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Si tu pareja te ha sido infiel una vez, te volverá a poner los cuernos

Si tu pareja te ha sido infiel una vez, te volverá a poner los cuernos

Las infidelidades no son plato de buen gusto para nadie. Ni para el que pone los cuernos ni para el engañado. Aunque el promiscuo puede disfrutar los primeros días, por la emoción del momento, más tarde, irremediablemente, sentirá culpa y remordimientos. Y si le pillan, el drama está asegurado.

La pregunta es, ¿se puede perdonar una infidelidad? ¿Si lo ha hecho una vez, volverá a hacerlo? ¿Cómo es posible saberlo?

Si estás leyendo esto seguro que te has visto implicado en alguna situación con cuernos de por medio. Y la respuesta que tenemos no te va a tranquilizar: los infieles no cambian. 

Las manos van al pan

El engaño es genético

Ojo. No lo decimos nosotros, sino una nueva investigación llevada a cabo por la doctora LeslieBeth. La psicoterapeuta lo tiene claro: la infidelidad aparece siempre y cuando la persona tenga un determinado gen. Es decir, las ganas de poner cornamentas se transmiten de generación en generación

Los científicos creen que la infidelidad podría vincularse con el gen receptor de dopanima DRD4

Los científicos creen que la infidelidad podría vincularse con el gen receptor de dopanima DRD4, también conocido como "el gen de la búsqueda de emociones". Al D4 también se le relaciona con el alcoholismo o la adicción al juego.

En un estudio realizado en 2010 por investigadores de la Universidad de Binghamton en Nueva York, recogido por Insider, se descubrió que los participantes que poseían un tipo específico de gen DRD4 eran más propensos a poner los cuernos a sus parejas.

Si te regala flores, sospecha

Cariño, no soy yo... es mi gen

Para comprobarlo, se monitorizó a 181 adultos jóvenes. Se les pidió que completaran un cuestionario sobre sus comportamientos sexuales, y que presentaran una muestra de ADN que se analizaría para determinar la variación de DRD4 en su ADN.

Y los hallazgos fueron claros: cuanto más DRD4 tienes, más propenso eres a "buscar emociones". Es decir, más posibilidades tienes de hacer cosas prohibidas, como tener amante(s) o pillarte una buena borrachera un lunes a las tres de la tarde.

Los que poseen el gen DRD4 necesitan más emociones que una persona promedio. Por eso buscan "aventurillas"

Todo se debe a la liberación de dopamina del cuerpo, también conocida como la hormona de la felicidad. Los seres humanos se sienten naturalmente atraídos a llevar a cabo actividades que les hacen sentir placer, pero aquellos que poseen este gen DRD4 necesitan más que una persona promedio. Es decir, son menos fáciles de satisfacer que el resto del mundo, por eso buscan aventurillas.

Ya sabes, siempre puedes utilizar la excusa de: "Lo siento cariño, intenté evitar ponerte los cuernos, pero mi gen puede más que yo. Contra la naturaleza no se puede hacer nada". Suerte... y ánimo.

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