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La tradición Breguet en decoración, en clave contemporánea y mejorada

El guilloché es un arte decorativo en el que Breguet es uno de los grandes especialistas. En la imagen, el Classique 7337.

En relojería, como en tantas otras actividades, la herencia es determinante para actuaciones futuras. Eso que se llama tradición y que algunos, como es el caso de Breguet, interpretan con rigor y excelencia. Uno de los parámetros en los que se distingue una marca de relojes tiene que ver con la decoración, y no es exagerado afirmar que la compañía lo borda en el guilloché de sus creaciones. Hecho totalmente a mano, se expresa plenamente en la línea Classique, y en concreto en estas dos nuevas referencias: 7337 y 7137. Como hace dos siglos, el artesano la ejecuta sobre un torno para las decoraciones circulares o sobre una ‘máquina de línea recta’ para los motivos lineales y convierten la esfera en un repertorio artístico.

El segundo Classique, (ref. 7137) se inspira en el reloj de bolsillo Perpétuelle N° 5.

En el caso concreto de la primera referencia, dibuja ‘grano de cebada’ circular en la parte externa del círculo de las horas, ‘damero’ en el segundero pequeño y ‘clavos de París’ en el centro. A las 10 y a las 11 horas, dos aperturas cuyas formas evocan uno de sus modelos históricos, el reloj de bolsillo N° 3833, ofrecen información del día y la fecha.

Las esferas excéntricas, introducidas hacia 1812 en algunos relojes de bolsillo, constituyen una importante innovación estilística. Así, esta repetición de cuartos, vendida en 1823 y expuesta en el Museo Breguet de París, presenta una circunferencia de las horas desplazada a la altura de las VI horas, coronada por la indicación de las fases de la luna a las XII horas.Y es precisamente esta disposición la que hereda el nuevo Classique 7337.

Los referentes del Classique 7137

Hay que recordar que desde 1786, el relojero Breguet añadió el arte del guilloché a los códigos de sus creaciones y lo hacía al servicio de la legibilidad. Innovador en lo mecánico, trasladó también su sabiduría a la estética. Un ejemplo de ello se encontró en l reloj de bolsillo Perpétuelle N° 5, que es la fuente de inspiración de la segunda referencia, el Classique 7137, con presencia de varios motivos guilloché, así como una circunferencia de las horas con números romanos.

La herencia recibida también se aplica al interior, a la mecánica. En esta ocasión protagonizada por un calibre extraplano de carga automática, el 502.3, de tan 3,80 mm de grosor, donde también se perpetua la maestría de los artesanos con una excelsa decoración a mano. El reducido grosor de este movimiento se obtiene gracias a un barrilete abierto y una masa oscilante descentrada. Esta particular concepción permite distinguir su muelle de barrilete, que de otra manera quedaría oculto. El uso de una espiral de silicio perpetúa la búsqueda de la precisión de Abraham-Louis Breguet en versión contemporánea.

 

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