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Estilo

Con un busto romano en la esfera y otros relojes -tan caros como- extravagantes

Greubel Forsey GMT Platinum Black Dial.

Christophe Claret Aventicum: el del emperador

Tras contemplar un documental sobre las excavaciones del Museo Romano en la ciudad suiza de Avenches, al relojero Christophe Claret le vino la inspiración para crear una nueva criatura (nos referimos a un reloj). La musa le indicó que la nueva pieza debía estar presidida por un pequeño busto en oro del emperador Marco Aurelio. La figura parece que flota sobre la esfera, fruto de un efecto holograma que se proyecta tras un pequeño orificio en la esfera y dos espejos estratégicamente ubicados. 

Titanio, oro rosa o blanco, paladio blanco, antracita, rubíes, fibra de carbono en las manecillas… Materiales a capricho para confeccionar este reloj disponible en dos versiones (oro rosa o blanco) y con sólo 68 y 38 ejemplares de cada uno, con un precio de partida de 46.350 euros. Por cierto, en el reverso de cada uno se puede leer la siguiente cita: “Perfice omnia facta vitae cuasi essent postrema haec” (“actúa en todo momento como si fuera el último instante de la vida”). Será por si se te pierde el peluco…

HYT H1 Cigar: el tabaco lo pongo yo

Los expertos de la suiza HYT han logrado crear un reloj capaz de albergar en su interior cualquier sustancia o elemento y conservarla sin alteración alguna durante largo tiempo. En principio, está pensado para los amantes de los buenos cigarros, pero que la imaginación eche el resto. 

Así, un anillo abierto bajo la esfera anima a insertar en el interior del reloj pequeños fragmentos de tabaco, semillas o similar. La caja es de titanio de 48,8 mm tratado con PVD, mismo material con el que desemboca la correa, de cuero de cocodrilo. Sólo se fabricarán ocho unidades y para conocer su precio es necesario demostrar una cuenta corriente con muchos dígitos. 

Si un extraterrestre llama a tu puerta, es posible que lleve algo parecido a este reloj en su muñeca. Es la filosofía que ha dictado a esta prestigiosa casa relojera para crear este modelo que es capaz de funcionar en cualquier ambiente hostil, incluso del espacio exterior; de hecho, tiene el apodo de “pirata espacial”. 

Resultado de más de tres años de trabajo e investigación, está construido con titanio de grado aeronáutico y compuesto por 475 piezas ensambladas a mano. Su cúpula central es un escudo que protege al reloj de los rayos ultravioleta del Sol. Se trata de una edición limitada a únicamente 50 unidades; cada una tiene un precio de 185.000 euros

Piaget Altiplano: el más fino de la historia

Ojo, el más fino dentro del restrictivo escenario de los relojes de lujo (que se resume en un precio de, al menos, cinco cifras); un modelo que, además, certifica otro récord de precisión en función de su estructura física. En resumen, su grosor es de sólo 4,65 milímetros y su funcionamiento está garantizado de por vida frente a cualquier avería no intencionada. 

Con una reserva de marcha de 50 horas, su parte trasera permite contemplar la complejidad de su maquinaria, todo un alarde que ha necesitado dos años de investigación. Está disponible en tres acabados, con el oro como material principal acompañado por piedras preciosas, desde un precio de 23.700 euros.

Greubel Forsey GMT Platinum Black Dial: el mundo soy yo

Sólo se precisan 87 piezas para conformar este impactante reloj que integra un globo terráqueo flotante –o da la sensación de ello- en su flanco izquierdo. En sí, es un medidor de tiempo universal con 24 zonas. El resto de manecillas y subesferas se ocupan de que dicha medición sea lo más estricta posible. Sólo se han fabricado 22 unidades, con un precio cada una de 467.000 euros.

La esfera de este reloj recrea toda una lección magistral de astronomía, “una visión lírica del universo celeste”, como afirma en su descripción la propia empresa relojera. A partir de un mecanismo de tres ejes, la maquinaria ofrece un movimiento constante sobre una pantalla orbital en la que se muestran las horas y minutos con, atención, una exactitud atómica. Y, sí, su versión más accesible cuesta un millón de euros; si lo quieres personalizado con piedras preciosas, tendrás que hacer un esfuerzo económico extra.

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