Roberto Verino, moda con propósito

El diseñador Roberto Verino es la mejor prueba de que, en la era de la digitalización y el fast-fashion, la moda continúa siendo para algunos un oficio que ha de realizarse de forma lenta y con propósito. El del diseñador gallego es que la sostenibilidad y el diseño consciente fomenten una cultura de consumo donde las prendas permanezcan dentro del armario durante muchos años. Para ello, se sirve de la atemporalidad como una de las virtudes incuestionables dentro del proceso creativo de cada colección. “El estilo sobrio es y será un refugio para la elegancia. Aunque a veces el estilo atemporal no es compatible con las tendencias, es el mejor camino para conseguir la mejor versión de ti mismo”, apunta el diseñador.

Naturaleza y artesanía

La funcionalidad es siempre el punto de partida del diseñador para crear colecciones en las que conviven la elegancia y el estilo moderno. Para esta temporada, apunta al futuro más inmediato de la moda masculina con su nueva apuesta por la sastrería, combinada con influencias y detalles de la estética street-wear. Entre las camisas de algodón, los chalecos y los pantalones rectos y de silueta ceñida se mueve la propuesta de Roberto Verino para este verano. Sobrecamisas estructuradas, cazadoras técnicas o americanas de punto son algunas de las prendas que la firma reinterpreta en colores neutros, vinculados a la tierra y a la reivindicación del trabajo artesanal. El azul es el gran protagonista de la oferta de sastrería, pues aligera su formalidad para la época estival. La colección supone una reinterpretación de la elegancia contemporánea donde la estética minimalista se presenta en prendas frescas y relajadas.

Armarios emocionales

En la sostenibilidad se encuentra uno de los pilares sobre los que la compañía escribe su éxito desde hace 40 años. La sobreproducción de prendas y la aceleración que la industria experimenta desde hace años tiene su origen en el triunfo de la moda rápida. Con ella se ha dejado de diseñar prendas concebidas para durar o para ser reutilizadas. Para paliar el efecto que la moda desechable ocasiona en el medio ambiente, firmas como la de Verino defienden comprar con inteligencia, con talento, simplemente por el placer de disfrutar la moda en el tiempo, como una inversión a largo plazo. El diseñador lo resume en la necesidad de construir lo que él llama ‘armarios emocionales’: prendas de corte y diseño sencillos, en una paleta de colores inspirada en la naturaleza.

Comprar moda sostenible es el primer paso para minimizar el impacto medioambiental de la industria sobre los recursos naturales, reflexionando, además, acerca de los hábitos y comportamientos como consumidores. La tendencia del slow fashion hace posible desarrollar procesos de producción respetuosos con los trabajadores, la biodiversidad y el planeta. “La sostenibilidad de verdad es saber consumir lo justo. Hay que ser solidarios con la naturaleza y con las personas, de forma que disfruten con su estética y con su cuerpo. El cuidarnos y querernos es un entrenamiento constante. Las prendas tienen vida, aquí reside la verdadera sostenibilidad”, explicaba el diseñador en una entrevista a GENTLEMAN el pasado año.

Aliado con la tecnología

El slow fashion es para Roberto Verino más que una tendencia o una forma de concebir la moda. Este modelo de negocio que aboga por revalorizar los recursos presentes en el entorno cercano, permite al creador gallego impulsar conocimientos y técnicas que mezclan tradición y vanguardia. La primera, buscando la calidad en cada pieza gracias al uso de materiales y tejidos que perduren en el tiempo; la segunda, integrando procesos con tecnologías como el fitting virtual, que permite hacer pruebas sobre modelos virtuales, lo que permite ahorrar tiempo y costes.

Con este encuentro entre pasado y presente, Verino mantiene que la industria de la moda necesita nutrirse de los avances tecnológicos que la ciencia ofrece. En contra de la creencia de que la tecnología anula a los profesionales, para el diseñador son todo ventajas, pues permite tomar decisiones en menos tiempo, con menos consumo de materiales y trabajando todos los miembros del equipo con más garantías.

La marca gallega es un buen ejemplo de que en el conjunto de los factores se encuentra el valor de la moda sostenible: en la calidad de los tejidos, en los cortes cuidados al detalle y, sobre todo, en la visión de su fundador, que lleva casi la mitad de su vida impulsando una industria en busca de un futuro más verde… y elegante.