España

Señalado por Israel y aplaudido por Hamás: Sánchez desata una crisis que arrincona a España ante Occidente

El presidente del Gobierno amagó con reconocer de manera unilateral a Palestina, un posicionamiento contrario al de las grandes potencias europeas y americanas

Benjamin Netanyahu y Pedro Sánchez
Benjamin Netanyahu y Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha puesto la imagen internacional de España en una posición delicada. El presidente ha sido abiertamente criticado por Israel, que además ha decidido no acudir a la cumbre del Mediterráneo, por abrir la puerta a reconocer a Palestina. Al mismo tiempo ha recibido el aplauso de Hamás a través de Telegram. Unas palabras que no han gustado al ministro de Exteriores israelí, que ha catalogado las felicitaciones como "vergonzosas y desgraciadas". El político ha avisado a Sánchez: "No olvidaremos quién nos apoya en estos tiempos y quién apoya a una organización terrorista asesina que mantiene a más de 200 rehenes".

El amago de Sánchez de reconocer a Palestina como un estado de manera unilateral amenaza con posicionar a España en contra de los postulados generales de los países de la Unión Europea -tan solo nueve países reconocen a Palestina- y de la ONU -164 de los 193 países aceptan la soberanía desde Tel Aviv-. El presidente del Gobieno sitúa así a nuestro país junto al mundo árabe y América Latina, quienes reconocen a Palestina como un estado, mientras que se aleja de la perspectiva de los países europeos occidentales.

Las grandes potencias europeas, entre los cuales se encuentran Francia, Italia, Alemania, Portugal o Inglaterra, no reconocen a Palestina. Lo mismo sucede con los países que conforman Norteamérica -Canadá, Estados Unidos y México-, donde ninguno de los tres países que la conforman apoya la existencia de un estado palestino. Lo que sí logra Sánchez con este movimiento es contentar a sus socios de Gobierno: Sumar, Bildu o ERC han apoyado de forma abierta a Palestina.

Este hecho ha desatado las críticas desde la oposición. En el turno de mañana de este sábado, Feijóo cargó con dureza contra Sánchez y sus declaraciones en el paso de Rafah, en Egipto: "Ha ido Oriente Medio sin hablar con nadie, sin consensuar con nadie y rompiendo los consensos de UE y OTAN solo para mantenerse unos meses más en el poder". El líder popular sostiene que este movimiento solo busca satisfacer a sus socios, sin importarle la imagen exterior de España.

Según Feijóo, Sánchez trata de "normalizar en España lo que no es normal en Europa" y llama a no seguir por ese camino: "No queremos que España sea una anomalía y vuelva a ser vista como un problema en la UE. Ya los somos en lo económico, en política exterior y en estado de derecho". Desde Logroño, el líder popular ha insistido en sus críticas: "La diplomacia no es viajar a un país en guerra para sembrar la discordia, y menos un día que empezaba una tregua".

Por su parte, González Pons, vicesecretario de acción institucional del PP, ha pedido que Sánchez dé explicaciones "de inmediato" tras las alabanzas de Hamás. "La misión diplomática de Sanchez representando a la UE acaba con terroristas dándole las gracias por su audacia", ha indicado.

Santiago Abascal por su parte señala que lo ocurrido es "una total vergüenza para España y para Europa". El líder de Vox ha calificado a Hamás "los autores de uno de los atentados terroristas más crueles, inhumanos y masivos de la Historia de la humanidad" y señala que el grupo terrorista "se suma a ETA, que también da las gracias a Sánchez dándole sus votos".

En medio de esta profunda crisis internacional, Pedro Sánchez ha decidido guardar silencio pese a que el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, le ha acusado de "apoyar el terrorismo". Además, los embajadores de España y Bélgica -cuyo presidente hizo unas valoraciones similares a las Sánchez-, tendrán que afrontar "una dura conversación de reprimenda" por parte del dueño de la cartera de Exteriores.

Como hemos ido contando en Vozpópuli, las palabras de Sánchez reabren una vieja herida en la piel israelí. El pasado mes de octubre, el Gobierno de España ya tuvo problemas con sus homólogos en Tel Aviv por las declaraciones de Ione Belarra en nombre de todo el Gobierno el pasado mes de octubre. Todavía era ministra y llamó "okupa" y "genocida" al país liderado por Benjamin Netanyahu. A ello se une el tono autoritario de Sánchez en su audiencia con el líder israelí, un hecho que también ha levantado ampollas en el Gobierno de Israel.