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Estilo

La barbacoa solar: lo sencillo también es Hi-Tech

flickr / EBKauai

¿Quién no ha jugado con una lupa a quemar un papelito o cosas peores? Todos, ¿verdad? Aprovechar la energía solar para cocinar es una realidad desde hace mucho tiempo. Ya en el siglo XIX se descubrió el efecto invernadero y el efecto de concentrar los rayos del sol mediante lentes. Hoy existen grandes instalaciones termosolares donde se concentra la energía del sol para calentar agua, cobre y otros materiales para producir energía y agua caliente.

Está claro, aprovechar el sol para generar calor no es algo nuevo, pero utilizarlo para cocinar por el público en general puede que sí y podría ser cierto alivio al consumo cada vez mayor de combustibles.

Hasta 300ºC

En todo el maremágnum de diseños de cocinas y hornos solares se utilizan siempre dos técnicas: la concentración de los rayos solares, mediante parábolas y planos reflectantes; y el aprovechamiento del efecto invernadero creando pequeños hornos.

Hay soluciones de todo tipo. Desde pequeños hornos solares desmontables como la muy modesta Coolkit por unos 25 euros, que incluso puedes fácilmente fabricar tú mismo, hasta barbacoas de precio algo menos moderado -180 euros- y clásicas parábolas solares de hasta 1.500 W de potencia y 324 euros de coste.

Algunos modelos pueden alcanzar temperaturas de 300ºC, dependiendo de la superficie de captación y de las pérdidas que podamos tener por viento o por un mal aislamiento en la cámara del horno, por lo que no vamos a tener problemas en cocinar a la plancha, guisos, paellas o bizcochos.

Cocinando siguiendo el sol

Que la energía te salga gratis no quiere decir que no tengas que estar atento al fuego. Para mantener la temperatura de cocción es necesario seguir el sol, orientando y reorientando la cocina solar cada 10 o 15 minutos. Otra opción también es dejar la orientación fija con los ingredientes por la mañana, orientado el horno hacia el sol de mediodía, de manera que cuando lleguemos a casa la comida esté cocinada y aún caliente.

No es la panacea, pues sobre todo en las parábolas y concentradores la existencia de viento puede darnos al traste el guiso, ya que las pérdidas de energía pueden ser muy importantes. También debemos tener en cuenta que estamos a la intemperie y concentrando el sol, de manera que deberás protegerte o te cocinarás tú también.

Hay muchos modelos comerciales, pero también puedes hacerlo por tus propios medios. Aquí podrás encontrar unos cuantos planos interesantes.

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