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El conde fue detenido por maltrato en 2018 y un año después volvió a ser denunciado

Fernando González de Castejón fue arrestado por maltratar a su esposa pero decidieron volver a vivir juntos. El aristócrata es el presunto autor del asesinato de su compañera sentimental en la calle Serrano

El conde en una entrevista en Antena 3

El conde de Atarés y marqués de Perijá, Fernando González de Castejón, es el presunto autor este lunes del asesinato de su mujer, Gemma, y de una amiga suya en su vivienda de la calle Serrano. Hace cuatro años, este miembro de la nobleza fue detenido por maltrato por la Policía Nacional pero la pareja decidió darse otra nueva oportunidad. Un año después la mujer interpuso otra denuncia por los mismos hechos, según han informado a Vozpópuli fuentes de la investigación.

Fernando Miguel González de Castejón y Jordán de Urries, fue nombrado Conde de Atarés el 10 de octubre de 2012 por el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez. Fue publicado su título en el Boletín Oficial del Estado el 22 de octubre de ese año.

Heredó el título de su tío abuelo

Lo consiguió gracias al pago del impuesto correspondiente y de conformidad con los informes emitidos por la Diputación de la Grandeza de España y por la Subsecretaría del Departamento de Justicia y de acuerdo con el Consejo de Estado. Lo heredó por el fallecimiento de su tío abuelo, don José Miguel López y Díaz de Tuesta.

Después, no tuvo una vida fácil y apostó por malas inversiones, lo que le hizo perder parte de su capital. Prueba de ello fue que tuvo que aparecer en medios como Antena 3 o 13TV denunciando una estafa del Banco Madrid. Era cliente de esta empresa y perdió 740.000 euros porque esta entidad financiera no fue salvada por el Banco de España. Fue en el año 2015.

Varias denuncias por malos tratos

Tres años después fue detenido por la Policía Nacional por un delito de violencia de género. No le impusieron medidas cautelares y meses después la pareja volvió a vivir juntos. Un año después, en 2019, hubo otra denuncia por maltrato. A pesar de esta reconciliación no pasaban por su mejor momento. Mantenían constantes discusiones y estaban separados durante un tiempo. El caso en el sistema Viogen estaba inactivo porque había riesgo no apreciado.

Precisamente, la semana pasada Gemma viajó a Francia para reunirse con su hija. Volvió el sábado a Madrid y el domingo acudió al encuentro con su marido acompañado de una amiga. Los investigadores barajan que fue en ese momento cuando se pudo producir el doble homicidio.

La personalidad del conde no pasaba desapercibida entre los demás vecinos del número 205 de la calle Serrano. Muchos de ellos hoy relataban a los medios de comunicación sus excentricidades. Disparaba con una escopeta de perdigones en las áreas comunes del edificio. Por esta razón varias veces tuvieron que llamar a la Policía Nacional para que controlara la situación.

Varios de los residentes oyeron durante la pasada noche ruidos en el domicilio pero no avisaron a los servicios de emergencias hasta esta mañana. Según las fuentes consultadas, la pareja tenía una niña, de 12 años, que se encontraba de viaje en Francia en el momento de la tragedia. Precisamente, este lunes la menor regresaba a Madrid a volver a estar con sus padres.

Varias armas y licencia de armas

Fue una vecina y Fernando, el portero, los que vieron por la ventana uno de los cadáveres y llamaron al 091 este lunes a las 10.20 horas. Los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional fueron los encargados de abrir la puerta del 1ºC y localizaron un reguero de sangre y los tres cadáveres.

El Grupo V de Homicidios comanda las investigaciones pero tienen, más o menos, claro el desenlace de los trágicos acontecimientos. El conde, de 53 años, acabó con la vida de su mujer, de 44 años, en la cocina del domicilio. Tenía una herida por arma corta de fuego.

Los agentes encontraron el cuerpo del marqués y de la amiga de su mujer, de 70 años, en el salón. Todos los fallecidos son de nacionalidad española.

Muchas armas en la casa

Los investigadores conocían desde el principio es que las tres muertes se perpetraron con la misma arma y que no había más personas implicadas en el homicidio. La escena del crimen hallada por los agentes descartó que el objetivo del suceso fuera un robo ya que no se encontraban alterados los cadáveres.

Había gran cantidad de armas en el interior del domicilio. Algunas de colección y otras utilizadas para la caza. Según ha afirmado este martes la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, no tenía licencia de armas. En caso de confirmarse este asesinato sería el primero del año de violencia de género en la ciudad de Madrid.

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