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España

De Gregorio Ordóñez a Quiroga: el PP vasco nunca será el mismo tras la 'refundación' de Valladolid

La líder del PP vasco, Arantza Quiroga, durante el discurso de Rajoy. Cartel electoral de Gregorio Ordóñez en la Convención del PP.

Si algo ha salido en claro de la Convención Nacional celebrada por los populares el pasado fin de semana en Valladolid ha sido la certificación de la ruptura entre dos sensibilidades del PP vasco que ya venían enfrentadas desde hace algunos años. Sin embargo, ha sido con la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa cuando las diferencias han derivado en una crisis interna sin precedentes. La política antiterrorista del Ejecutivo, cuestionada por sus "concesiones" al entramado etarra, ha marcado el cónclave popular de Valladolid desde incluso antes de su comienzo.

Detrás de ello, está la ausencia del portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, y su renuncia a ir en las listas del 25-M, seguramente los problemas de agenda del presidente de honor, José María Aznar, y la no asistencia de colectivos de víctimas como la AVT o Covite, organización que dirige Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, concejal del PP en San Sebastián asesinado por ETA en 1995 e icono de la firmeza demócrata ante la banda criminal. 

La estrategia de "mano tendida" que supuso la llegada de Antonio Basagoiti a la dirección del PP vasco en 2008, en sustitución de María San Gil, ha tenido continuidad en la heredera del exdirigente, Arantza Quiroga. En la misma semana en que la baronesa ha pedido evolucionar con la sociedad y ha reprochado a los críticos que "quieran seguir en posturas de hace 15 años", ha recibido el mayor de los respaldos por parte del presidente nacional del PP, Mariano Rajoy.

En la clausura de la Convención, el jefe del Ejecutivo hizo un llamamiento a la unidad y ensalzó la figura de Quiroga, allanándole el camino hacia su proclamación como timonel del PP vasco en el próximo congreso extraordinario del marzo. De hecho, citó su nombre ante un auditorio repleto y ella --fue la única persona que lo hizo-- se levantó a saludar a los más de 2.000 militantes allí congregados. Ella encarna el marianismo: en la lucha contra ETA "estamos donde siempre", aseveró Rajoy contra quienes le acusan de seguir los pasos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su proceso de paz.

De aquel PP que iba dejando claro que “lo único que hay que negociar con los etarras (y sus máscaras electorales) es el color con que les pintamos los barrotes donde deben estar enjaulados”, sólo se vio el recuerdo

Sin embargo, el líder del PP no dedicó palabra alguna al papel del Gobierno tras la derogación de la doctrina Parot, cuya inacción tanto ha indignado a muchas víctimas; ni garantizó que la foto de los expresos etarras en Durango volverá a repetirse, ni prometió estrechar el cerco sobre Sortu, herederos de Batasuna, para su ilegalización... nada de nada, ni siquiera se refirió a la orden que acaba de dar para buscar fórmulas que impidan a las exreclusos de ETA ser alcaldes. Lo que sí hizo fue dar un espaldarazo a Quiroga, la misma que le pide que se siente con el líder del PNV, Íñigo Urkullu, para abordar el fin de la banda terrorista.

Precisamente por ser contraria a la vía posibilista, porque siempre ha pensado que los nacionalistas vascos "nunca han querido derrotar a ETA", San Gil tiró la toalla. Ahora, el que ha dado un paso atrás es otro referente de la vieja guardia, Mayor Oreja (pese a no acudir a Valladolid estuvo al corriente de cuanto aconteció en el cónclave). La Convención ha evidenciado la refundación del PP vasco, donde la brecha abierta entre el partido que lideraron el exministro, Carlos Iturgáiz o San Gil y el que ahora dirigen Quiroga, Iñaki Oyarzábal y Borja Semper es ya demasiado profunda e insalvable. Nunca volverá a ser el mismo.

El 'espíritu de Polloe'

De aquel PP que iba dejando claro que "lo único que hay que negociar con los etarras (y sus máscaras electorales) es el color con que les pintamos los barrotes donde deben estar enjaulados", sólo se vio el recuerdo este fin de semana. Un cartel electoral de Alianza Popular recordaba a Gregorio Ordóñez (con el lema "Siempre a tu servicio"), pero ni su hermana ni su viuda, Ana Iribar, a quienes el Gobierno ha defraudado, estuvieron allí para verlo. 

María San Gil apareció justo detrás de Rajoy, a pie de pancarta, en una escena del vídeo que se proyectó para recordar a las víctimas del partido. Ella tampoco quiso estar allí para verlo. Mayor Oreja y Aznar protagonizaron algunas de las imágenes de la cinta, asistiendo a funerales, pero ellos tampoco quisieron estar allí para verlo. El espíritu de Polloe, cementerio donostiarra donde es homenajeado Ordóñez cada año, no se respiró en Valladolid. Los vientos soplaron en otra dirección y así seguiran haciéndolo salvo otro --el abandono de San Gil lo fue-- cataclismo.

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