Cada 30 de enero, los amantes de la repostería alrededor del mundo celebran el Día Internacional del Croissant, una jornada dedicada a honrar este icónico bollo de origen europeo que ha conquistado paladares en todos los rincones del planeta. Con su inconfundible forma de media luna, textura crujiente y sabor mantecoso, el croissant se ha convertido en un símbolo de la panadería y pastelería artesanal.
Aunque comúnmente asociado con la gastronomía francesa, los orígenes del croissant se remontan a Austria. Según diversas fuentes, este bollo tiene sus raíces en el "kipferl", una pieza de panadería vienesa con forma de media luna que data del siglo XIII. La popularidad del kipferl creció en Viena y, con el tiempo, su receta y forma fueron adoptadas y adaptadas por panaderos franceses, quienes le dieron el nombre de "croissant", que en francés significa "creciente" o "media luna creciente".
Una de las leyendas más difundidas sobre el origen del croissant cuenta que, durante el asedio otomano a Viena en 1683, los panaderos de la ciudad, que trabajaban en las primeras horas de la madrugada, detectaron a tiempo un intento de invasión por parte de las tropas enemigas. Como homenaje a esta victoria, habrían creado un bollo con la forma de la media luna presente en la bandera otomana. Aunque esta historia es ampliamente narrada, no existen evidencias históricas concluyentes que la respalden.
La evolución del croissant: de Austria a Francia y al mundo
El croissant llegó a Francia en el siglo XVIII, donde fue adoptado y perfeccionado por los panaderos locales. La versión francesa del croissant se caracteriza por su masa hojaldrada y aireada, resultado de un laborioso proceso de laminado que implica múltiples capas de masa y mantequilla. Este método de preparación le confiere su distintiva textura crujiente por fuera y suave por dentro.
Con el tiempo, el croissant se convirtió en un elemento esencial de la cultura gastronómica francesa y, posteriormente, se difundió a nivel internacional, adaptándose a las preferencias y tradiciones culinarias de diversos países. Hoy en día, es común encontrar croissants en panaderías y cafeterías de todo el mundo, desde las versiones más tradicionales hasta innovaciones que incorporan rellenos dulces y salados.
Curiosidades sobre el Croissant
Aunque el croissant clásico es de mantequilla, en diferentes países se han desarrollado variantes que incorporan ingredientes locales. Por ejemplo, en Italia es común encontrar el "cornetto", una versión más dulce y menos hojaldrada, a menudo rellena de crema o mermelada.
En cuanto a la croissant y la moda, recientemente, el croissant ha trascendido el ámbito culinario para influir en el mundo de la moda y el diseño. Según un artículo de The Guardian, su forma distintiva ha inspirado desde bolsos hasta elementos decorativos, evidenciando su impacto cultural más allá de la gastronomía.
Además, el croissant más grande del mundo fue elaborado en 2013 en Polonia, con un peso de 185 kilogramos. Este logro fue reconocido por el Libro Guinness de los Récords y requirió la colaboración de un equipo de panaderos durante varias horas de trabajo.
Dónde celebrar el Día Internacional del croissant en Madrid
Madrid ofrece una amplia variedad de establecimientos donde se pueden degustar croissants de alta calidad. A continuación, algunas de las pastelerías más destacadas de la capital:
Le Crème: Ubicada en la Calle Pelayo 68, esta pastelería es reconocida por sus croissants artesanales elaborados con paciencia y dedicación. Utilizan mantequilla francesa de alta calidad y un proceso de elaboración que dura cuatro horas, logrando un equilibrio perfecto entre textura y aroma. Además de croissants, ofrecen una selección exquisita de productos como cookies rellenas, creativos cheesecakes y deliciosas bombas de chocolate.
Pan Delirio: Con varios locales en Madrid, incluyendo en las calles Profesor Waksman 8 y Juan Bravo 21, este obrador destaca por su croissant artesano, que lleva tres días de elaboración y utiliza mantequilla artesanal asturiana y mantequilla francesa "Extra-Seca" para conseguir el hojaldrado óptimo. También ofrecen una versión rellena de praliné gianduja de VALRHONA, a base de cacao, avellana y leche.
La Mallorquina: Situada en la Puerta del Sol, es una de las pastelerías más emblemáticas de Madrid. Fundada en 1894, es conocida por sus productos tradicionales, incluyendo sus famosos croissants, que han deleitado a generaciones de madrileños y visitantes.
La Duquesita: Ubicada en la Calle Fernando VI 2, esta pastelería ha sido elegida como la mejor de Madrid en 2023. Ofrece una variedad de hasta siete tipos de croissants, elaborados con técnicas artesanales y los mejores ingredientes.
Motteau: En la Calle San Pedro 9, este establecimiento se especializa en repostería francesa, ofreciendo croissants que destacan por su autenticidad y sabor, transportando a sus clientes directamente a una cafetería parisina.
Santa Eulalia: Localizada en la Calle del Espejo 12, esta pastelería y panadería ofrece croissants artesanales que combinan técnicas tradicionales con un toque contemporáneo, resultando en productos de alta calidad