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Nos colamos en los dormitorios: cinco historias íntimas contadas por personas reales

Nos colamos en los dormitorios: cinco historias íntimas contadas por personas reales

En España, y en la mayoría de países europeos, podemos presumir de libertad sexual, pero por alguna razón aún nos da pudor hablar de nuestras relaciones íntimas con los demás. Ya sea por nuestra educación o por valores que hemos aprendido en casa, tenemos cierto reparo en hablar abiertamente de sexo con el resto, cuando en realidad (casi) todo el mundo lo practica o desea hacerlo.

Dar normalidad a las relaciones íntimas ha sido la base de la carrera de Simon Frankart, el ilustrador que se esconde detrás del seudónimo Petites Luxures, cuya cuenta de Instagram tiene más de 1,3 millones de seguidores. Como un Banksy del erotismo, Frankart defiende su visión liberadora y visceral del sexo con unas imágenes delicadas y, a la vez, provocadoras.

El francés acaba de publicar un libro, llamado Petites Luxures: historias íntimas (Ed. Lunwerg), en el que ha recogido cincuenta historias íntimas, vividas y escritas por cincuenta hombres y mujeres de todo el mundo e ilustradas por él mismo.

Petites Luxures

Su estilo sugestivo, sencillo y erótico, mezclado con las historias de las personas, hacen del libro una auténtica joya. Frankart, que llegó al mundo del arte hace apenas dos años, trabajaba antes del éxito de sus ilustraciones como diseñador gráfico.

"Cuando comencé a trabajar en este proyecto, Petites Luxures, fue cuando puse un pie en el arte. Gracias al éxito en Instagram, las galerías comenzaron a contactarme, los coleccionistas querían comprar mis dibujos. Aunque técnicamente me pueden llamar 'artista' porque ahora vivo de mi arte, no me siento cómodo con este término, ya que lo encuentro muy pretencioso", dijo en una entrevista a Forbes en 2019.

Simon Frankart

A continuación, recogemos cinco historias de las cincuenta que tiene el libro, con sus ilustraciones correspondientes.

"El pecho cargado de leche de mi mujer me fascina"

Mi mujer da de mamar a nuestra hija y su pecho cargado de leche me atrae en su sensualidad, me fascina. En una de nuestras apasionadas justas, mi amazona me cabalga y yo le acaricio con devoción el pecho. No me canso de tocar esos senos estremecidos, esos pezones enhiestos...

A medida que se conjugan nuestros placeres, mis manos incrementan la presión en las dos órbitas. Tetas vibrantes, venas que palpitan... Nuestros orgasmos y nuestros fluidos se descargan al mismo tiempo: mientras mi semilla se derrama dentro de ella, su leche cae en cascada sobre mi rostro.

Calame, Embrun, Francia.

Ilustración de esta historia

"Me penetró en las escaleras"

Un día, al poco de empezar a salir, nos reunimos en su piso con todos nuestros amigos. Nos cruzamos en las escaleras, él me levantó la falda y me penetró justo allí, contra la pared, en medio de los escalones. Yo apoyaba el pie en la barandilla y él me tapaba la boca con la mano. La puerta del comedor no estaba cerrada, pero nadie se enteró.

Mary, Londres, Inglaterra.

Ilustración de esta historia

"Disfruto teniéndolo dentro de mi boca"

18 de agosto, una de la madrugada, en la estación de Capbreton, delante del faro.

Océano embravecido, paseo nocturno por el malecón después de unas cuantas copas de vino. Estoy con mi antiguo novio. Caminamos hasta la punta del malecón. Allí ya no hay nadie, excepto la luz del viejo semáforo, a varios metros de nosotros. Yo me arrodillo. Él está cerca del faro, frente a las olas, frente al infinito, y disfruto teniéndolo dentro de la boca. Cada vez estoy más húmeda, las olas me mojan por todas partes. El salitre en nuestra piel me excita.

Lo miro mientras observa ese infinito desplegado ante sí. El faro me ilumina lo justo como para que vea mis labios dispuestos en torno a él. Siento una tensión animal en medio de un marco muy romántico.

De pie frente al mar, él cree dirigir el barco, aunque en realidad, y él lo sabe, soy yo la capitana. Lamo su pene salado y lo aprieto con la mano, sin despegar los ojos de él.

Bajo ese cielo estrellado del Atlántico, frente al horizonte, se corrió sobre mis labios.

Alexia, París, Francia.

Ilustración de esta historia

"Su cuerpo tiembla al llegar al orgasmo"

La primera vez que me acosté con ella el placer fue in crescendo y todo su cuerpo se estremeció al llegar al orgasmo. Cuando le pregunté si estaba bien, me respondió: "Sí, es que me haces temblar".

En una cama, esto no plantea ningún problema, pero en el borde de su lavabo, con todos sus productos, no hay modo de que no se rompa algo.

Lucas, Burdeos, Francia.

Ilustración de esta historia

"Introdujo su cara entre mis muslos mientras yo veía una película porno"

Mi novio y yo estábamos en la cama, con el iPhone en las manos. Él quería probar algo nuevo, Cogió unas gafas de realidad virtual, puso su teléfono adentro y, al cabo de un segundo, me di cuenta de que estaba viendo una película porno filmada en planos inmersivos de 360 grados.

Mientras yo veía la película, él introdujo la cara entre mis muslos.

Recuerdo que estaba muy excitada, tenía la impresión de engañarlo sin engañarlo. ¿Real o virtual?

Chiara, Milán, Italia.

Ilustración de esta historia

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