Quantcast

España

De víctima a verdugo: el papel de las madame en los prostíbulos

Algunas de las víctimas de explotación sexual que llegan a España se convierten con el paso del tiempo en madame y en miembros activos de las organizaciones criminales de trata de personas

Una de las madame que tenían retenidas a las mujeres colombianas en un prostíbulo de España
Una de las madame que tenían retenidas a las mujeres colombianas en un prostíbulo de España Guardia Civil

De víctima a verdugo. Ese el camino que recorren algunas de las víctimas de explotación sexual que llegan a España para trabajar en los prostíbulos. Se inician en este mundo bajo amenazas y deudas a la organización criminal pero, con el paso del tiempo, se convierten en madame del local de alterne y manejan los hilos invisibles con las que retienen a sus compatriotas.

Este cambio radical lo protagonizó una de las mujeres detenidas por la Guardia Civil en el marco de la operación Estorque ['extorsión', en latín]. No es el único caso y cada vez se produce más. "Los que controlan a las víctimas en su mayoría son mujeres que antes fueron víctimas. Evolucionan y se asientan entre los papeles más activos de estas organizaciones criminales", detalló uno de los investigadores.

De víctima a madame

El papel de la madame es esencial en las bandas dedicadas a la trata de personas. Son las encargadas de generar confianza con la víctima en una primera toma de contacto cuando llegan solas a España. Su influencia es tal que las convencen para que ejerzan la explotación sexual cuando llegaron a nuestro país para trabajar en la hostelería. Después, su actitud va variando hasta que se convierten en un carcelero que tira las llaves de libertad de estas chicas al pozo de la prostitución.

La madame que se encargaba de controlar a las víctimas en uno de los prostíbulos de la organización

Algunas de estas mujeres también llegaron a España engañadas. Sin embargo consiguieron quitarse las correas impuestas por las organizaciones y trabajar con ellos. "No lo hacen por fines económicos. Es por su seguridad", detallan fuentes de la investigación.

Otras víctimas consiguen escapar de las fauces de sus captores. "Por un descuido, porque un cliente les ayuda o en un intercambio de dinero o de drogas", así escapan las mujeres que caen en las garras de la trata. En la última operación policial, la joven escapó por llamar a una "buena persona cuando la encomendaron la tarea de enviar dinero a Colombia".

Cadenas invisibles

Estas chicas secuestradas están enganchadas al teléfono las 24 horas del día ya que necesitan saber cómo están sus familias a miles de kilómetros de distancia. También se da la casualidad que algunas de las víctimas no están retenida. "No viven encerradas y pueden salir pero en cambio tienen cadena invisibles y presiones psicológica. Están intimidadas", advierte Beatriz Sánchez, la fiscal de Extranjería.

La 'Operación Estorque' ha sido desarrollada por la Sección de Trata de Seres Humanos de la Unidad Central Operativa (UCO) junto a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Lugo y la Policía Nacional de Colombia (DIJIN). Consiguieron liberar a tres mujeres. Los agentes calculan que esta banda llegó a introducir a medio centenar de ellas en nuestro país y sacaron una cantidad cercana a los 35.000 euros de cada una de ellas.

Rescate de menores

Esta jóvenes viajaron a nuestro país con la oferta de ser camareras. Ante del viaje, los miembros de la organización les solicitaron dos número de teléfono de contactos de sus familiares "por si pasaba algo durante el trayecto". Muy lejos de la realidad. Lo que buscaban era tener cercados a sus allegados para amenazarles e incluso agredirles si no les pagaban las cantidades acordadas por la prostitución. Los agentes tuvieron que sacar de forma rauda de Colombia a varios menores que corrían riesgo de muerte. "Los rescatamos a tiempo", explica uno de estos investigadores.

Detrás de esta organización criminal estaba el grupo de los Pachelly, muy conocido en el país sudamericano por su historial criminal -especialmente dedicado al narcotráfico- y por tener vínculos con otras organizaciones igualmente violentas, como el Clan del Golfo. Llevaban en el negocio de la prostitución desde hace dos años. Sus métodos lo traspasaron con el cambio de modo de vida. Los sicarios se dedicaban a hacer la vida imposible a los familiares de las víctimas que se quedaron atrás en Colombia.

Aumento de las víctimas colombianas de trata

Desde el final de la pandemia, la Fiscalía ha notado un incremento sensible de las mujeres colombianas que llegan a nuestro país obligadas para ejercer la prostitución. También hay nigerianas y rumanas. Un avance para esta problemática es que la Guardia Civil y la Policía Nacional de Colombia han constituido el primer equipo conjunto de investigación policial entre ambos países. Era una vía de colaboración bilateral inédita hasta la fecha.

Momento en que se reúnen víctimas de la trama con sus familiares

Uno de los momentos más emotivos para los investigadores que siguieron de cerca este caso fue el reencuentro en nuestro país de las víctimas y sus familiares. Los agentes les ubicaron lejos de los tentáculos de la organización. Varios menores se reencontraron con sus madres. Todo ello con el apoyo de las instituciones y organizaciones sociales que las consiguieron sacar de los prostíbulos. Otras muchas no pudieron y siguen 'enganchadas' a las redes que las explotan sexualmente.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.