Los titiriteros vuelven a escena con una función "para todos los públicos que sepan diferenciar la ficción de la realidad"

Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García, los dos titiriteros investigados por un delito de enaltecimiento del terrorismo, han vuelto este domingo a sacar sus marionetas a la calle para representar tres obras cortas ante unas cien personas que han reclamado la absolución de ambos en la causa. Antes de iniciar las obras, aunque solo había un niño entre los asistentes, los titiriteros han comenzado con la advertencia de una de las marionetas, que ha dicho: "La función es para todos los públicos que sepan diferenciar la ficción de la realidad".

Los titiriteros han dedicado su representación a la memoria de Juan Andrés Benítez, fallecido tras ser reducido en octubre de 2013 en Barcelona por seis mossos d'Esquadra

 La compañía Títeres desde abajo ha representado su función en la madrileña plaza de Tirso de Molina -por la tarde está previsto que lo hagan en el parque de La Vaguada- que, con el título Cristobito, estaba compuesta por tres piezas cortas El panadero y el diablo, La sopa de piedras y El pequeño propietario. Durante más de media hora, los titiriteros han exhibido sus marionetas sin ningún problema y con poca presencia policial, han sido aplaudidos en repetidas ocasiones, recaudado en un cazo la voluntad y puesto fin a su función con los gritos del público de "titiriteros absolución".

Lázaro de la Fuente y García han dedicado su representación a la memoria de Juan Andrés Benítez, fallecido tras ser reducido en octubre de 2013 en el barrio barcelonés del Raval por seis agentes de los Mossos d'Esquadra, que finalmente han aceptado una pena de dos años de cárcel, tras un acuerdo 'in extremis' con la acusación popular. Tras leer un manifiesto en recuerdo a Benítez y denunciar la "brutalidad e impunidad policial", han recordado que están a la espera de juicio y que comparecen ante el juzgado todos los días 5 de cada mes después haber pasado en febrero cinco días tras ser detenidos a raíz de la representación de la obra La bruja y Don Cristóbal, en la que exhibieron un cartel con la inscripción "Gora Alka-ETA" y escenificaron acciones violentas.