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La UIMP, universidad adscrita al Estado, confiesa su ruina por carta a los trabajadores

La UIMP, universidad adscrita al Estado, confiesa su ruina por carta a los trabajadores

La rectora de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), María Luz Morán Calvo-Sotelo, ha enviado una carta al personal del centro reconociendo la "delicada" situación económica que atraviesa la institución.

De acuerdo a la misiva a la que ha tenido acceso Vozpópuli, las pérdidas se sitúan en torno al 60% de los ingresos habituales y el déficit anual de 2020 superará el 20% del presupuesto. Unas cifras que -según advierte Morán- implican tener que echar mano del remanente de tesorería con el que contaban hasta agotarlo.

Aunque la rectora de la universidad estatal atribuye el mal balance económico exclusivamente a la pandemia, fuentes cercanas al funcionamiento de la UIMP señalan a Vozpópuli deficiencias en la gestión. "La pandemia implica menos cursos y patrocinios, pero también menos gastos. Además, para conseguir una buena programación y patrocinadores hay que trabajar muchísimo, como se ha hecho antes", indican.

La UIMP es un organismo autónomo que depende administrativamente del Estado. El único junto con la UNED. A diferencia de esta otra, la Menéndez Pelayo no tiene una plantilla estable de profesores, no imparte grados, sólo estudios de posgrado, cursos de español, de inmersión y su principal fuerte y fuente de ingresos: los cursos de verano en el Palacio de la Magdalena de Santander.

De acuerdo a las cuentas públicas de la entidad, el presupuesto que maneja anualmente se sitúa en torno a los 20 millones de euros. Y sí cuenta con personal propio de administración y servicios.

Ambas entidades estaban adscritas al Ministerio de Educación, pero con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno pasaron a vincularse al Ministerio de Ciencia y Universidades que dirigió Pedro Duque. Después a la cartera de Universidades que hoy ocupa Manuel Castells

"Debo reconocer que, si ya partíamos de un escenario complicado, la situación se ha agravado debido al enorme impacto de la pandemia en nuestra universidad. Salvo los cursos de posgrado, en los que la mayoría de estudiantes se había matriculado en otoño de 2019, el resto de las actividades académicas se ha visto muy afectado por la imposibilidad de realizar cursos presenciales", explica la rectora, que llegó al cargo a mediados de diciembre de 2018, cuando Duque dirigía el Ministerio de Universidades.

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Advierte una reorganización

Aunque hemos sido capaces de reconvertir una parte de nuestros cursos a formato online -continúa- los resultados de este esfuerzo han sido dispares. "De aquí que hayamos perdido una parte importante de nuestros patrocinios, matrículas y encomiendas de gestión", señala.

"Si bien todavía no están cerradas las cuentas del año 2020, las pérdidas supondrán en torno al 60% de los ingresos habituales y el déficit anual de 2020 superará el 20% de nuestro presupuesto, lo que supone que se agotará prácticamente el remanente de tesorería con el que contábamos", asegura a los trabajadores.

Tras reconocer que afrontan 2021 en "una situación económica delicada", incide en que el quipo de gobierno está trabajando en "un plan de contingencia para garantizar la supervivencia de la UIMP a medio plazo" y que cuentan "con el apoyo del Ministerio de Universidades y, en particular, con el Secretario General de Universidades". Morán advierte a los trabajadores de que tendrán que acometer cambios importantes en materia de oferta académica y de gestión. Además, procederán a acometer una reorganización.

Santander y otras 10 sedes

Además de en Santander, la UIMP cuenta con sedes en Galicia, Barcelona, Cartagena, Cuenca, Granada, La Línea de la Concepción, Pirineos, Tenerife, Sevilla y Valencia. Según ha podido saber este diario, algunas de ellas, como la de Cartagena y La Línea, se habrían visto amenazadas por el cierre, una decisión que no se llegó a ejecutar. Por ahora.

Aunque la rectora del organismo estatal vincula el mal balance económico a la pandemia, fuentes conocedoras del funcionamiento de la UIMP explican a Vozpópuli que también existen deficiencias en la gestión. "Obviamente la pandemia implica menos cursos presenciales y menos patrocinios, pero también muchos menos gastos. Los cursos de verano en Santander conllevan muchas actividades culturales y muchos desplazamientos, que este año no se han producido prácticamente", reiteran.

De los más de 150 cursos impartidos años atrás durante los tres meses que van de mediados de junio a mediados de septiembre, este año la oferta se ha reducido a una treintena. "Para lograr una buena programación y patrocinadores hay que buscarlos y trabajar muchísimo, como se ha hecho antes. Este año la oferta ha sido esquelética", sostienen.

De acuerdo a las mismas fuentes, el presupuesto básico estatal sirve para cubrir los gastos fijos de plantilla de personal laboral y de los funcionarios, así como el sueldo del rector. "Da para sostener a los trabajadores y poco más. Para financiar los cursos de verano se necesitan patrocinadores, lo más caro es abrir el Palacio de la Magdalena tres meses. Para los cursos de inmersión se cuenta con una partida del Ministerio que se tiene que gestionar muy bien porque con ella tienes que contratar profesores nativos, buscar alojamientos. Hay que poner mucho empeño", zanjan. 

Este medio se ha puesto en contacto con la UIMP para conocer su versión, pero todavía no ha obtenido respuesta oficial.

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