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Gourmet

La bodega Pago del Cielo emprende un viaje a las estrellas con Celeste Crianza

Celeste Crianza atesora la intensidad y emoción de una noche estrellada.

Donde el cielo se une con la tierra, casi a 900 metros de altura sobre el nivel del mar, nace Celeste Crianza 2017, un vino elegante elaborado a partir de la cuidadosa selección de viñedos situados sobre las laderas y montañas de la localidad de Fompedraza (Valladolid). Una zona donde la excelencia vinícola encuentra el refugio perfecto para acoger un proceso de vendimia conectado con el cielo y el magnetismo de una noche estrellada. Su botella y etiqueta ilustran su profunda conexión con los astros, sinónimo de pureza y autenticidad presentes en cada copa de vino. Con 12 meses de crianza en barricas de roble francés y americano, Celeste Crianza se elabora con la tradicional tinta fina (tempranillo), de gran calidad y equilibrio. Su interior es suntuoso, resplandeciente y de carácter frutal, con cuerpo voluminoso y gran persistencia, fiel reflejo del entorno natural donde la uva tempranillo desarrolla sus mejores cualidades.

Celeste Crianza fue el primer vino de esta bodega, ubicada en un paraje natural destinado a convertirse en el nuevo destino del astroturismo.

Sensibilidad y tradición se unen en Celeste Crianza, el buque insignia de la bodega Pago de Cielo, que elabora también el blanco Celeste Verdejo en Rueda y los tintos Celeste Roble y Celeste Reserva. Situadas en el corazón de la Ribera del Duero, las vides maduran bajo los vientos de montaña que arropan los racimos, favorecidas por el amplio contraste térmico entre el día y la noche. Resultado de un largo recorrido iniciado en 2005, la bodega vallisoletana comprende la cultura del vino como una forma de crear emoción e intensidad a través del deleite de los sentidos. El enólogo Juan Ramón García lidera este proyecto, que propone un viaje cuya hoja de ruta comprende elementos terrenales, otorgados por la inmejorable ubicación de los viñedos, y otros intangibles, en los que el firmamento se reafirma como el perfecto escenario para reinventar la experiencia del sabor.

Celeste Crianza aporta la nueva experiencia del vino junto con la exploración del creciente astroturismo.

Abrazado por edificios de arquitectura gótica del siglo XIII y XIV, el pueblo ribereño de Fompedraza complementa el nuevo concepto de escapada que la bodega Pago del Cielo propone para sumergirse en el descubrimiento del mundo del vino y su relación con los astros. Celeste Crianza es protagonista en su entorno natural, Ribera del Duero, donde la historia, las raíces de la tierra y la calidad de la uva lo convierten en un destino de turismo enológico idóneo durante todo el año.

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