Berenjena: eterno manjar de invierno

Berenjenas todo el año, pero sobre todo en invierno. Su personalidad no viene sólo del color púrpura que las caracteriza, sino que se puede moldear en función de la habilidad del cocinero, el único que pone los límites con este maleable fruto manchego.

El Corregidor

Juan sabe de casi todo, pero ante todo sabe de la vida. Almagro es su territorio y su buen hacer le ha convertido en el mejor reclamo gastronómico de la zona.  En la cocina, se permite hacer lo que le gusta con la intención de emocionar a sus clientes más fieles.

Con esa ironía, que sólo tienen los que saben mucho, enseña su restaurante.  Un lugar cuyos salones señoriales nos acogen con hospitalidad y que recogen toda la esencia de su tierra adoptiva. En El Corregidor tienen a la berenjena dominada, aunque en realidad es un intercambio mutuo. Por fuera es una casa antigua del siglo XVII que nos anuncia su arraigo a la tierra,  con la devoción al producto manchego. Pero ojo, una vez dentro también su creatividad, visible en platos fuertes pero un tanto inesperados pero que en El Corregidor sirven con una seguridad aplastante, como el gazpacho de berenjena o esos canelones rellenos que demuestran la versatilidad de  una planta que resiste. Probar ese pato con berenjena justificaría un ataque de gula del mismísimo Sancho… Calle Jerónimo Ceballos, 2. Almagro, Ciudad Real.

Casa Pepe

No se dejen engañar por el nombre. Aquí son capaces de reinventar los sabores manchegos sin descuidar un solo detalle, sin traicionar la receta de los platos de cuchara de siempre. Pepe Crespo le ha dado renovado valor a aquel cajón desastre que es el concepto ‘restaurante de carretera’.  Se come, se disfruta y se vuelve. Aquí se celebran muchas cosas, pero en la cocina saben personalizar a cada cliente con el atractivo de un producto.

Y en lo que respecta a nuestra amiga la berenjena, han hecho mucho para elevarla a la categoría de producto gourmet que merece. Atención a su milhojas de berenjena con ajoarriero de bacalao, una delicia que deja ver la carnosidad y valor intrínseco de la materia prima. Pero, por supuesto, también su sabor. Si tenemos suerte podemos disfrutar de sus berenjenas rellenas… Otra delicia. Carretera Nacional 430, kilómetro 317. Carrión de Calatrava, Ciudad Real.

Palacio de la Serna

Así se cocina la creatividad. No es una frase hecha… ¿Un hotel? ¿Un museo? Pues de todo tiene un poco. Eugenio presume de su trabajo como artista y como hostelero.  El nombre de este lujoso hotel ya nos remite a esos yacimientos arqueológicos moriscos y medievales que caracterizan Calatrava.

Y entre unos y otros, nuestra berenjena de Almagro, que en la cocina veneran y adoran como merece, como si fuera también una obra de arte. Eso es lo que es su pastel con mermelada de hinojo y sardina en salazón, a la que añaden nuestra amiga púrpura, a la que sacan partido incluso en el apartado de postres. Son el mejor acompañamiento para sus carnes recias y asados, así como de su importante bodega. Calle Cervantes, 18. Ballesteros de Calatrava, Ciudad Real.

Valdeolivo

Otra parada obligada en cuanto a buen mantel se refiere. En el restorán de la berenjena es la estrella. Se pueden degustar de varias maneras y según temporada, pero en los fogones de Valdeolivo se la concede siempre el trato de manjar manchego.

Pisto, estofados, perdices escabechadas, los platos fuertes de todo restaurante regional: el cochinillo, el cordero o un buen solomillo, también destacan. Con Teófilo en la sala y Montserrat a los fogones nada puede salir mal, el trato es fantástico y la comida perfecta, desde los entrantes a los postres. La berenjena rellena de berberechos y mejillones, sorbete de berenjena con jamón y berenjena rebozada con gazpacho. Calle Dominicas, 17. Almagro, Ciudad Real.