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España

Así han desafiado a 'Filomena' las 350.000 dosis de vacuna: por aire, tierra y escoltadas

Ejército, fuerzas de seguridad, servicios de emergencia, bomberos… tratan de mantener un mínimo de operatividad en un país colapsado por la borrasca Filomena. Carreteras cortadas, aeropuertos cerrados, infraestructuras diezmadas. Pero en medio de la ventisca hay una misión impostergable: la recepción y traslado de 350.000 vacunas contra el coronavirus. Las placas de hielo y las dificultades en el tráfico aéreo han sido los principales obstáculos en esta odisea sanitaria sacudida por las inclemencias.

La recepción de esta hornada de vacunas es crítica en los planes por cubrir las necesidades de la población. Las dosis de Pfizer requieren dos inyecciones y muchos de los que recibieron la primera esperan su turno para cerrar el ciclo. Tras un comienzo débil en la campaña -los ritmos han estado marcados por la baja aplicación y los retrasos-, el Gobierno no se puede permitir nuevos contratiempos en el calendario.

Y para eso es necesario superar las duras embestidas de Filomena, entre las nevadas y temperaturas extremas. Cualquier percance no sólo amenaza con los plazos marcados de vacunación; también con la ruptura de la cadena de frío bajo la que se debe conservar el stock.

Fuentes consultadas por Vozpópuli detallan algunos de los contratiempos registrados en el traslado de estas vacunas, 350.000 dosis que han aterrizado este lunes en España. Según señala el Ministerio del Interior, los compuestos han aterrizado en “media docena” de aeródromos españoles para su posterior distribución en todo el país. Madrid ha tenido un papel testimonial en la nueva recepción: el aeropuerto de Madrid-Barajas ha estado cerrado durante varios días ante la imposibilidad de aterrizar en sus pistas, ahora blancas por las nevadas.

El Ejército despeja las pistas

El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, reconocía en una entrevista en Onda Cero las dificultades para que las vacunas llegasen al centro logístico de Ciempozuelos. Apuntaba a la creación de placas de hielo y que se barajaba la posibilidad de almacenarlas en otro punto logístico. También destacaba la participación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para retirar esas placas que impedían el tránsito habitual.

Pero el Ejército de Tierra confía en recuperar parte de la operatividad del aeropuerto de Barajas. El mando de Ingenieros, con base en Salamanca, ha trasladado siete camiones volquetes, cuatro palas cargadoras, tres motoniveladoras, cuatro retroexcavadoras y cuatro minimáquinas para despejar alguna de sus pistas, según los datos que maneja el Ministerio de Defensa.

Porque entre los escasos aviones que deben aterrizar en Barajas también los hay cargados de vacunas. "Se ha dado máxima protección y prioridad al vuelo de Bruselas que llegará hoy a Madrid en torno a las 22:00 horas, en el que llegarán dos envíos de vacunas, uno con destino final Gran Canaria y otro a Tenerife", señalan desde Iberia.

Protección de la Guardia Civil

Una vez en suelo español, la distribución de las vacunas se ha llevado a cabo bajo estrictas medidas de seguridad. La Guardia Civil ha habilitado diversos convoys para escoltar a las furgonetas en su recorrido por todo el territorio nacional.

Según fuentes del Instituto Armado consultadas por este diario, las medidas de seguridad se han llevado a cabo en función de las demarcaciones geográficas en las que se articula el cuerpo: cuando los vehículos llegaban al límite de una de esas demarcaciones, unidades del territorio entrante asumían su protección.

El Gobierno, no obstante, no ha decidido recurrir a las Fuerzas Armadas para gestionar el traslado, como sí lo hizo con la primera remesa de compuestos elaborados por Pfizer. "En estos momentos no se están realizando ningún apoyo", señalan desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) a preguntas de Vozpópuli. Y añaden: "Las Fuerzas Armadas continúan preparadas por si hay nuevas solicitudes derivadas de las condiciones climatológicas actuales".

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