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VRChat, el juego de realidad virtual donde casi todo vale

Imagina que puedes elegir, copiar o dibujar cualquier avatar para construirte un personaje a tu medida. Imagina que puedes también crear cualquier mundo virtual donde poder moverte o atraer a millones de avatares creados por otros tantos usuarios para interactuar en un juego con posibilidades infinitas...

Dos personajes interactuando en VRChat

Hasta aquí ninguna novedad no vista antes en otros metaversos como Second Life, Habbo, o incluso juegos como Los Sims.

Ahora imagina que puedes ponerte unos guantes y unas gafas de realidad virtual y te puedes comunicar con esos avatares con gestos, como lo harían dos sordomudos o desconocidos que no hablan el mismo idioma. Puedes sincronizar tus labios a los del avatar, acercar tu cabeza y besar a otro o darle cabezazos, puedes tocar, bailar, saludar o coger del hombro a un desconocido para contarle tu vida, o agacharte para verle las bragas a una personaje más cerca del Hentai que del Manga.

Uno de los personajes en VRChat

Esto es VRChat, un juego gratuito lanzado en la plataforma Steam en febrero de 2017, desarrollado por Graham Gaylor y Jesse Joudrey, que cuenta ya con miles de usuarios y que acaba de firmar una ronda de inversión de 4 millones de dólares. Todo promete mejorar.

Uno de los universos aleatorios de VRchat

Con el juego puedes crear universos surrealistas llenos de payasos del McDonald's, salas donde la gente puede colgar sus noticias o contenidos en la pared o tutoriales de cualquier tema, vídeos de youtube o notícias de última hora. Puedes crear juegos del tipo 'atrapa la bandera o el tesoro', 'Escape rooms' o salas de karaoke para improvisar con tus amigos (el micrófono es la otra forma básica de comunicación).

O puedes crear simples salas de Chat para conocerse o quedar con amigos y acosar al personal. Todo es posible porque todo es abierto a la comunidad. Para lo bueno y para lo malo.

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VRChat tiene ese aroma mezcla de universo digital amateur, con entornos naíf visualmente pobres creados por usuarios no profesionales y con poco gusto por la estética pero mucha imaginación; y de ese mundo Manga y del Cosplay donde todos se disfrazan de retales de personajes famosos y deambulan como casquería zombi por universos que expiran en lo que dura una partida. Si a todo eso le sumas las normas apócrifas de una ciudad sin Ley tienes el cóctel perfecto para convertirse en un juego leyenda, y con todas las papeletas para morir de éxito sin la moderación adecuada.

"Entré en un universo con el micrófono abierto y me encontré con una orgía de aliens", dice uno de los comentarios más votados de Steam.

Comentario

La revolución de VRchat —amén de unas posibilidades creativas infinitas al estilo Minecraft o las misiones del GTA— ha sido atajar en la comunicación no verbal, permitiendo la interacción de avatares de cualquier parte del mundo sin importar tanto el idioma como los gestos o la comunicación por señas que permite la realidad virtual. Hay salas de citas, fiestas de bailoteo o de toda aquella juerga que pase por la mente del creador de cada universo.

Uno de los saludos más habituales de VRChat

Ahora imagina que un usuario decide construir un avatar hipersexualizado cuando ya ha conseguido los méritos necesarios para entrar al editor. Que con curvas o músculos texturizados empieza a perseguir a otros avatares dando gemidos y tocando las tetas de todo bicho que atraviese su universo. Imagina que un tipo de 40 inicia una conversación con un menor que está explorando la plataforma. Imagina a un personaje incitando al suicidio de un avatar para descojonarse de él.

No es una excepción, es una especie de conducta que se ha ido normalizando con el tiempo. La desinhibición que produce el anonimato y el libertinaje de las normas laxas del metaverso está siendo carne de cañón de niños rata y otros troles con ganas de juerga y de fabricar contenido caliente para sus Twitchs.

Pero no siempre es así, el potencial de VRChat está dejando boquiabierto a todo el que lo prueba. Nosotros también lo hemos hecho. Tras elegir un avatar estándar y pasar por varios tutoriales de aprendizaje hemos sido teletransportados a un universo surrealista. Un desierto lleno de personajes irreconocibles construidos con retales de otros bailando, cantando, gimiendo y hablando con voces distorsionadas que te llevan de forma irremediable a la hilaridad. Las primeras sensaciones han sido demasiado inmersivas... y eso que hemos participado sin guantes ni gafas de VR.

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Lo más divertido es navegar descubriendo personajes imposibles, un universo Daliniano de monstruos haciendo el imbécil que te contagia hasta que esas risas y extravagancias se convierten en cosas algo más raras.

Parte de la expansión de la plataforma se debe a los youtubers que 'se van de juerga a VRchat' y cuentan en directo sus aventuras y retos en el metaverso. Entre ellos PewDiePie, el youtuber con más suscriptores del mundo. Algunos proponen juegos de dudoso gusto. Muchos de ellos recopilando actitudes indecorosas y acosadoras de decenas de usuarios que usan el juego como diversión a costa de humillar a avatares de terceros. Es la ley de la calle y lo que vende. Todo ello se está retransmitiendo en directo en Youtube y Twitch.

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Porque la moderación en VRchat la tiene que hacer la propia comunidad. Es imposible controlar a 3000 usuarios concurrentes sin la automoderación de los creadores de cada universo. Y si el universo es dirigido por tarugos allí serán también bienvenidos. 

Tanto es así que la plataforma se ha visto obligada a publicar un parche hace unos días para intentar luchar contra el comportamiento lascivo y acosador de muchos de sus usuarios. Ahora puedes crear tu propio universo y dar pases solo a tus amigos o conocidos sin hueco para estos troles. Cuando alguien sea baneado por estos comportamientos su avatar será enviado a una especie de infierno, un universo donde estarán los castigados viendo vídeos y tutoriales para explicar y corregir su comportamiento. Muchos querrán ir allí solo a mirar. De eso va este juego.

Usuario haciendo spam en VRChat

Fiel al principio de la Regla 34, la plataforma corre el peligro de derivar en un universo sin ley construido a medida de los que buscan la gracia efímera. Como ya pasó con Chatroulette o la red social Secret, la comunidad te lo puede dar o quitar todo. Si te dejas llevar por el éxito de los usuarios que manipulan las normas para su diversión o la de sus suscriptores de youtube llegará un momento que tu comunidad sólo estará formada por personajes que buscan jaleo, impidiendo el desarrollo del metaverso más civilizado.

Esperemos que no triunfe el lado oscuro.

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