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Gastrópoli

Cocinar con sangre, ¿genialidad o locura?

Sangre encebollada con patatas fritas, para muchos un placer culinario.

Aunque de primeras pueda llamar mucho la atención, hacer recetas que tienen sangre como uno de sus principales ingrediente es bastante más habitual de lo que podemos llegar a pensar. Y no hablamos de los platos favoritos que podría cocinar el conde Drácula de Bram Stoker.

Hablamos, por ejemplo, de la morcilla, un producto de la gastronomía española que tiene a la sangre como uno de sus ingredientes principales (y que seguro que ha probado). Ya sea sin arroz o con arroz, en una barbacoa o como pincho acompañado de una cerveza o un vermú, la morcilla es un clásico de la cocina de nuestro país.

En el sur tenemos otro plato típico con sangre, en este caso de pollo. Nos referimos a la sangre encebollada, uno de los típicos de la casquería tradicional española y una comida de las que se denomina como de 'abuela' en la gastronomía andaluza de siempre.

Pero no sólo estamos ante un ingrediente utilizado en España, la sangre se usa en diferentes partes del mundo ya sea en sopas, fresca o para elaborar pasteles. Eso sí, en este reportaje no haremos referencia a la manera en la que la consumen los masáis de Tanzania (directamente del cuello del animal vivo o mezclada con leche).

La sangre, un ingrediente que se usa de Corea a Brasil

Más allá de la típica morcilla, podemos encontrar la sangre en sopas o usada para espesar salsas. Una de las sopas que tiene a la sangre como ingrediente es la coreana Haejangguk. La traducción de este nombre deja claro para lo que sirve: un caldo para expulsar la resaca. Sus ingredientes más habituales son la col napa, sangre de buey (similar a la morcilla) y varias verduras cocidas todas ellas en un caldo de ternera.

En Tailandia tienen el Nam Tok, una sopa picante que lleva sangre de vaca o cerdo cruda. En concreto se utiliza a menudo para darle más sabor a platos normales de fideos. Y es que allí, en el sudesteasiatico (China, Tailanda y Vietnám), la sangre coagulada de pato, ganso, pollo o cerdo es un ingrediente habitual de las sopas.

La sopa tailandesa 'Nom tok', que tiene a la sangre como uno de sus ingredientes.

Y en otras zonas del mundo, como en Ecuador (con el yaguariocro, una sopa de patata hecha con sangre de borrego) o en Portugal y Brasil (en donde usan la sangre del pollo o del conejo para el cabidela --o arroz de cabidela).

En Europa, Alemania es otro de los países que tiene un plato con sangre, el Schwarzenauer. Estamos ante una sopa negra que está hecha a base de sangre de cerdo, vinagre, carne y tubérculos. Eso sí, existe una versión sin sangre, para los que quieran disfrutarlo pero sean reticentes a este ingrediente

Tampoco podemos olvidar el uso de la sangre para espesar para salsas, como en el coq au vin o en el pato prensado, y en budines, tales como el tiết canh; o los pasteles de sangre que podemos encontrar en Escandinavia y el Báltico, como el blodplättar sueco, el veriohukainen finlandés y el veripannkoogid estonio.

Receta de sangre encebollada

Llegados a este punto, y tras haber realizado una leve pasada por algunos de los platos que utilizan sangre en todo el mundo, vamos con una receta de casquería: la sangre encebelloda.

Y es que la casquería tiene dos opciones: o la amas o la odias. Esta comida no tiene término medio. Por ello, si eres de los primeros, de los que ve unas mollejas o unos higadillos un manjar, esta receta es para ti. Y aunque a priori pueda parecer bastante rara, para muchos es uno de sus platos favoritos.

Este fluido corporal del ave, rica en nutrientes y apta para el consumo humano, aporta gran cantidad de hierro (de cada cien gramos de este alimento se pueden obtener 29,5 miligramos de hierro, mucho más que lo que se requiere diariamente).

Ingredientes para la receta de sangre encebollada

  • 500 gramos de sangre de pollo
  • Una cebolla grande
  • Tres dientes de ajo
  • Una hoja de laurel
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Medio vaso de agua

Pasos para elaborar la sangre encebollada

  1. Para empezar hay que cortar la sangre en dados del mismo tamaño y reservarlos en un plato. A continuación cortamos la cebolla en juliana y añadimos los trozos en la sartén, en la que previamente hemos añadido el aceite. Se cortan los ajos en láminas y se echa también en la sartén junto con la hoja de laurel. Se sofríe durante unos minutos hasta que la cebolla esté dorada.
  2. Se añade los trozos de sangre y se salpimienta al gusto. La sangre de pollo debe cocinarse durante unos minutos mientras se le da vueltas para que se haga por todos los lados igual.
  3. Se añade el agua y se deja cocer durante unos 15 o 20 minutos.
  4. Se sirve y se puede acompañar con un poco de arroz blanco o patatas.
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