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Las diosas del destape, 40 años después

La actriz Victoria Vera en 1976 en el despacho de Miguel Angel Aguilar, entonces director de Diario 16 (Imagen: Gustavo Catalán Deus - Gtresonline).

Erróneamente tendemos a pensar que el destape fue un fenómeno exclusivamente español, cuando en realidad se enmarcó en la misma corriente de supresión de la censura que vio nacer a Emmanuelle en Francia, al personaje de Jaimito -encarnado por el actor Alvaro Vitali- en Italia o a las Supervixens de Russ Meyer en Estados Unidos. Aun así, el caso de España fue especial. Por motivos evidentes, el fin de la censura llegó más tarde que en otros países y el público la aceptó con entusiasmo. El cambio fue mucho más rápido y el contenido erótico de las películas, más pronunciado. De hecho, incluso durante la época final del franquismo se estrenaron películas como No desearás al vecino del quinto (1970) donde, sin llegar a desnudarse, aparecían ya muchas señoritas ligeras de ropa. Pero no fue hasta la desaparición de la censura en 1976 cuando el destape cogió fuerza. Cualquier argumento era susceptible de contener una buena dosis de desnudos, sin importar si estaban muy justificados o no. Así aparecieron una serie de actrices, dispuestas a quitarse la ropa sin preguntar mucho, que se convirtieron en los mitos eróticos de todo un país.

María José Cantudo

Tener el récord de ser la primera actriz en desnudarse completamente en una película es algo que marca la carrera de cualquiera. Y si no, que se lo pregunten a María José Cantudo. Por mucho que la actriz ha renegado posteriormente del destape, su aparición en La trastienda fue el pistoletazo de salida para el género. En ella interpretaba a Juana, una enfermera enamorada de un médico del Opus Dei. En las primeras escenas de la película, Juana termina su turno en el hospital y se dirige a su casa a descansar. Una vez allí, enciende la luz de la cocina, coge una manzana, se desnuda íntegramente y se la come mirándose al espejo. La Cantudo, como no, se convirtió en un mito erótico y aunque protagonizó alguna que otra película del destape, decidió centrarse en el teatro y la revista, consiguiendo una carrera más longeva que muchas de sus compañeras. Actualmente se dedica a coleccionar obras de arte y a pasearse, de vez en cuando, por los platós de televisión, ya sea para participar en Cuéntame cómo pasó o para hablar de su vida.

Nadiuska

El exotismo de Nadiuska la convirtió en la mujer perfecta para el destape. Hija de ruso y polaca y nacida en Alemania, aterrizó en España en 1971. Empezó a trabajar como modelo pero pronto debutó en el cine junto a José Sacristán en Soltero y padre en la vida. Su aire de extranjera liberada encandiló al público español y se vio convertida en un auténtico reclamo para la taquilla, llegando a rodar cinco o seis películas al año. En 1982 hizo un pequeño cameo en Conan, el Bárbaro, junto a Arnold Schwarzenegger. Pero el progresivo declive del destape, así como sus problemas económicos y de salud, la llevaron a apartarse del cine a principios de los 90. Se le diagnosticó una esquizofrenia y fue ingresada en un hospital psiquiátrico. Actualmente reside en una residencia de las Hermanas Hospitalarias en la localidad madrileña de Ciempozuelos.

Ágata Lys

La carrera de Ágata Lys en el destape fue corta pero intensa. Nacida en Valladolid, estudió Filosofía y Letras antes de trasladarse a Madrid para dedicarse al arte dramático. Chicho Ibáñez Serrador se fijó en ella y la contrató para el Uno, dos, tres. Según ha declarado, a las siete semanas ya la habían llamado para hacer cine. Trabajó a un ritmo frenético durante la década de los setenta hasta que a principios de los ochenta decidió reencauzar su carrera hacia un cine más serio. Participó en Los santos inocentes, en Taxi de Carlos Saura o en Familia de Fernando León de Aranoa y, además, debutó en el teatro haciendo de Doña Inés. En 2006, sin previo aviso, recuperó su nombre real, Margarita, y se retiró a vivir a la Costa Brava.

Susana Estrada

En 1978, Susana Estrada protagonizó una de las imágenes que simbolizó el destape. La actriz acudió a la gala de premios del Diario Pueblo para recoger el galardón al personaje del año de manos de Enrique Tierno Galván, cuando, ni corta ni perezosa, se sacó un pecho para posar ante las cámaras. El futuro alcalde de Madrid tan solo pudo decirle: “No vaya usted a enfriarse”. La carrera de Susana Estrada se limitó a una decena de películas, pero sus declaraciones y sus fotografías para publicaciones como la desaparecida revista Party, la convirtieron en una de las principales musas de la transición. Con el tiempo, se trasladó a Benidorm, donde realiza espectáculos diariamente, y en 2006 participó en el reality La granja.

Victoria Vera

Si La Cantudo fue la primera en desnudarse en el cine, Victoria Vera hizo lo propio en el teatro -en la obra ¿Por qué corres, Ulises?- y en la televisión -en la serie Cañas y barro-. Aun así, su participación en películas del destape fue escasa -no así en las revistas, donde posó desnuda en múltiples ocasiones-. Durante la década de los ochenta participó en el mítico Estudio 1, en diversas series de televisión e incluso en la película Asignatura aprobada de José Luis Garci, que estuvo nominada a los Oscar. Posteriormente, su carrera se estancó por problemas con empresarios y productores, según ha declarado la actriz. En los últimos años ha sido concursante de ¡Mira quién baila!, se la ha relacionado con el duque de Huéscar y se desnudó, una vez más, para el aniversario de la revista Interviu a los 58 años.

Bárbara Rey

Si alguna musa del destape ha sabido rentabilizar su trayectoria, esa ha sido Bárbara Rey. Mientras las demás se retiraban o se quedaban en el olvido, la fama de la murciana continúa imparable hasta el día de hoy. Bárbara Rey empezó su carrera en Miss España, quedando segunda dama de honor, y representando a España en Miss Mundo. Rápidamente saltó al cine, donde participó en más de 40 película en apenas veinte años. Pero su fama aumentó exponencialmente gracias al programa de televisión Palmarés. La actriz se convirtió en un sex symbol y sus estilismos y su peinado fueron copiados por muchas mujeres. A principios de los ochenta decidió retirarse del mundo del espectáculo para dedicarse al circo junto a su entonces marido Ángel Cristo. Pero España necesitaba a Bárbara Rey, así que una vez cerrado el circo, la actriz volvió al teatro, a la revista y a la televisión, de donde no ha salido hasta ahora.

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