Cartier amplía su emblemática colección 'Panthère'

Si existe algún emblema en el mundo de la alta joyería que represente fielmente el espíritu de libertad y feminidad, esa es la Pantera de Cartier. Desde 1914 recorre la historia de la Maison, gracias a la visión innovadora de Jeanne Toussaint, su creadora y directora creativa de la firma desde 1933 hasta 1970. Ahora, la maison reinventa este legendario símbolo con una serie de creaciones escultóricas -collares, brazaletes y anillos- dotadas de gran volumen y flexibilidad. Se trata de un sistema invisible desarrollado por la casa, capaz de desplegarse sin necesidad de bisagras. Las líneas depuradas y riguroso diseño definen estas joyas magnéticas en las que Cartier continúa cultivando la elegancia y la sencillez. Ejemplo de ello es la pulsera de oro amarillo con manchas octogonales de laca negra, o su versión en oro blanco con pavé de diamantes y engastado con manchas de ónix. En los extremos de la pieza se sitúan dos cabezas de pantera enfrentadas con ojos elaborados con esmeraldas o granates tsavoritas.

Figurativa y salvaje, la pantera se renueva en esta ocasión adaptando los códigos del savoir-faire joyero y ampliando el repertorio de su diseño. Cualidades como el volumen y el movimiento, heredados de la visión personal de Toussaint, renuevan el atractivo de la pantera.

Una nueva flexibilidad

La movilidad de la Panthère articulada reside en el montaje: el collar y la pulsera están compuestos por diferentes módulos atravesados por dos láminas de oro unidas a dos muelles que se encuentran en las cabezas de la pantera, para mantenerlas en tensión. Un reto del savoir-faire que requiere que los joyeros de la Maison respeten la distribución de las manchas del animal.

En las versiones con diamantes, el trabajo del engastador consiste en rodear cada piedra con pequeños granos de metal que la mantienen en su sitio y, posteriormente, realizar un recorte alrededor de las manchas de ónix para recrear el efecto natural del pelaje sedoso de la pantera, proceso que se realiza gracias a la técnica del serti pelage.