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Guía útil para arreglar ocho emergencias ‘beauty’ de última hora

Guía útil para emergencias beauty (Gtres).

Seguro que más de un lector ha tenido un contratiempo de última hora relacionado con los productos de belleza e higiene. Vas con prisas, tienes poco tiempo y todo te sale mal… y encima en el aseo surge una emergencia beauty que no esperabas. La ley de Murphy justamente. Con estos trucos lo tendrás más fácil.

¡Se me ha terminado el desodorante!

Es primera hora de la mañana, tienes que trabajar, no te da tiempo a pasar por la tienda, y encima hace calor y vas a estar todo el día fuera de casa… Como si fueras el protagonista de una comedia, vamos. Solución: coge un limón, córtalo por la mitad y aplícalo en la axila directamente. El ácido cítrico elimina las bacterias que generan el mal olor.

¿Una cana? ¿En serio?

Ahí está. Desafiante. En mitad de la cabeza. Un pelo blanco, grueso y más tieso que un alambre. Esto no hay quien lo disimule. Si no quieres cortarlo con unas tijeritas a ras del cuero cabelludo, utiliza tu máscara de pestañas habitual para teñirlo. Evidentemente, cuidado si eres rubia y la máscara es negra…

Me he pasado retocando los labios

El color de labios era tan bonito que te has venido arriba, venga a retocar y a retocar, y ahora que te miras te encuentras un sospechoso parecido con la Pantoja de Puerto Rico. Y esto ya no tiene arreglo sin arruinar el resto del maquillaje… Solo que sí lo tiene: toma un bastoncillo de algodón de los oídos y empápalo en desmaquillador. Siluetea el contorno de los labios hasta que queden delineados correctamente.

Me he levantado con los ojos hinchados

El sapo de Tiana a tu lado no te hace sombra. Y esto suele pasar normalmente porque el día de antes te acostaste tarde, has dormido poco o mal, pero también por haber tomado comida muy salada, por ejemplo. Las bolsas alrededor de los ojos no son más que un problema de retención de líquidos. La solución es fácil: aplicar frío. Lo habrás oído en todas sus versiones, que si rodajitas de pepino, que si bolsitas de manzanilla. También puedes hacerlo con unas compresas empapadas en agua helada, o si te atreves sumergiendo el rostro varias veces durante unos segundos. E incluso colocarte una bolsa de congelados de las que tengas en la nevera, tipo guisantes o menestra, durante unos 10 minutos y envuelta en un paño para no ponerla en el rostro directamente.

Me he pintado las uñas en el último minuto

Y tienes que salir ya y sabes que se te van a estropear. De toda la vida se ha dicho que lo mejor es poner las manos bajo el agua fría, pero lo cierto es que con este truco solo conseguirás secar la capa de laca de uñas más externa, pero no las interiores, que seguirán blanditas, y si te rozas la manicura se estropeará de todos modos.

Lo mejor es tener siempre a mano un producto de secado rápido como gotas que se dejan caer sobre las uñas o top coat específico para esta función. Encontrarás incluso lacas fijadoras como las del pelo pero para las uñas, en formato de spray, con una fórmula de silicona que forma una barrera protectora invisible.

Eye-liner de terror

Tú querías probar lo del ojo ahumado o lo del eyeliner de gata a lo Alexa Chung… Un poquito más de sombra en el párpado móvil, y un retoque de lápiz negro, y luego un poquito de gris… Y cuando te miras al espejo es como si hubieras estado de farra toda la noche con Courtney Love. De nuevo un bastoncillo de algodón de los oídos mojado en desmaquillador de ojos puede salir al rescate.

Y yo con estos pelos

Te habías preparado una falda ideal para la reunión que tienes hoy, pero mirando de cerca tus piernas… ¡hay pelos! Ya no te da tiempo a meterte de nuevo en la ducha y no digamos a hacerte la cera. Una solución de emergencia es aplicar aceite de bebé sobre la zona y pasarte la cuchilla. Es como si te afeitaras en seco, pero el aceite ayuda a que la maquinilla resbale bien y no haya cortes, aunque tengas que ir un poquito más deprisa que otras veces.

Me he pasado con el perfume

“Voy a ponerme un poquito más de perfume, que luego nunca me dura y al final no huele nada”, has pensado… Y te has pulverizado como si no hubiera un mañana y te parece como si te hubieras perfumado hasta la lengua. Vas a estar respirando perfume literalmente durante horas… Utiliza una toallita húmeda de bebé o bien un algodón empapado en alcohol y pásalos por la zona a “limpiar” el exceso de producto.

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