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Gastronoticias

Bacchus 2018 convierte a Madrid en capital del vino

Bacchus 2018 convierte a Madrid en capital del vino

La gran cita con el mundo del vino, el Concurso Internacional de Vinos Bacchus, reunirá en Madrid al mayor elenco de profesionales de primer nivel mundial, del 8 al 12 de marzo. La Unión Española de Catadores (UEC), presidida por Fernando Gurucharri, logra congregar a 10 Masters of Wine para liderar a un panel de 85 catadores, entre los que figuran los más influyentes líderes de opinión del planeta. Tras dieciséis ediciones se ha consolidado como certamen de calidad por el nivel de sus participantes y el rigor de sus catas a ciegas.

Bacchus.

Reputados catadores de prestigio nacional e internacional, con la presencia de sumilleres, responsables de compras de grupos de distribución e instituciones vinícolas, y críticos especializados se han convertido en referentes imprescindibles a la hora de valorar las cualidades y la calidad de los vinos presentados. En estricta cata a ciegas, se reunirán durante cuatro jornadas técnicas en el Casino de Madrid (calle Alcalá 15) para valorar las referencias presentadas a concurso, que suman más de 1700.

El alto nivel de los asistentes pone en valor la figura del catador, cuyo conocimiento en análisis sensorial de una bebida le permite emitir un juicio objetivo acerca de su calidad organoléptica. En el caso del vino, son profesionales de la sumillería, de la enología, de otras titulaciones oficiales como las de Master of Wine, y entusiastas cuya pasión es la cata y que participan activamente en sesiones formativas.

El catador se hace, no nace. El mejor entrenamiento es desarrollar una formación continua, no dejar de interesarse por las novedades que aparecen, por conocer los vinos elaborados en la escena internacional. Tener los sentidos educados y entrenados en el arte de la cata, una gran dedicación al estudio de los vinos. Humildad ante todo, cuanto más se cata, más se aprende.

Una catadora de vino.

Habrá un total de 85 catadores divididos en 13 jurados de 6 catadores cada uno. Los vinos salen enfundados en bolsas negras con un código para que no se conozcan de antemano las marcas. La cata es individual y personal, aunque hay un presidente de mesa que hace de coordinador. Los vinos son preparados en un backstage y son servidos por sumilleres profesionales.

Una de las catas de Bacchus.

Una vez que los jueces rellenan las fichas de valoración de los vinos (una ficha que incluye diferentes aspectos técnicos: fase visual, fase olfativa y fase gustativa, con una puntuación final entre 0 y 100 puntos) esas fichas se introducen en un programa informático para que las compute y de ahí se deciden las medallas: Gran Bacchus de Oro (del 92 al 100), Bacchus de Oro y Bacchus de Plata, en la categoría de tintos, blancos, rosados, espumosos y dulces.  

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