.

Ambas recetas son prácticas, sabrosas y te permiten innovar sin que pierdan su esencia. ¿Y tu de qué eres? 

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