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Gourmet

Auténticos y con carácter: 12 vinos tintos españoles para el fin de semana

Ilustración: Del Hambre.

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1. Porrera 2014 Vi de Vila. La clasificación vi de vila ahonda en la idea de la tipicidad del entorno. Elaborado con cariñena mayoritariamente y con garnacha de vides centenarias que fermentaron y se criaron separadamente: la primera, en barrica nueva de roble; y la segunda, en tinos y ánforas de barro. Los recuerdos de madera se mantienen con un fondo frutal de marcada y rotunda potencia.

2. Alabaster 2014. Un toro pasado por el tamiz de la elegancia da como fruto un tinto armonioso que en boca resulta untuoso y complejo. El viñedo de cepas centenarias es el secreto a voces de este tinto de gran cuerpo. Llaman la atención sus recuerdos minerales que se dejan sentir sin solapar otros matices de fruta roja muy madura y confituras. El vino perfecto para guardar.

3. Pago Garduña 2013. Un syrah de viñedo de altura perfectamente resguardado por los árboles que lo circundan en la vaguada donde se asienta. Su peculiar situación facilita una inmejorable madurez que luego redunda en un grado idóneo y una concentración formidable que permite elaborar un tinto soberbio. Delicado y goloso paso de boca que es todo sedosidad.

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4. Viña Pomal Vinos Singulares Graciano 2012. Su nombre ya es toda una declaración de principios: singularidad y elaboración con la escasa graciano que está cada vez más presente en el viñedo riojano. La variedad tiene fama de dar el toque de gracia y tradicionalmente contribuye al potencial de envejecimiento. Aquí, exhibe carácter balsámico con recuerdos de especias y un fondo frutal equilibrado.

5. Gran Reserva 890 2004. Muchas razones para atesorar este tinto. Fue la primera vez que el graciano participó en la mezcla, en esta cosecha calificada como “Excelente”. Clásico pero no antiguo, es una lección de armonía. Tardó años en salir y, llegado en el momento en que mejor se comporta sensorialmente, ha sido visto y no visto. Un reencuentro con la verdadera clase y estilo riojano.

6. Calvario 2011. Elaborado con tempranillo, garnacha y graciano, este tinto es una prueba de que la originalidad es posible en el muy trillado mundo de los riojas. Es muy importante abrir la botella con tiempo para no llevarse a error y quedar decepcionado; demuestra que es un peso pesado si se le permite expresarse. Necesita más botella, pero ya se le ven maneras de gran valía.

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7. Mauro VS 2012. Un tinto intenso, concentrado, con fruta a raudales que no hace más que presagiar lo grandioso que estará dentro de unos años más. En este punto está aún un poco cerrado y marcado por la madera, pero el paso del tiempo le permitirá conjugar el verbo armonizar con elegancia para alcanzar cotas de altura innegable. Un vino magnífico que no puede ir más que hacía arriba.

8. Grans Muralles 2014. Hay que hacer un alto para rendirle admiración. ¿Cómo es posible que emocione como lo hace, añada tras añada? El fenómeno se repite y el carácter del vino se impone a modas, estilos y situaciones. El milagro: el suelo de licorella del viñedo y el uso de variedades autóctonas recuperadas, junto con las más conocidas de monastrell, garnacha y cariñena.

9. Pago de los Capellanes 2010 Parcela El Picón. Una cuidadísima elaboración de una uva proveniente de viñas centenarias de la parcela de dos hectáreas de El Picón es la materia prima para este tinto del que se obtienen solo 3.000 botellas. La producción de uva está por debajo de 3.000 kg/Ha lo que da idea de la edad y la rigurosa selección. Es un resultado excepcional de expresión y elegancia.

Barón de Chirel 2010 Reserva, Viña Pedrosa 2011 Gran Reserva y Aalto PS 2014.

10. Barón de Chirel 2010 Reserva. ¿Qué no se ha dicho ya de los grandes Riscales? Es un nombre que no solo es historia de Rioja, del vino, y de los grandes cambios habidos en el sector en lo alto de la pirámide de la calidad, sino ejemplo de elegancia. Éste hace derroche de presencia y estilo. El 2010 es expresivo, de clásico porte riojano con la coquetería y frescura de un moderno hipster sin aristas.

11. Viña Pedrosa 2011 Gran Reserva. Un tinto prodigioso que se ha mantenido en sus trece incluso cuando parecía que la afición por los grandes reservas descendía. Noble, señorial y lleno de virtudes. Los hermanos Pérez Pascuas, ya escoltados por las generaciones que les siguen, demuestran poderío con sus tintos excepcionales con este ejemplo de su valerosa batería de vinos pluscuamperfectos.

12. Aalto PS 2014. Una rigurosa selección, viñedos viejos en manos expertas, vendimia manual, levaduras autóctonas, fermentación en acero y en tinos y maloláctica en barrica. Sin embargo, eso no dice nada. Solo una copa en la mano y la reposada degustación da la medida de su enormidad. Complejo, pleno y redondo.

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