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Estilo

Jorge Arévalo: “La riqueza de la ilustración no la tiene la fotografía”

El retrato de Rihanna realizado por Jorge Arévalo.

Pregunta: Custo Dalmau le escribe el prólogo de Retratos...

Jorge Arévalo: Lo nuestro fue un poco flechazo con nuestro trabajo y fluye muy bien. Llevo trabajando con él más de diez años, haciendo diseños para sus prendas: camisetas, pañuelos, abrigos, jerseys. Es un trabajo constante y muy fértil, hasta hemos diseñado un avión juntos para la MTV, un barco de los que va a Ibiza… Le pedí el favor, aunque curiosamente nunca nos hemos conocido en persona, porque la relación es muy buena y estuvo encantado de escribirlo.

¿En qué se fija cuando vas a retratar a alguien?

J.A.: La clave está siempre en la mirada. Los ojos son importantísimos y lo marcan todo. Me gusta cuando puedo resolver al personaje con muy poca información, dos gestos y ya se sabe quién tenemos delante. Ese sería el perfil perfecto.

¿Algún caso de estos en el libro?

J.A.: Kate Moss sale enseguida. Justin Bieber me hace mucha gracia también, no es que el personaje me caiga demasiado bien, pero está resuelto con poca información y se ve perfectamente que es él. Su personalidad bobalicona con poco en el gesto se soluciona.

Imagino que también habrá rostros difíciles…

J.A.: Hay muchos. Sobre todo los que tienen demasiada arruga o con rostros complejos que requieren al final contar demasiadas cosas. En un libro anterior me pasó con Sarah Jessica Parker, es una chica atractiva, pero con un rostro extraño y alargado, con una nariz que no es pequeña… No conseguía sacarla lo suficientemente guapa sin caer en la caricatura fácil. La verdad es que las mujeres son más complicadas, hay que buscar esa belleza y no caer en lo grotesco.

Que el personaje tenga un estilo marcado ayudará…

J.A.: Claro, es parte de la personalidad. Los trajes, los colores, el estilismo… Reconozco que tengo mucha influencia del mundo de la moda y es inevitable imaginarte al personaje ya con un look o en un entorno. Por ejemplo, para la edición francesa a Carla Bruni, Jean Dujardin y Marion Cotillard me los imaginaba en la piscina del hotel monitor de París. No se si han estado allí o no pero a mí me cuadran esos personajes contados en ese entorno tan especial, tan parisino…

¿Son las letras lo menos importante de su libro?

J.A.: Al final es a través de formas y colores como se narra el libro, aunque es verdad que siempre me gusta que haya un poco de literatura que permite reposar y aporta calidad a los libros. No es solo un libro de estampitas, también hay autores (Gema Fernández y Pablo Torres) que escriben sobre personajes con estilo ácido y apuntando a la parte anecdótica, no tan frívola. Normalmente mis personajes van acompañados de un texto cuando van en algún medio, no están aislados, siempre hay un escritor o periodista que habla sobre ellos y así tiene cierta literatura detrás. De hecho, me hubiera gustado que hubiera más en el libro.

Hay medios que recurren a usted en lugar de a un fotógrafo...

J.A.: Creo que el ilustrador se convierte también en un periodista-editor, su visión sobre el personaje habla sobre el mismo, mientras que la fotografía es más clara y objetiva y no tiene tantos matices. El ilustrador interpreta una postura, un perfil, como hacen el columnista o periodista, y eso enriquece el artículo.

Su primer libro de Retratos se publicó en 2005. ¿Cómo ha cambiado su estilo en diez años?

J.A.: Quizás al principio era más confuso, había mezcla de cosas y todavía no había definido del todo el estilo. Había cosas geométricas, cosas demasiado barrocas… Este libro purifica y limpia las cosas que se han ido arrastrando y creo que da un estilo definido a los personajes. Incluso he sacado algunos en último momento porque no me convencía el estilo y quería que todo fuera uniforme con el resto.

Parece un perfeccionista, ¿cuánto tarda en hacer uno de sus retratos?

J.A.: Eso depende, como hablábamos hay personajes que se resuelven muy rápido y en seguida se da con ellos y otros que se enredan y dan complicación. En el libro, desde luego, me ha obsesionado que estuviera impecable y que nada fallara, pero hay un momento en el que tienes que decidir parar el trabajo y dar por cerrado porque si no es una locura absoluta.

En plena moda de la ilustración le meten en el top 100 mundial de ilustradores de Taschen, ¿qué significa para su carrera?  

J.A.: Es un buen espaldarazo y más siendo Taschen, que es referente en todo el mundo. Dentro de todos los perfiles de este top 100 creo que mi estilo es significativo. Hay alguna cosa que se parece, pero el haber rescatado un estilo a veces con fondos muy planos, con un lenguaje plano y poco barroco… Me alegro de que lo tengan en cuenta.

¿Por qué se lleva tanto la ilustración?

J.A.: Es increíble, la verdad es que hace 50 años también se ilustraba todo y ahora se vuelve a hacer. Hay mucha gente y muy buena que ilustra. La belleza y la riqueza de la ilustración no la tiene la fotografía. La ilustración arropa muy bien a la fotografía y complementa en cualquier publicación. Aunque es verdad que a veces hay demasiada presencia y contaminación de la ilustración, pero es inevitable porque estamos en un revival.

¿A qué personaje español le apetece retratar ?

J.A.: Así de la nueva hornada de actores me gustaría Blanca Suárez, seguro que es complicada porque es muy guapa y es un personaje súper atractivo.

¿Cómo empezó a ilustrar?

J.A.: Empecé tarde en esto, ilustraba de siempre, pero soy diseñador gráfico antes que ilustrador. Como parte de ese trabajo ilustraba y en un momento dado empecé a dibujar personajes con este estilo. Hace unos 15 años envié un pequeño portfolio a El Mundo y les gustó. Descubrieron que había un nicho en el mundo de la prensa, era algo novedoso y fue un boom, muy moderno y encajaba con el perfil del periódico. El resto fue solo, en ese momento aquello fue pionero, muy pocos ilustraban así.

¿Qué nuevos proyectos tiene en la mesa?

J.A.: Otro libro, este sobre fútbol. Perfiles de las súper estrellas de fútbol desde el comienzo del deporte, ambientadas, con texto… Me apetece mucho.

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