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Gourmet

De las cagadas de David Muñoz a la excelencia

David Muñoz (Gtres)

David Muñoz siempre está en el punto de mira y es que es de los que siguen a raja tabla el lema de “que hablen mal, pero que hablen”.  En anteriores artículos, hablábamos de la ‘mea culpa’ que el cocinero reconocía en Madrid Fusión cuando afirmaba las “grandes cagadas que el menú de Diverxo presentaba”.  En esta ocasión, no nos queda otra que perdonarle todo, porque el espectáculo para los cinco sentidos que presenta el chef con tres estrellas Michelin es digno de un genio.

Con el objetivo de vivir la experiencia y guardarla en tu recuerdo en forma de imágenes, tu acompañante durante todo el viaje es una máscara blanca que no puedes quitarte bajo ningún concepto. Tocar lo que quieras, oler lo que puedas y saborear en tan sólo 50 minutos (uno de los aspectos negativos del espectáculo) son los principios básicos de un paseo por seis ciudades (Bangkok, Bombay, Venecia, Londres, New York y la sala de despiece) que fueron fuente de inspiración para la elaboración de los platos de un David Muñoz cada vez más vanguardista.

 En este corto viaje, no te encuentras sólo, vas en todo momento acompañado de performance de lo más atrevidos que te amenizan el viaje y te van contando, bajo sus representaciones, la historia de Ulises (representado por el cocinero) en su conquista por la gastronomía de estas ciudades del mundo. Además, el lado más sexual del cocinero también se ve reflejado en esta aventura con hombres casi desnudos vestidos de sadomasoquismo que dan rienda suelta a la imaginación de los visitantes más sensuales. Está claro que para David en la gastronomía no hay límites, por ello que no le importe relacionar el cuerpo desnudo y el sexo llevado al límite con la gastronomía.  La aparición de estos personajes tiene mucho que ver con que la presentación del proyecto se realizara en uno de los sex shops más antiguos de la capital madrileña.

Cócteles con mucha intensidad de sabor que explotan en tu paladar recordándote (de manera literal) a rincones del mundo donde la cultura se ve reflejada en especias, en sabores y en sentidos. Como por ejemplo:

- El cóctel de Bangkok con curry amarillo envuelto en vapores, azafrán manchego, jengibre, mandarinas, comino y albahaca que te hace simular estar comiendo una carne al puro estilo tikka masala.

- En una auténtica sala de despiece donde tomar la sangre de Ulises concentrada en una probeta que contenía chile y flor de hibiscus y que la verdad, la sensación al tocar su densa textura es extraña y rara. Un vampiro nos podría decir con exactitud si este coctel dulce/amargo, se aproxima al sabor de la sangre, pero los que pudimos probarlo, desde luego no nos dejó indiferentes (incluso impactados).

- Sin olvidar, el maravilloso cóctel acompañado de una cabeza de gamba y de una gamba caramelizada que envuelves con la bebida. Este marisco acompaña de una forma original, a algunos de los platos del cocinero en sus restaurantes.

Al igual que ingredientes como la trufa negra, bacon ahumado, atún rojo… que nunca te imaginarias encontrártelo en una copa de ginebra, pero que cuando lo pruebas, parece que llevaba toda la vida allí.Para relajar un poco el estómago embriagado por ginebra, te encuentras la guinda del pastel. Dos perritos calientes que sin duda, sientan de maravilla, especialmente cuando llevas 50 minutos de recorrido donde la prisa, euforia y el despelote no te deja lugar para el respiro. Un primer perrito de crema de cacahuete, chile, coco molido, y camarones y un segundo, al más puro estilo americano de salchicha blanca con topping de tempura  y ahumado en barbacoa para darle un sabor más auténtico.

Es cierto que el cocinero David Muñoz siempre suscita a la polémica. Sus ostentosidades siempre son objetivo de críticas, de envidias y de admiraciones por partes iguales. Pero, sin duda, estamos ante una mente incansable que supera a la imaginación de cualquier comensal y que parte de una realidad tangible a una experiencia que se escapa de las manos de cualquier mente cuerda. ¿Estamos ante un genio? 

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